Generalmente, visitamos el corazón de las ciudades, que es su parte antigua. Además de esconder su pasado y grandes historias, nos deleitamos con la estética y monumentos de cientos de años. Allí se encuentran también locales modernos, museos, jardines reales u hoteles. Pero la vida habitual de la urbe no tiene lugar allí; al menos, no gran parte de ella. Cuando nos alejamos un poco es cuando encontramos a la gente que es del lugar, los negocios «de toda la vida», los parques donde la gente se modela con el paso del tiempo…
Por eso, aunque alejándonos del centro urbano, vayamos perdiendo peso turístico, a veces un paseo de estas características nos ayuda a conocer y entender mejor la ciudad que visitamos. Hoy os animo a hacer esta actividad en Madrid, por cinco barrios de momento (Carabanchel, La Elipa, Ventas, Vallecas y Barrio del Pilar) y ver qué se cuece allí. Además, muchos están pegados a lugares que sí podríamos encajar en lo turístico de la ciudad, aunque alejados de los circuitos convencionales, como son Madrid Río, el Cementerio de La Almudena, el Parque de las Siete Tetas o Las Cuatro Torres. Os animo a dar este paseo por barrios de Madrid más allá del centro.
Carabanchel
Quizás por ser el primero de los barrios de Madrid que visité, Carabanchel parecía encarnar el concepto de barrio. Casas bajas, zonas con bancos para poder estar en la calle disfrutando de la ciudad, un ritmo pausado, gente que daba vida a cada rincón. La calle del General Ricardos es la arteria central, luego salen muchas ramificaciones difíciles de explicar por su irregularidad. Hay comercios de todo tipo, donde muchas veces se relacionan con los graffiti que pintan sus paredones. Hacen así a Carabanchel un barrio lleno de color y vida.
Aunque no hay cosas turísticas que ver en el barrio, al estar al lado de Madrid Río, el paseo en torno al Manzanares y una zona tranquila muy interesante para conocer, el viajero puede conocer esta zona y tan solo tomar algo en uno de sus bares o pasear. Mezclarse con la gente trabajadora, tomarse una caña en un bar de barrio, observar el arte callejero…
Quizás desde fuera Carabanchel suene a bajos fondos, pero nada de eso. Es un barrio humilde pero sencillo. Cuando hacemos fotos, la gente no nos mira mal, ni nos sentimos extraños. Hay un cementerio cerrado, al que intentamos entrar, pero no encontramos dónde. Paseamos por parques algo escondidos, subiendo y bajando escaleras; también zonas algo abandonadas, pero en general, Carabanchel es un barrio agradable.
Me falta la caña después del paseo pero como ya he venido aquí otras veces, puedo asegurar que en sus bares se encuentra el Madrid que siempre apetece: el Madrid de la caña, el vermú o el vinito; el Madrid de la gente.
Cómo llegar: Metro Marqués de Vadillo.
La Elipa
Este barrio, situado al este de Madrid, fue el lugar donde se fueron a vivir ciudadanos de otras partes de España allá por los años 60 y 70. Este hecho, sumado al origen humilde de la mayoría de sus habitantes, le da cierto encanto e interés al lugar. Su movimiento ciudadano también es conocido al lograr demandas históricas como la llegada del metro y me gustó también advertir que los vecinos de avanzada edad no renuncian a disfrutar de su barrio y se les puede ver paseando, jugando a las cartas en algún parque o en el mercadillo que tuvimos la suerte de conocer el sábado que nos encaminamos allí.
Otro de los emblemas del barrio, que no nos queríamos perder, es un enorme dragón que descansa en una zona de ocio. Su uso como zona recreativa fue prohibida, ya que tiene zonas puntiagudas y una altura excesiva para que jueguen los niños, pero los vecinos han luchado porque se mantenga (había planes de derribarlo) y de momento lo han conseguido. Aún se pueden ver a niños en la zona, siempre controlados. El lugar no es bonito, pero conociendo su historia, tiene su gracia.
