pareja

Seamos realistas: ¿Cuántas parejas se han roto por una afición incontrolable de una de ellas? Aunque podemos mirarlo por el lado bueno. ¿Cuánto amor puede haber en una persona que aguanta casi a diario una adicción “buena” al otro? Son preguntas para los que cada uno tendrá su respuesta, pero sí, hoy intentaremos desvelar como son las parejas de los amantes de los viajes, de los verdaderos viajeros, de los que nunca pueden dejar de viajar. Ya se sabe: “Detrás de un gran viajero, siempre hay una persona con paciencia”.

Viajar, viajar y viajar. Pero no solo eso es lo que tendrás que soportar. Prepárate para que te lleven a cualquier lado, sea peligroso, o no. Que te hagan ir a lo cutre, “que si no el dinero no da”. Que tengas que levantarte en vacaciones a la misma hora que cuando trabajas. ¡O antes! Que andes como si fuera el último día de tu vida. Aguantar que cada monumento requiera por lo menos 10 minutos de fotografías. Quedarte sin el viaje al pueblo. Tener que visitarlo todo de una ciudad. ¿Sigo?

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Porque un viajero puede ser perezoso, vago, despistado o estar de bajón en el trabajo soñando con nuevos destinos, pero en un viaje se transforma y hay que estar preparado. Esto es: levantarse pronto, comer rápido, hacer muchas fotos, patear mucho, visitar cosas, comentarlas…

Si el defecto del viajero es la incontinencia turística (o el virus viajero, el síndrome de las vacaciones continuas o el déficit de atención a todo aquello que no sea en una ciudad distinta a la suya), la paciencia es la mejor arma de sus parejas.

Las parejas de los viajeros son pacientes

 “La paciencia es la madre de la ciencia”, me decían de pequeña. Y normalmente, la ración de paciencia de una pareja de un amante de los viajes es enorme porque el viajero tiene muy claro qué tipo de viaje quiere y ¡ay de quién no quiera seguirle el rollo! GRACIAS.

Las parejas de los viajeros son los pies en la tierra

 Un viajero propondrá un viaje y tendrá en mente cualquier destino aunque no tenga dinero o tiempo. Querrá hacerlo sin reservar ni un solo hotel, sin apenas mirar información de la ciudad, con ganas de aventuras máximas. Y siempre tendrá alguien a su lado (o no) que le haga poner los pies en la tierra y que le enseñe el verdadero sentido de la palabra ORGANIZACIÓN.

Las parejas de los viajeros son relax

 Todo tiene su límite. Si en algún momento de un viaje te das cuenta que llevas tres días, cinco pueblos visitados, seis museos y 18 horas de sueño, habrá que decir basta. ¿Nos echamos una siesta? ¿Una cañita? ¿Descubrimos los bares de la ciudad?

Las parejas de los viajeros son comprensivos

Aguantarán que veas por décima vez ese episodio de ‘Españoles por el mundo’ que tanto te gustó, que todos los días leas relatos de otros viajeros, veas fotos de lo más espectacular, estés todo el día hablando de ese nuevo destino tan especial, que de vez en cuando te entre el síndrome ‘Lo dejo todo’ e incluso que quieras llevarlo a cabo.

Las parejas de los viajeros son curiosas

Creo que la pareja de un viajero es normalmente otro viajero o una persona mínimamente curiosa. Porque el viajero tiene que viajar irremediablemente, es su pasión y por tanto, la persona que comparte sus días tiene que encontrar sentido a los viajes. Los libros, las pelis, el deporte o coleccionar monedas son cosas que podrían acercarnos a otros países y pueden despertar la curiosidad viajera. O simplemente las ganas de ver mundo. Pero algo tiene que haber.

Porque el viajero hace suyas las frases: “All you need is travel”, “Hasta que los viajes nos separen”, “Viajo, luego existo”, “Solo sé que se viajar” o “Come, viaja, ama”.

Vamos contadnos, ¿soportáis a alguien así? 😉

Compartimos también una pequeña infografía que hemos hecho para la ocasión.

viajeros

 

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

Un comentario en «¿Cómo son las parejas de los viajeros?»
  1. Hola a todos! Reconozco que soy de las viajeras pesadas porque quiero verlo todo, caminar, pasear, conocer a la gente de los lugares que visito, hacer muchas fotos y dormir! Por eso suelo viajar con gente igual de pesada que yo. Pero bueno, quizás lo hago porque viajo mucho menos de lo que me gustaría.
    Aún así, soy de las que van a lo seguro. Llámenme cobarde pero «lo peligroso» no es lo mío…

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