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Decía Marta, nuestra guía del tour gratuito por Edimburgo, que en la ciudad se habla de fantasmas como de fútbol o política. Ese lado oscuro le da un encanto especial a la ciudad, que unido a su arquitectura, un maravilloso casco antiguo genialmente conservado y todos los servicios que actualmente se instalan en esta zona y sus alrededores hacen que esta urbe sea realmente adorable.

En las siguientes líneas os daremos consejos para recorrer Edimburgo: qué ver, los tours que hicimos o los mejores bares y restaurantes que disfrutamos. La ciudad, más allá de ser súper interesante, es rabiosamente bella y a pesar del frío que hizo -a ratos se nos hacía difícil disfrutar al aire libre- una escapada a la capital de Escocia es muy recomendable. ¡Os la recomiendo!

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Un poco de historia en los tours gratuitos que hay en la ciudad

No es casualidad que haya empezado con una cita de nuestra guía por Edimburgo. Creo que es una actividad que en esta ciudad -seguramente en todas- viene fenomenal para entender dónde estamos, preguntar más acerca de ella y dejarnos guiar a otras zonas, bares o restaurantes. Yo hice el recorrido ofrecido por la empresa Sandemans, que sale del local Frankie & Benny’s en High Street cada hora en punto del día de 10.00 a 14.00 horas. Tuvimos mucha suerte porque nuestra guía, Marta Roldán, era una auténtica crack y nos contó de forma amena y súper enérgica todos los secretos de la ciudad.

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Por si hay alguien que no conoce este tipo de tours explico que son rutas en las que no hay un precio establecido, por la mecánica de la empresa, pero lo correcto es pagar. Yo calculo que al menos diez euros; y de ahí, todo lo que vuestro bolsillo o satisfacción os permitan.

El Down Town de Edimburgo: una verdadera maravilla

El tour comienza en la famosa calle Royal Mile y no por casualidad. A raíz de la vía principal del Down Town se expandía la ciudad antigua, que en el siglo XVII llegó a tener más de 50.000 personas. Este hecho, unido a la inexistencia de alcantarillado y otros sistemas necesarios para salubridad, hacían de la ciudad un lugar sucio y difícil de habitar. «No existe otro lugar en el mundo en el que la gente esté tan apretada como en Edimburgo», decía el escritor inglés Daniel Defoe.

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El corazón de la ciudad y la vida más allá de la muralla estaba conectada por un montón de pasadizos que reciben el nombre de ‘closes’ y que hoy se pueden ver en este recorrido. Muchos no llevan a ninguna parte pero hacen imaginar cómo era la vida por entonces.grassmarket-edimburgo catedral-san-giles-interior

Además de contarnos la historia de la ciudad, Marta nos llevó a lugares clave como el antiguo parlamento, la Catedral de San Giles, las esculturas de David Hume y Adam Smith, el castillo de Edimburgo, Grassmarket y el cementerio Greyfriars. En este último, se paró especialmente ya que conecta directamente con la esencia oscura y mística de esta ciudad.

Allí, los dos personajes más populares son Bobby, un perro que acompañó a su dueño fielmente desde su muerte y Mackenzie, un encargado de reprimir a los miembros de los Covenants y en cuya tumba parecen haber pasado todo tipo de cosas paranormales. En Edimburgo hay hasta una cátedra para estudiar estos casos, así que ¡poca broma!

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El Down Town es una maravilla y os recomiendo pasear por sus callejuelas para empaparos del encanto del cogollo más histórico de la ciudad. Aunque poco tiene que ver con el Edimburgo original, sigue manteniendo un estilo único con el que te puedes sorprender admirando los edificios y las fachadas de colores. Pensando: ¡Qué maravilla! Una de las calles más míticas, por su belleza y vida comercial y de ocio es Victoria Street. Tiene dos niveles, así que te recomiendo subir al segundo y admirar desde una nueva perspectiva esta joya de la ciudad.

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Más allá del Down Town: la ciudad nueva

La New Town hace referencia a la extensión de la urbe cuando se ampliaron las fronteras de la antigua ciudad. No obstante, sus edificios y estructura son del siglo del XVIII y merecen un paseo calmado para descubrir también su encanto turístico. Allí está el monumento a Scott, los Princes Street Gardens, la calle Rose y George -ambas bonitas y nutridas en el apartado de bares y restaurantes-, la National Gallery de Escocia, la misma calle Princes Street llena de ambiente y tiendas, y al final, Calton Hill, el mirador por excelencia de la ciudad y lugar que merece un capítulo a parte.

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¿Por qué? Por sus múltiples monumentos, que le valieron el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad y que le confieren un encanto y también un lado oscuro digno de Edimburgo. Todos, por un motivo u otro, están tocados por un halo de misterio o estigma.