Pero si hubo una visita que me encantó esa fue la del Cementerio de La Almudena. Nos dirigimos con el GPS y nos adentramos en este campo tumbas, uno de los más conocidos de Madrid. Era la primera vez que hacía una visita de este tipo, por lo que al principio, me supuso una pequeña reflexión sobre lo que estaba haciendo. Plantearse la muerte desde esta perspectiva era extraño, pero creo que enriquecedor. Poco a poco, olvidé que allí había cientos sino miles de historias tristes.
De las tumbas más conocidas (Pérez Galdós, Lola Flores o Gil), no vimos ninguna, pero sí la del domador José María González ‘Junior, que murió a los 22 años, y cuya tumba tiene dos grandes esculturas de caballos y una estética muy particular.
Posteriormente, una chica me dio las señas para encontrar la tumba de Lola Flores, que os comento por si os interesa. Hay que comenzar el recorrido por la entrada donde está la capilla de La Almudena. Dejándola atrás e introduciéndose en el cementerio, la encontraremos pronto. Las dos esculturas, reconocibles, ayudarán a identificarla.
Como siempre me gusta hacer y más en este barrio (porque tiene muchos bares de barrio, que suelen dar un buen servicio), me tomé una caña. El sol volvía tras días de lluvia intensa a Madrid y este barrio nos había acogido bien. Pero ya no nos ataba nada a él; pronto, nos fuimos.
Cómo llegar: Metro de La Elipa.
Ventas
El recorrido comienza en la plaza de toros más grande de España, cuyo nombre es también del barrio y del metro al que llegamos. Hay también una escultura en honor al mundo del toreo en mitad de la plaza. Son estéticamente bonitas, hay que reconocerlo, aunque ese mundo sea tan ajeno a mí como pocos otros.
Callejeando descubro un barrio residencial, que parece de clase media, y con ingredientes que se presentan en casi todos los barrios más allá del centro: negocios cercanos, bares castizos y ambiente más tranquilo que en zonas turísticas. Pronto me sumerjo en una zona de casas bajas, que llama mi atención porque no hay muchas otras en barrios que tampoco están tan alejados del centro. Son bonitas, cuidadas, no excesivamente grandes… pero está claro, no a mi alcance.
Entre los árboles que tiene el barrio, pronto diviso el Pirulí, la torre de comunicaciones de Madrid. Me encamino hacia él para caminar un poco más y pronto llego a un parque, que parece bastante amplio. No es un parque al uso, sino un jardín, antaño privado, que recibe el nombre de Fuente del Berro. Es una de las “quintas” que hay en la capital, lugares de recreo que construyó en el pasado la aristocracia de la ciudad y que con el tiempo se han abierto a todos. El lugar es un pulmón de naturaleza y aire limpio pegado a la M-30, una de las carreteras que rodean Madrid. Incluso tiene una pequeña catarata y sin una zona de juego con obstáculos muy original.
Cómo llegar: Metro de Ventas
Vallecas
Nuestro punto de partida fue Puente de Vallecas, límite del barrio que veníamos a visitar con Pacífico, donde caminando todo recto llegaríamos ya a Atocha y el centro de Madrid. A pesar de ser temprano y día laborable, La Albufera, vía principal, está a rebosar. Tiendas de barrio, comercios de todo tipo de arreglo y hasta locales de Inditex animan el lugar, con gran ajetreo. Subiendo, llegaremos al campo del Rayo Vallecano, equipo de alto voltaje y pasión futbolera tristemente descendido a Segunda División recientemente.
Pero nuestra idea es dejarnos llevar por un lugar más tranquilo, a pocos metros de aquí, como es el Cerro del Tío Pío o popularmente conocido como el ‘Parque de las Siete Tetas’. Este sobrenombre procede de siete montículos formados en el parque, desde donde podremos obtener unas maravillosas vistas de Madrid. Aún estando alejado del centro, este podría ser una excursión de un día que desde luego merecerá la pena. Madrid en toda su complejidad, boina de contaminación mediante, será una vista ideal mientras nos sentamos en una teta o en un banco a disfrutar del tiempo de la capital o de una buena conversación.
