Despertadores que no suenan. Excusas para pasar la tarde en el MacDonalds de la esquina. Lesiones que impiden seguir el camino. Brindis apretando los dientes. Patadas de complicidad por debajo de la mesa. Discusiones con exhortaciones del estilo: “A mí no me importa qué hagamos hoy, pero yo iría a tal o cual monumento sin dudarlo”. No se puede negar que viajar en grupo puede llegar a ser un infierno. Si no quieres perder a un amigo por el camino, atiende a razones en nuestra ