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Aunque Madrid es la principal ciudad de España, dentro de la región también hay lugares naturales para explorar. Allí encontraremos el contrapunto a los coches, el caos y también la intensa vida de la urbe, para lo bueno y para lo malo. El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se extiende a lo largo de 30.000 hectáreas y supone el mayor tesoro de aire puro de la Comunidad. De aquí serán muchas de las que os recomiendo. Pero no solo en este punto hay sierra, ya que hay otras áreas de la región que también tienen naturaleza, paisajes especiales y están muy bien para disfrutar del aire puro y de un día rural. Os recomendamos 10 rutas sencillas en la Comunidad de Madrid. Casi todas ellas aptas para todos los públicos e ideales para un día del fin de semana.

1 – Ruta de la Laguna Grande Peñalara (2,8 kilómetros)

Una ruta cortita pero no exenta de un paisaje precioso y unas vistas de impresión es la de la Laguna Grande Peñalara. Partimos del puerto de Cotos, a unos 1.800 metros de altitud, adentrándonos pronto en terreno boscoso y ante la siempre mirada imponente de las grandes montañas de la zona. El paseo es agradable y pronto se accede ya a la pasarela de madera que culmina en la laguna, rodeada de grandes pedruscos donde parar un rato a contemplarla.

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2 – Ruta del Valle de la Barranca (11 kilómetros)

El Valle de la Barranca es otro de los preciosos rincones que la Sierra de Guadarrama en Madrid tiene que ofrecernos. En él, el agua de pequeños estanques reluce ante el sol brillante; el río Samburiel, afluente del Manzanares, se filtra entre las piedras que encuentra en su camino formando rincones preciosos que encontrarte a su paso; se obtienen preciosas vistas de las montañas de La Maliciosa o La Bola del Mundo (ambas de 2,2K de metros de altitud), algunas de las más conocidas e importantes de la zona; y en general, se goza de aire puro y preciosa naturaleza.

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La ruta es circular y suma un total de 11 kilómetros, partiendo del Hotel de la Barranca. Pero en ocasiones este parking se llena, debes aparcar más abajo y sumas al recorrido unos 5 kilómetros. Por eso, nosotros no hicimos toda la ruta y llegamos cerca del Mirador de las Canchas (un poco antes hay otro menos concurrido, haciendo ahí una parada para volver), ya que sumar más distancia nos parecía demasiado y hubiera requerido ir algo más preparados. Por eso, como consejo, intentad ir pronto y con algo de refrigerio para aguantar todo el camino.

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3 – Ruta de las Cascadas del Purgatorio (7 kilómetros)

Sencilla, accesible, preciosa y muy popular. Así es esta ruta de las Cascada del Purgatorio, que te llevará a la cabecera del Valle de Lozoya y a acompañar el cauce del arroyo Aguilón, con el consiguiente panorama, durante un bello camino. Para llegar, nosotras partimos del aparcamiento de Las Presillas, cerca de Rascafría, y en poco tiempo nos adentramos de nuevo en las joyas naturales de la Sierra de Guadarrama. El camino es angosto, por lo que a veces las aglomeraciones, sobre todo con buen tiempo, son constantes. De hecho, no llegamos a hacer la ruta completa por esta razón. No obstante, nos llevamos un puñado de paisajes preciosos y todo el aire libre necesario para pasar una encantadora mañana de domingo. 

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4  – Ruta al Búnker de Cabeza de Líjar desde el Puerto de Guadarrama (11 kilómetros)

Cabeza de Líjar es uno de los múltiples búnkers de la Guerra Civil que aún se pueden visitar en una ruta campestre por la Sierra de Guadarrama. Está bien conservado y desde este punto se obtienen unas vistas preciosas. Para ello, hay que subir una fuerte pendiente que parte del camino que viene del Alto de León, en el Puerto de Guadarrama. Hay un parking del restaurante Alto de León donde además podréis comer buena carne como recompensa de la hazaña.

