Para muchas personas, Blablacar -plataforma para compartir coche con otras personas, como conductor o pasajero- es uno de los mejores inventos recientes. Se puede viajar en coche sin necesidad de encontrar algún amigo que lo haga, conoces gente diversa y abres un poco más el mundo gracias a casi siempre geniales conversaciones y sobre todo, haces de un simple viaje, un rato agradable; en el caso de tener suerte claro está. Y mi experiencia en general, salvo una o dos excepciones, ha sido realmente genial. Así que creía que le debía un post; ya que soy realmente fan de esta forma de viajar. Ahí van; quince cosas que te pasarán compartiendo coche en Blablacar. Eso sí, viajas de esta manera solo para ahorrar y no tienes ninguna gana de conocer gente… quizás este post no sea para ti. Creo que estas iniciativas nacen de la gente para la gente y si no estás dispuesto a abrirte y socializarte, no creo que puedas llegar a disfrutar de ellas plenamente. Y sí, bueno, por qué no comentarlo, harás que el resto de la gente tampoco le saque todo el partido que puede 😉
Quieres llevarte a tus compañeros de viaje como amigos
El viaje consiste en: rajar, rajar y rajar
Es un viaje que mola
Los viajes de seis horas se te pasan como si solo hubiera sido una
Hay momentos en los que te sientes como en la barra de bar
Piensas en cómo mola conocer gente nueva
Si te llevan a casa, les haces la ola
Muchos de ellos hacen que tu vida no parezca tan interesante
Destierras para siempre la idea de volver a coger un autobús
Hay temas que casi siempre salen a colación: el trabajo, la política, el cine…
La puntualidad es una religión
Recomendarás a todo el mundo que lo pruebe
Defenderás y confiarás en la economía colaborativa como si te fuera la vida en ello
Si no te dan conversación y la cosa no fluye… Aburrimiento
Aunque te han caído genial… no les vuelves a ver ni a saber nada de ellos
Jajajajaja que bueno! y totalmente de acuerdo en todo. Te encuentras con gente genial que no vas a volver a ver jamas.
¡A que espera todo el mundo a utilizarlo! 😉
¡Me alegro de que la gente lo vea como yo! jeje Yo te juro que he salido de los coches con pena y las ganas de volver a quedar con ellos.
un besote,
Irene
La pura verdad, aunque a algunos los añades a facebook y compartes próximos viajes
¡Qué bueno!
No he tenido aún la oportunidad de viajar en blablacar, pero si otras formas de turismo colaborativo, y a veces aunque se comparta poco tiempo el vínculo que se crea es muy fuerte y especial.
Un post muy divertido 😉
A mí me suele pasar otra cosa muy típica: todos te cuentan que han tenido viajes con anécdotas increíbles y gente fantástica, pero luego ellos son aburridos como setas. Postureo Blablacar 😛
jeje, Víctor, no lo hago porque en Facebook luego tengo demasiada gente y hago muchas rutas… pero el número está ahí 🙂
Gracias por el comentario, Cristina. Te animo a hacerlo, aunque ahora creo que lo vas a tener complicado 🙂 y ojalá yo pueda probar otras, pues me encanta empaparme de la gente… y a veces por pereza -y otras causas- no me lanzo.
Un abrazote,
Irene
jajaja Álvaro, cómo te gusta criticar al postureo. Está claro que hay de todo, pero mi teoría es que hay un filtro y la mayoría de las setas se quedan fuera de Blablacar.
Un beso!
Irene
Hola Irene
Aunque aún no haya usado esta plataforma, me he reído con tus 15, se parecen mucho cuando a veces viajas en avión como 13 horas por ejemplo.
He pesando e inclusive he descargado la app, y se me resiste!
Un abrazo!
Bo
Pues te animo a ello, Bo.
Yo la primera vez por pereza ni quería. Mi hermana me lo gestionó… y hasta hoy 🙂
Un abrazo,
Irene
ja ja ja ¡buenísimo! Me he echado unas risas recordando todas esas anécdotas, creo que has resumido muy bien la experiencia bla bla car 🙂 creo que he caído en todas y cada una de ellas… Desde qué chica tan interesante que ha vivido en Zimbawe y Suiza (ay, qué vida tan aburrida tengo) hasta el «menudos canis» «por favor quita esa música infernal», en fin, compartir es vivir 🙂
Un abrazo
Por cierto, leyendo el comentario de Bo para mí no se parece para nada al avión, ni siquiera en trayectos de 14 horas al otro lado del mundo. Creo que la diferencia es que el avión no te queda otra. El compartir coche lo eliges (tengo un amigo que no lo coge porque se declara «antisocial» y dice que pasa de hablar con desconocidos, se pone sus cascos y se va en bus tan ricamente… Sí, es así, lo sé…) quiero decir que la mayoría de antemano es gente que le gusta hablar y abierta a conocer nuevas personas ¿no?
jajaja pues sí, de esas experiencias hablo Patri 😉 ¡Como la vida misma!
Y sí, coincido contigo en que igual igual al avión no es, aunque entiendo a que se refiere a cuando congenias. Como le comenté a Álvaro, creo como tú que hay un filtro y que suelen viajar personas abiertas a charlar y a que el viaje mole.
Eso sí, el avión también tiene su filtro porque no todo el mundo se anima a viajar… pero son casos algo diferentes.
¡un abrazo!
Ire
Hola Irene, de acuerdo a lo prometido!
Qué te comenté que nunca antes había usado esta plataforma, hasta que el finde pasado me fui a Sevilla, y aunque el anfitrión condujo muy bien, el haber llegado con casi una hora de retraso hizo que suspendiera por ahora el uso hasta nuevo aviso jejeje, por eso me regresé a Málaga en tren a la hora prevista, un poco más de euros pero la cierta independencia que te brinda los rieles es una buena opción.
No lo descarto usarlo en el futuro.
Un abrazo y gracias guapa!
Besos
Jo, Bo, pues vaya :S
Está claro que a veces puede salir mal, pero por mi experiencia no es así la mayoría de las veces. La gente debería ser responsable para que pudiéramos confiar 😉
Desde luego y más cuando estás pendiente del tiempo, lo suyo es poder tener seguridad.
Ya me contarás si repites.
¡Un abrazo!
Irene
Claro
Aunque haya ido con tiempo holgado a Sevilla para el evento, el tiempo es importante porque así disfruto más de la ciudad! Por eso no lo descarto volver a usarlo en un futuro!
Es una experiencia más a mi haber. 🙂
Un abrazo, nos leemos Irene! 🙂
Bo