En los últimos tiempos, cada vez que leo más y más acerca de viajeros en la Red, me doy cuenta de que no existe un tipo único de persona que practica eso de querer conocer más y mejor el mundo. De ahí que siempre negara la diferencia entre turista y viajero. ¿Es necesariamente valiente alguien que disfruta con un viaje? ¿Tiene que haber dejado todo para viajar sin billete de vuelta al menos una vez en la vida? ¿Estamos irremediablemente pensando todo el día en viajar? No lo creo. Creo que hay tantos tipos de viajeros casi como personas y por eso, una vez más, quiero dar pistas del lado más humano de este blog: Cómo me comporto en los viajes. Por un lado, creo que hago pedagogía de la diversidad de opiniones y por otro, intento divertirme -y hacer divertir a la gente- un rato. Os contaré qué tipo de viajera soy, intentando resumirlo todo con adjetivos, que siempre describen mejor la realidad. De hecho, para eso fueron inventados.
Curiosa
Siempre aprovecho cualquier oportunidad en mis viajes para ser curiosa. Cuando puedes preguntar a alguien local por su país es la mejor manera de saber más acerca de él. Leer la Lonely Planet está bien, te da datos que te sirven para poner un lugar en el mapa y en su historia, pero los datos que más me suelen gustar los suelen poder dar más los habitantes de cada lugar. Por ejemplo, en mi último viaje a Bali me generaba mucha curiosidad saber si a sus ciudadanos les parecía bien que hubiera tanto turismo en el país, pues yo no me lo esperaba tan masificado. Entendí un poco más cuando aquel hombre me explicó que un 80% de la gente de la isla vive del turismo. Su respuesta evidentemente fue sí (él mismo vivía de ello). Eso sí, cuando podía huía de Kuta, la ciudad más masificada, para estar tranquilamente en su pueblo, situado en el Norte.
Una buena forma de conocer más sobre los países (en el caso de que sean de habla hispana) es comprar libros sobre la marcha acerca del país y leerlos a medida que vas conociendo el lugar donde se enmarcan. Recuerdo que así lo hice en Perú, al leer un libro de un periodista sobre el grupo terrorista que existió en el país en tiempos del dictador Fujimori, Sendero Luminoso.
Miedosa
Esta es una de mis mayores lanzas a favor de que no todo viajero es igual. Yo soy una persona miedosa, siempre lo he sido, y no por ello he dejado por ejemplo de viajar 21 días sola por Perú o sumergirme en algún barrio que parecía algo peligroso en Lisboa o Atenas. La curiosidad y el deseo de conocer ayudan a vencer miedos pero eso no quiere decir que no estén ahí. O incluso que todos ellos puedan superarse. Por ejemplo, soy de esas personas que se niega a tirarse en paracaídas, hacer submarinismo o incluso a hacer tirolina o actividades como el ‘De árbol a arbol’ porque me dan miedo. No me gustan ese tipo de aventuras. Soy más de tierra firme y lo paso mal con ese tipo de sensaciones. Son miedos que no me apetece superar porque lo que me ofrecen no supera la mala sensación que me llevo cuando los hago. Conozco y prefiero otras formas de descargar adrenalina.
Ansiosa
Hay también otro tipo de ‘viajeros contrapuestos’, como son el viajero-zen y el viajero ansioso, y yo formo parte de los segundos. En los últimos tiempos se ha explotado una corriente que llaman «viajar despacio» y que promueve no tener prisa para conocer los destinos e incluso dejar tiempo que sobre en cada uno de ellos para sentir como palpita la ciudad o pueblo. Me parece una buena forma de enfocar los viajes, pero yo creo que no puedo. No por no verlo, sino por mi temperamento. Soy una viajera ansiosa; que quiere ver muchos sitios, no estar demasiado tiempo en el hotel, patear como si no hubiera un mañana y no descansar demasiado que si no, me apalanco. Eso sí, siempre hay momento para un break.
Andarina
En las múltiples actividades que hay en los viajes, me quedo sin duda con la de patear las ciudades y la de observar y captar momentos, que detallaré más adelante. Por eso, me considero una viejera andarina, que prefiere pasear sin rumbo a hacerlo en un viaje organizado, que siempre dará mejor con los puntos de referencia del lugar, pero que restará naturalidad a la forma de conocer una ciudad. No obstante, también me gustan los tours porque te dan información que no suelo leer por mi cuenta; por lo que creo que a veces lo ideal es una mezcla. No obstante, no suelo tener tiempo o dinero para tanto. Así que mayormente me dedico a patear.
Preguntona
Otra forma de llevar a cabo tu viaje es llevando todo súper planificado (con mapas, información leída de todos los sitios de interés e incluso, lugares donde comer o tomar algo), otra llevar parte pero dejarte llevar en otra y la última, no planificar en absoluto. Yo soy de la opción intermedia. Por eso, en los viajes también me pierdo o cambio mi ruta si conozco a alguien que me recomienda lugares menos conocidos. De ahí que sea muy preguntona y me ayude de la gente para llegar a los sitios o conocer otros lugares. Es una ley en mis viajes. Me hace gracia porque mi chico se inclina más en hacerlo por nuestra cuenta, pero yo no. Me encanta preguntar.