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El camino es relativamente sencillo si bien no es llano, con lo que hay que ir con ganas para emprenderlo. Las indicaciones son bastante fáciles de seguir y si tienes ganas, puedes caminar más y volver sobre lo andado. Sin duda una opción fácil si no quieres estar mucho tiempo investigando rutas más complejas.

5 – Ruta de los Castaños en Rozas de Puerto Real (5 kilómetros)

Ruta muy sencilla que parte del pueblo de Rozas de Puerto Real y que es ideal para toda la familia: la Ruta de los Castaños. El camino no tiene dificultades pero sí es cierto que nosotros no tenemos claro que hiciéramos el recorrido completo. No obstante, se disfruta mucho del tramo en el que te sitúas y sobre todo, te cruzas con una de las razones que nos llevó a hacer esta ruta: los castaños y su fruto. Hay bastantes y aunque el producto no era especialmente bueno, sí que nos llevamos a casa y las asamos. Así que merece la pena. Hay pocas otras cosas que me gusten tanto en el mundo.

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En cuanto a paisajes no es una maravilla, pero sí que supone una toma de aire fresco ideal para un día del fin de semana. Hay también una zona donde hay caballos y en general, los colores otoñales hacen estampas bonitas. Bastante recomendable.

6 – Ruta de Lozoya a Rascafría (unos 22 kilómetros) – bicicleta

Esta ruta de veintidós kilómetros la hicimos en bicicleta, pero tiene un inicio tan bonito, que os la recomiendo andando y que hagáis hasta donde queráis y deis la vuelta. De Lozoya a Rascafría se pasa por el embalse de Pinilla, varios pueblos y se llega a la zona del Monasterio del Paular y el Bosque Finlandés, donde se puede seguir explorando. La verdad es que es precioso.

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Me gustó especialmente el embalse de Pinilla, ya que es amplio y tiene un entorno espectacular. Esta primera visita está cerca del inicio, así que solo por eso ya merece la pena acercarse hasta aquí. Si tenéis bici, os recomiendo el recorrido completo, ya que fue una experiencia genial. El terreno está bien y es una maravilla recorrer estas zonas naturales impulsados por nuestro propio cuerpo. 

7 – Ruta por la Dehesa Boyal en Montejo de la Sierra (5 kilómetros)

Ideal si buscas una ruta sencilla, bonita y no especialmente larga. Se trata de un sendero que circula por la Dehesa Boyal de Montejo de la Sierra, un buen ejemplo de cómo se gestiona de forma comunal los recursos de la zona. Parte del mismo pueblo, situado entre montañas que ya forman desde el principio un paisaje digno de postal. El camino es bastante llano y cuando nosotros lo visitamos estaba cubierto por un ligero manto blanco de nieve que le daba un encanto especial. 

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Además de bonitas panorámicas del Valle del Lozoya, la ruta ofrece cantidad de especies de la flora local con la que deleitarse. Por el camino, también te encuentras ejemplos de la utilización de la población de estos campos, como un “chozo”, construcción utilizada como refugio por los ganaderos. Se camina de una forma amena y cuando se acaba la ruta, nos encontramos en una de las zonas naturales más encantadoras de la Comunidad de Madrid, donde poder también finalizar con una sabrosa comida (¡no dejéis de reservar con tiempo, se llena!).

8 – Ruta circular del Robledal de la Najarra (9 kilómetros)

Nos vamos ahora a las inmediaciones del pueblo de Miradores de la Sierra, otro de los imprescindibles si nos queremos hacer una escapada natural por la región. En este caso, la ruta es de 9 kilómetros, pero sin fuertes pendientes, por lo que también es accesible para toda la familia. Parte del Chiringuito de la Fuente del Cura y es circular, por lo que se sigue bastante bien el camino. En nuestro caso, fuimos en pleno invierno, con todo nevado y aunque estaba precioso, fue algo más duro porque no fuimos, digamos, 100% preparados.