Tras esta visita, nos dejamos llevar por las calles vallecanas y pronto decidimos parar a tomar una caña, pues la cerveza corre en toda la capital y este barrio no iba a ser menos. Nos vamos a una zona donde una amiga vallecana que nos guía llama ‘Los Soportales’, llena de tiendas de chinos y terrazas de bares cercanos, de esos donde el camarero siempre encuentra una excusa para gastarte una broma. Nos tomamos la cerveza y luego gastaremos el poco tiempo que nos queda en seguir disfrutando del ambiente de pueblo que rodea Vallecas.
Me voy con la sensación de haber estado en un barrio que te acoge pronto; y al que seguramente vuelva. Siempre hay una excusa, como en el pasado fueron conciertos, quedadas, rock o partidos de fútbol.
Cómo llegar: Metro Puente de Vallecas.
Barrio del Pilar
El Barrio del Pilar es uno de los barrios con más densidad de población de Europa (viven 235 personas en cada hectárea, según El País). Por eso, es un barrio fundamentalmente residencial, con mucha vida y rasgos del Madrid auténtico. Cuando nos paramos un poco y preguntamos ciertas cosas a la gente, esta es amable y cercana, conociendo así más el carácter de los madrileños.
Tuve la suerte de poder hacer el recorrido con un vecino, compañero de trabajo, que me acercó a lugares señalados y que me contó alguna historia personal relacionada con ellos (¡no hay nada mejor para conocer un lugar que eso!). Comenzamos así el paseo en las Cuatro Torres, rascacielos con diferentes usos que hoy son rasgo estético reconocible de la capital. Es agradable el contraste con zonas verdes que se han habilitado y lo tranquila que es esta área. Seguimos rodeados de tranquilidad al sumergirnos en el Parque Norte, uno de los pulmones del barrio y donde mi amigo me muestra aquellos lugares donde los arbustos le servían de portería cuando era pequeño para jugar al deporte rey.
Ya divisamos el centro comercial La Vaguada, el primero de todos los que existieron en Madrid y remodelado posteriormente. Fue obra de César Manrique y en él los elementos naturales también están presentes. No entramos porque ya lo conocemos y continuamos hasta “los arcos” (cuyo nombre oficial es Puerta de la Ilustración), un monumento urbano que también es rasgo en el Barrio del Pilar y sirve como encuentro para diferentes vías, pasando también por allí la M30.
El siguiente paso es adentrarnos en los bloques de pisos. Hay un trazado de edificios en altura y plazas interiores muy característico, donde además casi todos ellos reciben nombres gallegos (Monforte de Lemos, plaza de Corcubión o calle de Finisterre). Así, llegamos a una de las sorpresas de la tarde y es ver un hórreo de piedra construido en la plaza de Corcubión, otro monumento desconocido para mí y que resulta cuanto menos curioso en el asfalto madrileño.
El resto del paseo lo haremos entre graffiti, muchos de ellos reivindicativos (en el barrio hay dos conocidos graffiteros populares, según me cuenta mi amigo: Chete y Toro), bares de barrio, niños jugando en las canchas, gente pasando la tarde en un trozo de césped y espacios verdes para que la gran cantidad de población que hay en este barrio. Todo tiene un sabor castizo y a la vez cercano que representan bien a la ciudad en general y que supone ese «algo» por lo que llevo enamorada de Madrid largo tiempo.
No podemos irnos sin tomar algo, en este caso ya en una terraza porque el tiempo acompaña. Para ello, hay un bar ideal, casa Pepe, donde además de una buena cerveza fría, te pondrán tapa y una sonrisa para atenderte, que no es poco.
Este bar es conocido como ‘Pepe el guarro’, aunque no está especialmente sucio. Me cuenta mi amigo que es porque al poner casi siempre alitas de pollo como tapa, los huesos caían al suelo y de ahí que se tratara así el tema… con todo ello, es un broche perfecto para una tarde muy agradable en un barrio tan acogedor.
