Tras pasar un fin de semana en Cuenca, uno tiene la sensación de haber visto varias ciudades. Dependiendo la hoz elegida para llegar a lo alto de la ciudad, dependiendo del lugar donde se mire (por ejemplo, desde las famosas Casas Colgadas o desde el Puente de San Antón, que se pueden ver en las dos fotos) o ya sea en un restaurante, calle de bares o tiendas, Cuenca muestra muchos aspectos. Y ninguno defrauda. Hoy veremos lugares que ver en Cuenca, a fin de que conozcas sus rincones más especiales.
Esta urbe es ideal para un fin de semana tranquilo, natural y para contemplar bellos paisajes. Para comenzar uno de los lugares más especiales es la Plaza Mayor de Cuenca, donde se sitúa la bonita catedral de Nuestra Señora de Gracia, del siglo XII. Es una zona intermedia si comenzamos a subir la ciudad.
Recomendamos al viajero que no suba por la calle principal (Alfonso VIII, por si les interesa) y se meta entre las callejuelas que conforman las dos hoces: la de los ríos Huécar y Júcar. En ese recorrido podrá el viajero observar porque Cuenca es Patrimonio de la Humanidad, contemplar maravillosas construcciones, fachadas coloridas y la conservación magnífica de una ciudad medieval llena de encanto.
Al otro lado de Cuenca: Puente San Pablo y las Casas Colgadas
En un principio es más recomendable la primera para llegar al Puente de San Pablo y a las famosas Casas Colgadas, punto turístico por excelencia en la ciudad. Las casas tienen una apariencia muy especial: grandes balcones de madera, que sobresalen en lo alto de un precipicio.
La escarpada situación de la ciudad da lugar a un montón de viviendas que encuentran su ubicación en mitad de la piedra y muchas de ellas comienzan la estructura muy abajo. No obstante, las famosas Casas Colgadas son aquellas que se suspenden en los muros de la ciudad. Sus bonitos balcones de madera son lo más llamativo que tienen, pero en realidad casi todo el casco antiguo de Cuenca esconde joyas de ingeniería dignas de admirar. Las Casas Colgadas fueron realizadas entre los siglos XV y XVI y han sufrido diferentes remodelaciones a lo largo del tiempo.
Solo tres de estas casas se pueden visitar. En una de ellas, está el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, que cuenta con una colección de pinturas y esculturas de artistas españoles de los años 50 y 60. Si tomamos el Puente de San Pablo, con gran altura y piso de madera, llegaremos al Parador de Cuenca, un antiguo convento del siglo XVI, que puede visitarse aunque no se pase la noche allí.
Subiendo al barrio del Castillo
Otra recomendación es subir hasta lo más alto de Cuenca, al llamado barrio del Castillo, donde obtendremos unas maravillosas vistas de la ciudad en el mirador y podremos comer (a un precio muy económico si se tiene en cuenta que es un lugar muy turístico) tras una larga caminata y cansancio.
Si en la parte baja de la ciudad, seguimos el camino del Río Júcar, llegaremos hasta el Puente de San Antón, otro muy recomendable por las vistas de la ciudad (otra de las tantas caras de Cuenca). De camino desde el centro de Cuenca, podemos observar la muralla de la ciudad y cómo las casas se fueron enclavando en los restos de esta.
Si deseamos una ruta más llana a pie podemos seguir el camino junto al río, encantador. Si nos fijamos en la parte inferior del puente, en uno de los lados del río, hay una virgen. Todos los lugares que hemos recorrido son algunos de los más típicos de esta bella ciudad y puntos de reflexión para conocer las distintas partes de una ciudad, que es bella a la par que recogida y natural.
Datos prácticos para viajar a Cuenca
Dónde dormir: Cuenca es una ciudad fácil de abarcar, por lo que cuanto más céntrico esté el hotel mejor, pero seguramente puedas hacer todo andando alojes donde te alojes. Yo pasé una noche en el Parador de la Cuidad, al Puente de San Pablo y es una maravilla. De hecho, os recomiendo visitarlo os quedéis allí o no lo hagáis, ya que es un antiguo convento rehabilitado de una forma extraordinaria y se permite la entrada a las zonas comunes. Podrás ver el el claustro acristalado, la antigua capilla y el patio, precioso.
Dónde comer. Os recomiendo el restaurante San Juan, en plena Plaza Mayor, pues se come bien y barato para la zona que ocupa en la ciudad. No dejéis de probar la comida típica manchega, como el ajo arriero o el morteruelo. Es algo fuerte, pero ya sabes: allá donde fueres…
Si aún tienes días, puedes conocer la Ciudad Encantada, no lejos de la capital de provincia, un gran parque de enormes piedras con distintas formas. Si te apetece tomarte unas cañas en Cuenca y disfrutar de buen tapeo, os recomendamos la calle San Francisco, con terrazas en verano y siempre buen ambiente.
Si quieres conocer otras actividades que hacer en la provincia te hablo también de ello en otro post sobre cosas que ver en la provincia de Cuenca y consejos para visitarla.
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me ha encantado pequeña, especialmente lo de las hoces y lo de no subir por la calle principal, jejejjeje. hay que repetir
😀 Gracias Maitita.
Lo de las callejuelas en fundamental, de los errores se aprende.
Repetiremos. ¡Muak!
Yo también recomiendo encarecidamente aun sin tener reservar en el parador de Cuenca, entrar a ver su claustro siglo XVI o también mucha gente va a tomarse un café para disfrutar del lugar que trasmite mucha tranquilidad.
Para mi el parador es el mejor hotel de Cuenca 😉
Sin duda cuenca es un lugar maravisollo para disfrutar de la naturaleza, yo propongo barranquismo y vías ferratas que son unas experiencias únicas en el medio natural y aptas también para niños.