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Desde que hace un año se inaugurara la zona de Madrid Río -un área peatonal que soterró la antigua M-30 de la capital y que va desde Príncipe Pío hasta Legazpi más o menos-, pocos lugares he visto en Madrid tan llenos de vitalidad, tan completos (se puede tomar algo, pasear, correr, patinar, andar en bici, contemplar el Río Manzanares…) y con tan buenas condiciones para convertirse en el nuevo atractivo turístico de la capital.

A lo largo de aproximadamente 7 kilómetros, locales, turistas, deportistas, mayores, parejas, niños y padres disfrutan del camino y aprovechan el buen tiempo que hace en Madrid; lo aguantan en verano gracias al agua de los grifos o de estanques que hay a lo largo del paseo y lo disfrutan en invierno porque el sol no suele abandonar a esta urbe a pesar del frío.

Para conocer Madrid Río, recomiendo comenzar el recorrido en Príncipe Pío, donde podemos acceder en Metro. En frente del suburbano, encontraremos el camino y un poco más adelante podremos disfrutar de unas maravillosas vistas de conocidos monumentos de Madrid: la catedral de la Almudena, el Palacio Real y el edificio España ubicado en la zona de Plaza de España.

Desde la habilitación del paseo alrededor del Río Manzanares, Madrid nos recuerda a otras ciudades como Valencia o Valladolid, donde los paseos que bordean sus ríos son lugares muy conocidos turísticamente. Esta urbe lo necesita más si cabe, tan atestada de gente, coches, edificios; la gente lo agradece. Vemos a continuación una instantánea de la Almudena desde el paseo (si os fijáis, en la parte inferior, aparecen dos jóvenes tomando el sol:

La mejor hora para ir es antes de las siete de la tarde, momento en el que los madrileños salen de trabajar y abarrotan este lugar, bien sea para pasear o para hacer deporte. Poco despúes de la zona donde se contemplan los monumentos (a la altura de la calle Segovia), hay un bar donde poder tomar algo y hacer un descanso. Nos quedará también un kilómetro escaso para llegar al estadio de fútbol del Atlético de Madrid, el Vicente Calderón, al que los futboleros le podrán hacer una bonita foto con el Río Manzanares como decorado.

La práctica del deporte en este este lugar merece una mención especial. Aunque los peatones tienen preferencia (en la teoría, así lo dicen las señales), corredores y ciclistas inundan el paseo. Por eso, si uno es despistado debe tener cuidado por donde va, palabra de una servidora. Además, aquellos que siempre echaron de menos un lugar donde hacer ejercicio en el centro de Madrid (me incluyo, yo también corro y patino), tendrán un largo paseo para andar en bici, correr o patinar, pistas de fútbol, basket, pádel y un skatepark. Lo cuento también porque siempre hay algún turista que se lleva las zapatillas del footing en la maleta.

Además, los deportistas tienen señalizaciones con los kilómetros del paseo, con lo que podrán controlar la distancia que recorren. Pero esto viene muy bien también para el turista. Información práctica: en el kilómetro 4,60 hay un bonito puente, un bar y una zona recreativa para niños; en el 5,20 otro bar, un puente metálico muy moderno, y poco después la conocida playa de Madrid (en realidad, grifos que disparan agua y que disfrutan, sobre todo, los más pequeños).

A continuación os mostramos el puente del kilómetro 4,60:

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La chica que aparece en la foto, una desconocida para mí, era una de las jóvenes que estaba en Madrid Río la tarde que hice la foto; como la pareja que un poco más a la izquierda mostraba su amor en público; como la madre que enseñaba a patinar a su hijo; como el niño que se daba un baño en uno de los estanques del paseo y donde la gente no se suele bañar. Me gustan esos sitios donde hay mucha gente y cada uno hace lo que le parece.

Otro de los lugares por los que es conocido el Madrid Río es la anunciada «playa de Madrid«. Qué cosa. Cuando los madrileños estaban a punto de cantar eso de «vaya, vaya, aquí hay playa», vamos y nos damos cuenta de que se trata de unos grifos. Así es: grifos que echan agua, primero con el modo tradicional, luego al vapor. Cambiando el asfalto por arena y los pinos por cesped, esta playa es, cuanto menos, singular. La gente se pone en bikini y toma el sol y es muy loable, oiga, que las temperaturas en el verano madrileño no son una broma.

Pero desde luego, esto dista mucho de ser una playa. Próximo, tenemos el chiringuito, quizás el elemento que más pueda parecerse a un arenal de la Costa del Sol.

Una foto de la «playa de Madrid«:

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Tras la playa de Madrid, están las instalaciones deportivas de las que antes hablamos y un parque para los más pequeños, que pueden disfrutar hasta de una tirolina. Al final, si aguantamos todos los kilómetros del paseo, llegaremos a Legazpi, donde también sería interesante visitar el Matadero, un centro cultural de reciente creación, con salas variadas y lleno de actividades.

 

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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