Cómo llegar: Nosotros bajamos en el Metro Plaza de Castilla para hacer este recorrido. No obstante, la parada de Metro más propia del barrio es la de Barrio del Pilar.
¡Pues me ha encantado! Qué buen recorrido por algunos de nuestros barrios, a veces olvidados… Olvidamos que son la esencia del Madrid más acogedor y donde el tiempo va un poquito más lento que en el centro. Esperaré con ansia el resto y… ¡Que vivan los barrios, sobre todo Vallekas (con k)! 🙂
¡Gracias, guapa!
la verdad es que sí… pensando así todo lo que nos perdemos, me pregunto si conocemos realmente las ciudades. Vallekas es al que más cariño le tengo, todo sea dicho; siempre he tenido a gente cercana allí y hace años me acogía de fiesta muuuy bien 🙂
abrazos!!!
Ire
Cómo mola!!!! Mi barrio desde el primer día de vida hasta hace 1 año ha sido Carabanchel. Barrio con peor fama de lo que se merece. No vamos a decir que sea aquello cortilandia pero se puede pasear tranquilo tanto de día como de noche. Lo mismo pasa con Vallecas, mi barrio actual, donde estoy disfrutando tanto como en Carabanchel. Viva los barrios, los barrios son Madrid.
Gracias por este post, me ha hecho especial ilusión.
Un abrazo Ire!!
¡Gracias por el comentario, David!
Dos buenos barrios, con peor fama entre cierta gente, pero que tienen algo muy especial. Justo son los dos que mejor conozco de los que recorrí y puedo asegurar que su ambiente te anima y tienen un montón de esos templos que hacen lo que es Madrid: los bares. Lugares para repetir y disfrutar, sin duda.
Abrazos!!!
Ire
Hola Irene
Bonito recorrido y claro que los barrios tienen mucho qué ofrecer. Te comento que el año pasado fui a la Batalla Naval de Vallecas y pude conocer muy de cerca ese barrio y con mucha agua, recorriendo desde el principio al fin y noté ese Madrid del que no estamos acostumbrados porque normalmente esa bonita actividad no salían en las guías y me pareció muy interesante.
Lo supe justo por gente viviendo en Madrid: Por Patricia (La Oveja Viajera) y Alba Luna, sino fuera por ellas quizás no me se me hubiera ocurrido ir y además por la fama de «movida» que tiene. Ya ves que todo estuvo bien y es más me enteré aquel día del estadio y su equipo de fútbol muy famoso entre los fanáticos de este deporte.
Del resto de barrios puede ser que haya ido al del Pilar, pero no estoy seguro.
Un abrazote.
Bo
Que guay, Bo!!
sí, Vallekas es demasiado vital y la verdad es que siempre que puedo, me gusta escaparme. A era fiesta le tengo muuuchas ganas; nunca puedo 🙁
Además, recomendado por gente local!! no hay nada mejor!!!
Estuviste en el campo del Rayo Vallekano, sí! jeje yo es que soy bastante aficionada al fútbol y me lo conozco. De hecho este año fui un día a ver a otro equipo de la ciudad, mi Real Madrid jeje hay un ambientazo increíble allí 🙂
Más barrios para otra vez!!! es lo mejor!!!
saludotes,
Ire
Me gusta mucho tu blog y tu mirada original y autentica sobre Madrid, especialmente este articulo ! Vas a hacer un articulo numero 2 sobre los barrios mas allá del del centro ? 🙂
Un abrazo !
Muchas gracias por tu comentario, Celia,
siempre da ánimos para seguir 🙂 Madrid me gusta taaaaanto que espero que se note bien. Parece que sí!!!
Sí tenía en mente hacer una segunda parte, pero como estoy parando poco en casa, no encuentro tiempo! espero que esto cambie.
Un abrazo,
Irene