Lugares a los que viajar al menos una vez en la vida

Irene 8 julio, 2013

Admitámoslo: tenemos menos días de vacaciones de lo que nos gustaría. Esta puede ser, casi con toda seguridad, la sensación más repetida en el ser humano. Un tema que es capaz de poner de acuerdo a todo tipo de ideologías (sí, incluso a los dos grandes partidos políticos españoles). Y no tener más días de vacaciones no solo se nota en el estrés diario, los enfados tontos o la baja natalidad, no: esto influye también en la cantidad de viajes.

Así, muchos de los recorridos que queremos se suceden en nuestra imaginación, son ficticios, imaginarios, como las ciudades que están descritas en el libro ‘Las ciudades invisibles’, de Italo Calvino. Porque no nos queda otra. Hoy recorreremos lugares a los que el viajero no debería resistirse, más allá de las limitaciones de tiempo y dinero. Lugares que por su historia, su originalidad o su chispa, deberían ser visitados al menos una vez en la vida.

Asia

Sí, el continente entero. No sabemos qué es exactamente pero a todo viajero que se aventura a ir, este territorio lo deja tocado. Es una experiencia transformadora, ya sea India, Tailandia o China el lugar elegido para conocer. Yo he tenido la suerte de saber lo que es y además de regresar maravillada con la gente, la comida o los paisajes, no creo que pueda viajar solo una vez. Crea adicción.

Cuando conocí Tailandia, leí una entrevista al creador de la primera guía Lonely Planet sobre el Sudeste Asiático y recomendaba especialmente Laos y Myanmar, que ya están en mi punto de mira. Espero conocerlos pronto.

La naturaleza más salvaje

Otro elemento que define la mayoría de los viajes que dejan huella es la naturaleza. Hay paisajes que se quedan pegados a uno para siempre. No sé si os sucede a vosotros también, pero un paisaje siempre me es más difícil de olvidar que una ciudad. Casi siempre liberadores, difícilmente abarcables. En este sentido, los mejores planes son la selva (Brasil o Perú), el desierto (¡qué ganas le tengo a Marruecos!), las cataratas del Niágara o Iguazú, Islandia o Australia en conjunto, un safari por algún país africano.

Aurora Boreal

Viajar para ver las auroras boreales es algo que tenemos que hacer también una vez en la vida. Este fenómeno natural, por su excepcionalidad, se merece una mención a parte. Todo un espectáculo de colorido, luminiscencia y naturaleza en estado puro que marcará un antes y un después en nuestro currículum viajero.

Hoteles raros

Yo soy la primera que escatima habitualmente en el alojamiento para poder disfrutar de más experiencias, pero tengo que reconocer que hay hoteles donde pagaría más de lo normal por dormir. Son lo que se ha bautizado como “hoteles raros”. Porque pasar la noche en un faro, en un molino o en una cabaña de madera al más fiel estilo Pippi Calzaslargas puede convertirse en una experiencia en sí misma.

Además, últimamente, parece haber hoteles para cada afición: el cine, el circo, la aviación, la lectura, etc.

Lugares históricos

Hay lugares históricos con un significado tan importante que todo el mundo tiene referencias de todo tipo sobre ellos. ¿Quién no ha tenido contacto con la religión, la filosofía o la cultura occidental? Aunque no seas un enamorado del tema, un viaje a Jerusalén, a las Pirámides de Egipto o a Atenas para ver la antigua ciudad de la Acrópolis son cuánto menos interesantes, además de que estos territorios encierran otras gratas sorpresas.

Países comunistas en la actualidad

No pasaba de los 16 años cuando en un golpe de suerte pude elegir destino para viajar con mi familia. Por entonces estaba en plena efervescencia juvenil e idealista y mi sentencia fue clara: quería conocer la Cuba de Fidel. Aún a pesar de que en tres días no se conoce un país, viajar a estos países es como un viaje en el tiempo y la política allí no se puede dejar al margen. Y es por tanto un viaje de lo más interesante. Aunque vayamos solo para reafirmar nuestra idea. Es mejor vivirlo que leerlo/pensarlo.

No sé si en China aún se puede apreciar su régimen político, aunque incluso los más curiosos viajan a Corea del Norte. Pocos, pero “haberlos, haylos”.

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