Ejemplo: En mi viaje a París conocí a un mujer del mundo artístico súper interesante que me recomendó lugares menos conocidos turísticamente de la ciudad. Lugares donde ella iba a tomar un vino o comer ostras callejeras: La Plaza de Aligre. Al día siguiente fuimos, cambiando la ruta establecida. Fue una buena experiencia.
Abierta
En mis viajes, me gusta abrirme a la gente y las ciudades. En ocasiones, como en el caso anterior, me llevo recomendaciones; en otras, información sobre el destino (en Bali no dejaba escapar oportunidad para preguntar sobre la sociedad balinesa); y en otras, simplemente un rato agradable. Y caras, y gente, que aunque nunca vea más, me llevaré como recuerdo toda la vida. Por ejemplo, una chica que conocí en Macchu Pichu hace ya unos siete años, es ahora amiga virtual en Facebook y me siento de alguna forma conectada con ella por mucho que pase el tiempo.
Creo que siendo abierto tienes más posibilidades de hacer amigos, pero puedes ser tímido y hacerlo también, está claro. También hay grandes viajeros tímidos y para ellos, el aprendizaje es incluso mayor. O incluso gente abierta que aún así tiene problemas para relacionarse con gente en sus viajes. Si queréis saber más sobre esta situación, os invito a leer un post de uno de los blogueros a los que a mí más me gusta seguir, Xixerone: El viajero introvertido.
Captadora de momentos
Venga, lo reconozco. En este caso, he forzado un poco el adjetivo. Pero es exactamente captar momentos lo que busco cuando viajo. La vida rutinaria se compone de momentos que se repiten continuamente. Nos levantamos, desayunamos, nos duchamos, trabajamos, comemos, hacemos deporte o hacemos recados, cenamos, vemos una película y nos vamos a dormir. No hay nada más aburrido que eso. Por eso, cuando viajo, me gusta buscar momentos diferentes. Tomar algo y observar una ciudad en la que antes no había estado; contemplar las vistas desde un edificio único; ir a un bar molón; observar el atardecer a modo de ritual o dedicarme a ver una exposición o un museo, que no suelo hacer habitualmente. Todo vale con tal de sentir que estás haciendo algo diferente. Exactamente lo que te apetece hacer en ese momento. Vamos, sentirte libre.
Ahorradora
Otra característica de mis viajes es intentar ahorrar lo máximo posible en los gastos, ya que el dinero no me sobra y en cambio, sí me permite hacer lo que más me gusta: viajar. Por ello, soy de las que filtra en diferentes buscadores de hoteles por precio y se queda con el más barato si está bien; algún día tiro de embutido que me llevo desde España si el destino es caro; y evito gastar demasiado dinero en probar la gastronomía local…a pesar de que sí, es algo que siempre nos gusta hacer.
Hola Irene, me ha encantado tu post sobre el tipo de viajera que eres. Me gusta porque se suponen muchos adjetivos a las personas viajeras y yo, por ejemplo, rompo con el de viajar a los confines del mundo pegada a mi mochila. Claro que lo haría y me encantaría contarlo, pero hay tantas cosas cerca de mí que quiero conocer y que se conozcan… Gracias de nuevo.
Hay tantos viajeros como personas 😉
Además de circunstancias, expectativas, momentos, sensaciones… creo que lo importante es disfrutar de lo que hacemos y poder transmitirlo, en nuestro caso.
Por ejemplo, tú me haces viajar a la vida de una persona que viaja fuera, que puedo verlo contigo y además, escuchar ese tono tan profesional que a algunos nos gusta tanto, jiji
¡Un abrazo!
Irene
Hola Irene, me da gusto conocerte aún más,
Te digo que coincido contigo en algunos de tus adjetivos descritos.
Un abrazo!
Me alegro, Bo.
¡No me dejes con la intriga! ¿En qué coincidimos? 🙂
saludos,
Irene
¡Hola Irene!
Felicidades por el artículo, me ha encantado y comparto contigo en que no hay dos únicas formas de viajar, sino que existen tantas formas de hacer turismo o tantos viajeros como personas somos, cada uno tenemos nuestros gustos y preferencias, sin ser ningunos mejores o peores que los de los demás.
Respecto a tu forma particular de viajar, me encanta y me siento bastante identificado contigo, creo que lo importante además es lo que nos mueve por dentro, aquello que tira de nosotros a descubrir nuevas ciudades, a salir de la rutina y vivir nuevas experiencias. 🙂
Por cierto, he reconocido rincones de Cádiz en las imágenes del post, me encanta que te hayan servido para documentar gráficamente este magnífico artículo.
Un abrazo. Luis.
Gracias Luis!
me alegro de que te haya gustado el artículo y compartas la opinión. A veces nos empeñamos demasiado en clasificar y no nos damos cuenta que somos tanta gente que hacemos el mundo muy diverso.
Las fotos son todas de Cádiz a excepción del collage, jeje, y lo más gracioso es ¡que no está hecho a posta! Sabes que fue un viaje que no olvidaré nunca… y parece que eso marca, mira tú 🙂
¡Muchos besos!
Irene
Yo acabando de viajar de Machu Picchu buscandi blogs de viajeros mira que encuentro el tuyo, te felicito, ahora estoy de vacaciones y ando buscando mas blogs de viajeros como tu, para el proximo año estare organizando nuevas vacaciones
Hola Mary,
me alegro que dieras con este blog, si te inspira o te ofrece información.
¡Bienvenida eres siempre que quieras!
Un saludo,
Irene