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El sendero es variado y alterna tramos de camino rodado y otros algo improvisados sobre el campo, pero que son sencillos de seguir. El momento clave, tras un embalse de agua que actualmente estaba completamente helado, es la ascensión a las faldas del pico Najarra, una explosión de naturaleza con riachuelos que salpican el camino y naturaleza exuberante. De ahí, lo rodeas por un camino más llano y posteriormente, desciendes. Aunque no es corta, a buen ritmo, se hace ligera y no especialmente difícil.

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9 – Ruta por el Embalse de Atazar desde El Berrueco (4,5 kilómetros)

Una de las rutas más sencillas de aquellas que recomendaremos es sin duda esta. No es en realidad un tramo establecido, sino un trozo de la Ruta de Genaro, de más distancia, que se puede acortar al gusto. Partimos del pueblo de El Berrueco, interesante porque es un museo viviente que nos muestra los usos y costumbres en diferentes objetos que salpican el paisaje a cada paso. Así, podemos ver tallado en piedra una rueda de molino, utensilios de ganado o puertas de las antiguas viviendas del pueblo.

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La salida de la ruta es sencilla. Para ello, nos situaremos en pleno centro del pueblo y seguiremos las indicaciones de varios carteles que anuncian la riqueza natural de la zona. Si no: dirigiros a la Iglesia de Santo Tomás Apóstol. Desde aquí, bajamos ya a orillas del Embalse de Atazar, el gran protagonista de cualquier paseo por la zona. Es una de las grandes obras hidráulicas construidas en Madrid y España; y que ahora compone el circuito de agua para el Canal de Isabel II. Más allá de su importancia natural, es una gozada para la vista. “El mar de Madrid”; podríamos afirmar. Pequeñas embarcaciones y hasta un velero nos ayuda a crear ese juego en la imaginación, si bien las ensoñaciones duran pocos segundos. El camino es fácil y está cuidado, siendo siempre paralelo al agua. En nuestro caso llegamos a una pequeña presa en la que el agua forma una cascada, pero lo ideal es si tenéis tiempo que lleguéis a la Presa del Villar, que nosotros no conocimos. No obstante, alegramos nuestro día y recargamos energía con este lugar, precioso y vital.

10 – Ruta de Matalpino a la Ermita de San Isidro de El Boalo (5 kilómetros)

Hay días en los que da un poco de pereza hacer una ruta larga y gestionar la logística posterior. Para esos días, esta ruta es ideal, pues es muy sencilla, poco transitada y parte de un pueblo –Matalpino- donde podemos comer y luego, tranquilamente, emprender el camino. Así lo hicimos nosotros. 

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Esta ruta nos la recomendó un buen conocedor de la sierra madrileña, de modo que no es una de las más populares. Es muy fácil seguirla porque su inicio (Matalpino) y su final (la Ermita de San Isidro de El Boalo) están identificados en Google Maps, con lo que solo tendrás que tener su app en tu móvil. En un primer momento, salimos del pueblo y ya tenemos buenas vistas, pues el pico de la Maliciosa corona la cadena montañosa de la sierra que nos acompaña en el margen izquierdo todo el rato.

El camino, a cuyo otro lado hay un río, es en todo momento fácil y recto. Pronto, nos encontramos también animales por el camino (caballos, vacas, bueyes…) y como no es muy larga, pronto avistamos también la ermita que marca el final. Si tienes ganas, aún puedes seguir andando hasta Manzanares del Real (unos 8 kilómetros solo de ida), que conecta siguiendo el sendero. En la Ermita de San Isidro de El Boalo, además de un bonito paisaje, hay una zona con bancos donde dejar pasar el tiempo. Así, sin prisa, decidimos volver y poner fin a un día tranquilo de aire puro y naturaleza.

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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