Si nos decantamos por la provincia de Krabi al recorrer las islas del Sur de Tailandia, uno de los destinos más tranquilos y placenteros será Koh Lanta. Esta isla es ideal para recorrerla en moto, poder disfrutar de una playa tailandesa sin apenas compañía y es lugar de paso para visitar las islas menos conocidas de la zona (islas de Trang). Hoy nos ocupamos de qué ver en Koh Lanta.
Cómo llegar a Koh Lanta
Para empezar, podemos llegar a Koh Lanta bien desde los puertos de Ao Nang o la ciudad de Krabi, o bien desde otras islas como Koh Phi Phi o Railay. A diferencia de otras islas cercanas, en Koh Lanta sí hay carreteras y el tráfico, como en otras partes de Tailandia, es algo caótico. Pero si se conduce con cuidado no habrá problema. Por otro lado, está la posibilidad de trasladarse en tuk tuk por la isla (que da menos libertad), pero que es toda una experiencia debido al carácter afable y abierto de las personas que suelen regentar estos curiosos vehículos.
Cómo moverte por Koh Lanta
Una de los mejores actividades que se pueden hacer en Koh Lanta es alquilar una moto (alrededor de 200 bahts, 5 euros) y emprender un viaje por la zona Sur de la isla, donde se encuentran las mejores playas. Ellas son: Kan Tiang Beach, Nui Bay, Klong Jark Bay y Mai Pai Beach. Tampoco debemos llevarnos a engaño, aunque el paisaje es único, estas playas no son paradisíacas y son más bien normalitas (vemos una foto a continuación). En todas ellas hay cangrejos (en la foto siguiente), que hacen su guarida en agujeros en la arena, pero que no molestan.
Llegando al final de la isla, al punto más al Sur, podremos visitar una zona protegida, con una senda para recorrer a pie y un lugar para descansar.
Qué hacer en Koh Lanta
Para estar unos días tranquilos en la playa, Koh Lanta es un buen lugar, pues dispone de todo tipo de servicios y amplias actividades. Entre las más sencillas, se podrá disfrutar de sol y playa, leer un buen libro con vistas al mar y un precioso horizonte, dar un masaje en plena playa por el módico precio de cuatro euros o disfrutar de la gastronomía tailandesa (exquisita y cocinada con el mayor mimo). Además, en las distintas zonas de la isla suelen ponerse mercados nocturnos en la calle, donde comer saldrá mucho más barato y se podrá ver el auténtico ambiente tailandés.
Hay también paseos en elefante en varios campos de la isla y además, hay una playa donde se pueden hacer recorridos por la playa (parte y parte, la otra en la jungla), concretamente en Klong Jark Bay.
Ahora os mostramos algunas de las playas de Koh Lanta.
Para recorrer la isla, hay disponibles mapas en los hoteles y establecimientos turísticos. En un desvío a mitad de la isla encontraremos el camino para llegar al mirador o viewpoint, desde donde se obtienen unas maravillosas vistas del lugar.
Continuando por ese camino, se tendrá acceso al pueblo viejo de Koh Lanta, una población con mucho encanto, casas antiguas de madera y tiendas de perfil turístico. En la zona nueva, hay también muchísimos establecimientos para comprarse un recuerdo del país.
Por último, el turista podrá acceder a una gran cantidad de circuitos para conocer islas cercanas a Koh Lanta: las islas de la provincia de Trang o las Parque Nacional Mu Koh Lanta (casi todas ellas con playas muy paradisíacas que para mí son mucho mejores que las de Koh Lanta.
Si lo que buscas es un lugar de playa poco concurrido en Tailandia Koh Lanta se presenta como una opción única.
Nuestro viaje por el sur de Tailandia
Si estás por esta zona de Tailandia, quizás te interese también nuestro recorrido por otras islas cercanas. Nuestra idea fue obviar la turística Phuket y perdernos por otros territorios menos explorados desde Krabi. En primer lugar fuimos a un lado, hacia Koh Phi Phi, pues no queríamos perdernos las playas paradisíacas que habíamos visto a raíz de la película La Playa. No nos defraudó, pues más allá de los lugares más turísticos, nos perdimos por mitad de la isla, nos bañamos solos en una playa preciosa, hicimos snorkel y vimos peces de colores…
Además de Koh Lanta, visitamos Koh Hai (o Koh Ngai), una islita mucho menos conocida que nos encantó. Además de sentirnos muy pero que muy aislados, nos maravillamos con su frondosa naturaleza y vimos algún atardecer de espectáculo. Si os interesa un lugar poco trillado, os la recomiendo mucho. Después nos fuimos al norte (lo normal es hacerlo al revés pero había habido inundaciones y queríamos ver la zona más seca primero) y recorrimos Chiang Mai y Chiang Rai, dos paradas muy habituales en un recorrido por el país tailandés.
Excelente post.
Uf, hay tantas cosas que ver en el mundo, y la verdad que entre mis favoritas están las islas de Asia como esta.
Saludos