Entiendo el escepticismo e, incluso, la apatía de los ciudadanos muchas veces ante la política. Pero, guste o no, actualmente, este campo abarca muchos otros, como forma de ordenamiento de una sociedad. Por eso, el turismo, que es de lo que nosotros hablamos, se ve también influido por este arte o práctica, de muchas maneras. Intentaremos hacer una reflexión de la interrelación entre turismo y política.
Pero no se asusten los viajeros, pues esto no se compondrá de consignas, ni querrá hacer tomar partido al viajero en la política, sino que será una reflexión que explique cómo turismo y política conviven en ciertas áreas (departamentos de Turismo, turismo político o el turismo como un sector económico vital y, por extensión, políticamente importante y controvertido). Como tal, se invita a quien comparta estas opiniones o disienta a que dé su opinión. El debate es lo que nos enriquece.
Una de las primeras consecuencias de la política en el turismo es la inclusión de este campo en su ordenación. En España, por ejemplo Turismo se incluye en el Ministerio de Industria. Aún así, cuando existen entes descentralizados, como las regiones y municipios de gran población, estos asumen también competencias de turismo. El sector del turismo es económicamente muy importante y eso, obviamente, se refleja en la política y en su estructura. Pero de cara al usuario, que es lo que a nosotros más importa, este hecho se refleja en organismos como Turismo de España, que en su web acercan todos los encantos del país al viajero. Estos portales suelen ser muy completos y al ser oficiales, dan confianza al turista.
Desde luego, turismo y política se unen por una serie de intereses: el turismo es beneficioso para el Estado por la cantidad de dinero que genera y los departamentos promocionan el país de la mejor manera posible.
Por otro lado, el turismo tiene a veces consecuencias directas en la dirección política del Gobierno de una ciudad o región. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid ha invertido mucho dinero en reformar la zona del Río Manzanares para hacerla bonita e idónea para los visitantes. Un ejemplo muy concreto es la playa de Madrid, que forma parte de este proyecto y que alude directamente a una de las bases del turismo en España: las playas. Otro buen ejemplo es la gran apuesta que se hizo en Sevilla para la Expo, fuente de dinero como pocas, pero que dejó muchos edificios posteriormente inutilizados.
En este punto es bueno hablar de acciones protectoras de la política en el turismo. Lugares como Machu Picchu estarían en peligro si no se regulase la entrada de turistas, pues sus estructuras se verían afectadas si recibiese cantidades ingentes de estos. En este caso, la entrada tiene un límite de 2.500 personas y, por ejemplo, gracias a eso, Machu Picchu no está incluido en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Tristemente no se puede decir lo mismo de otros lugares, como Camino Tierra Adentro en México o las aldeas coreanas Hahoe y Yangdong. En este caso, la política puede tener tanto efectos positivos como negativos en el turismo y en los lugares turísticos.
Por último, hay un reflejo de la sociedad en el turismo, y esto se hace mediante la política, en los distintos atractivos que se eligen para promocionar un lugar y sus características. Por ello, mediante la política y los departamentos de Turismo se pueden mostrar al mundo las tradiciones y las referencias más importantes de una población. Como ejemplo, pondremos a la comarca de la sidra, en Asturias, que ha recibido fondos para dar a conocer al mundo, los lugares de producción de esta bebida típica.
Hasta aquí, nuestra reflexión sobre los lazos que unen a turismo y política. ¿Tienes algo que decir?
La verdad que la política puede hacer mucho bien a un país en materia de turismo, pero siempre que se haga con cabeza, de nada vale hacer obras faraonicas si luego no son rentables casos como el Palma Arena, la F1 en Valencia o tantas otras, lo que hay que hacer es cuidar el patrimonio que tenemos y si se invierte en nuevos proyectos siempre pensar que sean sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Buena entrada 😉
Saludos.
Muchas gracias José Carlos.
Estamos totalmente de acuerdo. Lo que ponía de relevancia es que una regulación siempre es necesaria, y por extensión, la política en el turismo también. Totalmente de acuerdo con tu comentario.
Irene