Desde el pasado 9 de octubre 2012 hasta el 13 de enero de 2013, está teniendo lugar en el Museo Thyssen-Bornemisza la exposición ‘Gauguin y el viaje a lo exótico‘, sobre la obra del pintor francés en la época que viajó a Tahití y sus islas. Compuesta por ocho salas, también se pueden ver obras que expresan la influencia del artista en los expresionistas alemanes, primitivistas rusos y los fauves franceses -con cuadros de Ernst L. Kichner, Emil Nolde y Max Pechstein, entre otros-, y la importancia del viaje a lo exótico en otros grandes pintores como Kandinski y Matisse.
Para ir a ver la exposición se recomienda la compra anticipada de las entradas que facilita el museo, dada la gran afluencia de público. Hay visitas cada quince minutos todos los días menos el lunes. Concretamente, de martes a domingo de 10.00 a 18:30 horas, y los sábados de 10.00 a 21.30.
Los precios son diez euros la entrada normal y seis la reducida para: mayores de 65 años, pensionistas, estudiantes, titulares de Carné Joven, profesores de Bellas Artes, miembros debidamente acreditados de familia numerosa y ciudadanos con discapacidad superior al 33%.
Los temas centrales de la muestra son: la figura del artista, Paul Gauguin; el viaje como escape de la civilización; y la concepción moderna de lo exótico y sus vinculaciones con la cultura y las costumbres.
El primer contacto del artista con lo exótico fue allá por 1880 cuando visitó Martinica con su amigo Charles Laval (de quién también hay cuadros en la muestra) y que supuso un giro trascendental en su carrera de pintor -hay una obra que es iniciática en este sentido- (Sala 2). Tras ella, llegaran una serie de cuadros que reflejan la admiración de Gauguin por la naturaleza y la cultura maorí, construidos con grandes superficies de color (Sala 3).
De esa época es Mata Mua (Érase una vez) – 1892 que se puede ver en la página web del museo y que considero una de las más bonitas y representativas.
En la sala 4, llamada ‘Bajo las palmeras’ se muestra la naturaleza como modo para recuperar la inocencia y la felicidad, el verdadero sentido del arte, que influyó en Gauguin, pero también en otros, como Henri Rousseau, del que se puede ver el imponente cuadro ‘Paisaje tropical con un gorila atacando a un indio’. En la sala 5, se muestran cuadros que tienen que ver con la cultura y las costumbres de los habitantes de tierras lejanas y donde subyace la idea de la diferencia que Guaguin abrazó, en la que no se trata de asimilar, sino de «sentir el placer de lo Diverso».
El resto de salas están destinadas a la influencia en otros artistas y del viaje como motivo para crear. En la última, de hay una proyección sobre la Polinesia francesa, del director de cine expresionista alemán F.W. Murnau, que coincidió con Matisse en estas tierras.