Uno de ellos llama mucho la atención porque es un intento de imitar al Partenón de Atenas. Se erigió para rendir homenaje a los caídos en las guerras napoleónicas pero por falta de recursos, se quedó a medio acabar. Así, el majestuoso monumento inicial se convirtió pronto en «la vergüenza de Edimburgo«. En este punto, es bueno reseñar que la ciudad tuvo un fuerte movimiento de la Ilustración, que después daría lugar a muchas universidades y el reconocimiento popular como la ‘Atenas del norte’. El observatorio de la ciudad y el monumento a Nelson -donde se puede subir y obtener aún mejores vistas de la ciudad- completan el catálogo de lugares interesantes que ver en esta zona.partenon-edimburgo

El frío y que nos sobraban ratitos por el casco urbano hicieron que entráramos en la National Gallery de Escocia y si bien merece la pena, no es quizás una gran colección. Disfruté, como siempre, el espacio dedicado a los impresionistas, ya que es de lo que más conozco. Recomiendan bastante también el Museo de Escocia, ubicado este en el Down Town, pero no fuimos. Lo que sí hicimos fue tomar algo en su terraza, con buenas -aunque no impresionantes- vistas de la urbe. Eso sí, ¡es un poco caro! Pero entendimos no solo pagas la consumición, claro.

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Dean Village, el paisaje de postal en Edimburgo

Además de ser una ciudad preciosa, Edimburgo tiene rincones que exacerban su belleza hasta llevarla al máximo. Es el caso de Dean Village, un pequeño barrio donde el paisaje más urbano se encuentra con la naturaleza y el río Leith. El paseo por la zona es una pasada y más allá del camino junto al agua, que te podría llevar al barrio de Leith en un bonito paseo, perderse entre las viviendas tiene mucho encanto.

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Su auge vino antaño con la producción de pan pero ante el crecimiento de otros polos en la ciudad, quedó un poco abandonado. Ahora se ha recuperado siendo uno de los atractivos de la ciudad, ya que forma un bonito paisaje de postal a solo unos minutos del New Town.dean-village-vistas

Leith: visita el barrio de Trainspotting en Edimburgo

Aunque Leith poco tiene que ver con el barrio que se refleja en la película de Trainspotting, el toque gamberro de una zona conflictiva en tiempos pasados se percibe aún en algunas calles y en sus bares. En estaos lares, hacía peripecias la pandilla de la mítica cinta cinematográfica y aunque hoy la pinta es otra, aún se perciben zonas muy humildes; quizás también con malos hábitos.

De este barrio es también natural el escritor del libro que dio origen al film, Irvine Welsh, del que tras haber leído varios libros, uno se enamora del carácter y fuerte personalidad que posee. Quizás por eso aún no descubriendo ninguna maravilla, disfruté mucho de cada rincón.

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En el barrio, tuvieron algunos episodios históricos o fue escenario de las diferentes guerras de poder que se sucedieron en la ciudad. Fue su puerto además lugar estratégico en tiempos. Tampoco nos dio tiempo a conocer la zona en profundidad, pero nos quedamos prendadas de muchos locales de la calle Leith Walk, que une el New Town con el barrio.

Otro punto que merece un paseo es el puerto de Leith y la zona, conocida como The Shore, que imprime también el carácter del barrio. Un día animado, puedes tomar algo en una terraza y cenar, pero cuando fuimos estaba bastante apagado. No obstante, el sombrío ambiente hacía que conociéramos otra cara de Edimburgo y el hecho de conocer un barrio popular, más allá del cuidado y elegante centro de la ciudad, me pareció muy interesante.

Nuestra visita al Palacio de Holyrood

La historia de Escocia es además de muy interesante, convulsa. Por eso, hay dos lugares donde se pueden contar por cientos las historias y cuya visita nos hará conocer mejor Edimburgo y su pasado: el castillo de Edimburgo y el Palacio de Holyrood.

Nosotras elegimos el Palacio de Holyrood, dejando el castillo de Edimburgo a sabiendas que era uno de los emblemas de la ciudad. Cada vez más creo que no hay que ir a los lugares por tacharlos de la lista y aunque seguro que es súper interesante, decidimos dejarlo para otra ocasión, ya que habíamos programado ya muchas visitas. El castillo es considerado «el lugar más asediado de Gran Bretaña y uno de los más atacados del mundo» y lo más adecuado es hacer la visita con un tour que pueda contarte todo lo que aconteció entre sus paredes.

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Por su parte, el Palacio de Holyrood es una visita muy interesante y donde con un poco de imaginación podremos ubicar gran parte de la Historia del país. Fue residencia real a partir del siglo XVI. Está al final de la Royal Mile y la visita cuesta unos 18 euros. Allí podrás ver todas las dependencias que utilizaron los reyes de Escocia y tras la unión, Gran Bretaña. Las habitaciones, las salas de recepción y en muchas de ellas, los utensilios utilizados de la época.

