Turismo espiritual: un viaje a nosotros mismos
Irene 18 noviembre, 2010
Ya hemos hablado muchas veces de los múltiples beneficios del turismo a nivel personal. Más allá de conocer lugares, recorrer destinos y aprender cosas nuevas, el turismo es para muchos, una forma de conocerse mejor a sí mismos. Por eso hoy hablaremos de una serie de lugares que son ideales si lo que quiere es hacerse un poco de turismo espiritual: un viaje al interior de uno mismo. A veces creemos que con ir a playas y escuchar el mar nos relajamos, pero a veces se necesita algo más.
Un viaje que es único en el turismo espiritual es al ashram Niketan en la ciudad de Rishikesh (en La India). Un ashram es una comunidad espiritual compuesta por el guía y sus discípulos, entregados todos a una vida austera y espiritual. Esta ciudad, a orillas del Ganges, es la cuna del yoga, por lo que muchos amantes de esta disciplina deben apuntar este nombre como destino turístico.
Esta ciudad sagrada hindú, que será ideal si necesitamos una limpieza espiritual y un cambio de aires en toda regla, tiene ashram con habitaciones con las necesidades más básicas, que representan para muchos una forma vida ascética, alejada del ritmo de vida más puramente occidental (ruidos, estrés, rapidez, tráfico, etc.). Estos lugares tienen camas y agua caliente, y poco más. El entorno de la urbe es encantador: altas montañas que abrazan al río salvaje (el turismo espiritual y la naturaleza son buenos aliados). Incluso los Beatles visitaron este lugar en 1968, en el momento en que necesitaban un cambio.
Pero como La India queda un poco lejos, hablaremos de otro destino para hacer turismo espiritual, que nos servirá para meditar y acercarnos al silencio y a la vida tranquila. Se trata de Santa María del Sole, una masseria italiana ubicada en el valle de Itria, que tiene su propio ashram, aunque con mayores lujos. Si queremos un lugar simplemente tranquilo, podemos echar un vistazo a los destinos turísticos más silenciosos en el mundo, que será el principio para un camino de paz.
Por último, en Tulum, ciudad de México, está el Amansala, un resort eco-chic donde poder relajarse y practicar: yoga, meditación, pilates, e incluso masajes, paseos en bicicleta, snorkel y visitas a las ruinas mayas. Desde luego, que podemos hacer turismo espiritual de muchas formas, pero estos lugares serán geniales si buscamos ciudades de referencia o guías que nos ayuden a introducirnos en una vida así. Hace tiempo, os dimos razones para viajar solos y una de las más importantes es hacer un viaje con uno mismo, relajarse y hacer un parón a todos los problemas.
Como ya dijera Sócrates: «Conócete a ti mismo». ¿Qué mejor manera de hacerlo que viajando?