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La audioguía es bastante buena y cuenta también alguna historia real. Para saber un poco más de la realeza del país yo decidí ver la película ‘María, reina de Escocia’. La cinta recrea uno de los episodios que sucedió en una de las dependencias del palacio (contada también por la audioguía). El por entonces marido de María de Escocia irrumpió junto con varios nobles en su habitación y mataron con varias cuchilladas a David Rizzio, secretario privado de la reina, con quien se creía que tenía relaciones extramatrimoniales. En el exterior, se puede visitar también la abadía y los cuidados jardines que tiene.hollyrood-jardines

El tour del ‘lado oscuro de Edimburgo’

Empezamos el post hablando de ese halo mágico, místico y oscuro que tiene la ciudad de Edimburgo. Para adentrarse en este mundo no está de más ir de la mano de alguien, ya que la mayoría somos escépticos; y no hay nada como un poquito de sugestión. Nosotras repetimos el tour con la empresa Sandemans y tuvimos la suerte de que nos tocara Marta Roldán como guía. De nuevo nos contó historias geniales de una forma muy amena.

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Rememorando cómo era Edimburgo en el siglo en el siglo XVII no es difícil imaginar una ciudad sucia y oscura, donde todo tipo de historias tenían cabida. Pero si la ciudad era “inhabitable”, no eran mejores las expectativas de lo que había más allá. Uno de los puentes que dio salida a la antigua ciudad, el puente del norte, en inicio era muy inestable y en muchas ocasiones, se hundía. Fue desde su origen considerado el ‘puente maldito’. Marta nos contó que hay gente mayor en la ciudad que aún a día de hoy se niega a cruzarlo.

Otra de las paradas de este tour oscuro por Edimburgo es el Old Calton Burial Ground, frente a Calton Hill. Allí está enterrado David Hume, el conocido filósofo positivista y hay varios homenajes en forma de faro de almas, dirigidos a personas enterradas lejos del lugar. El gran obelisco central está levantado en homenaje a varias personas que lucharon por el sufragio universal masculino y que fueron desterrados a Australia. Los cementerios en Edimburgo están abiertos todo el día y son lugar de reunión como pudiera serlo cualquier parque o zona verde.tumba-hume-cementerio

En esta parte también conocimos la historia de los robos de cuerpos en la ciudad. Burke y Hare fueron dos asesinos que llegaron a matar hasta a dieciséis personas para vender sus cuerpos a médicos que los compraban ilegalmente por “el bien de la ciencia”. No conocían su método, claro.

Datos prácticos en Edimburgo

El tiempo en Edimburgo: no puedo esconder que si hay algo que no me gustó de la ciudad es el frío que hacía. Tuvimos a inicios de mayo máximas de nueve grados y una sensación horrible de que el frío te cala bien fuerte. Os recomiendo que miréis el tiempo y que os abriguéis si os toca una temperatura similar.down-tonw-catedral

Dónde dormir: nuestra elección fue un pequeño hotel, no el mismo centro pero muy accesible en autobús. Se trata del Bala House y sale a unos 43 euros la noche por persona. Es correcto, está limpio y era muy cómodo, si bien había gente en otras habitaciones y se escuchaba un poco de ruido por las noches. De todas formas, está muy bien y a buen precio.

Cómo moverte: nosotras fuimos en Uber desde el aeropuerto al hotel, pero si no, el servicio de tranvía te deja en el centro. Una vez allí lo mejor es moverte en bus. Con Google Maps hoy es fácil ver qué número tienes que tomar y las paradas está bien señalizadas. El precio del billete actualmente es 1,7 y hay que depositarlo justo en una caja que hay al lado del conductor. Nosotras cuando no teníamos cambio, acabamos dejando dos libras.

Dónde comer/beber: este será un apartado extenso, pues debido al frío que hacía en la ciudad, uno de los mejores refugios son los bares. Edimburgo tiene una carta extensa, todos ellos suelen estar hechos con el máximo mimo y encanto y merecen mucho la pena.

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Primero, os digo tres que considero imprescindibles:

El Zebra Cofee, en pleno Down Town, para tomar un te o café. El lugar es pequeño pero coqueto e ideal para tomar algo caliente y seguir el camino. Sobre todo por lo acogedor que es. Para verano, tiene “un jardín secreto”; una pequeña terraza para disfrutar del aire libre.

Restaurante Roseship, en la calle Rose. Se trata de un restaurante con una decoración preciosa y una carta variada. Probamos los mejillones del norte y como una loca de este plato que soy, puedo decir que no debes dejar de hacerlo si te gustan. De segundo nos comimos una especie de calabaza rellena. El precio fueron unos 26 euros por cabeza.roseship-restaurante

Bar Victoria, en Leith Walk. Ideal para tomar algo en una de las calles que más me gustaron de la ciudad para “salir”. De corte alternativo, podrás tomar algo en un pequeño sillón y sentirte dentro del ambiente local de la ciudad.

Otras recomendaciones: me gustó mucho el Maison Bleue, en plena calle Victoria Street, donde comimos por unos 20 euros. Tienen menú y medio menú. Para tomar hamburguesa, nos recomendaron y nos gustó el Holyrood 9A, que también sale a unos 20 euros. Para tomar café, en la calle George Street, me fascinó también el Burr&Co, tanto por el calmado ambiente como por la estética moderna. Con todo ello, creo que será difícil que entres en un bar o café en Edimburgo y que te decepcione. ¡Son una maravilla!

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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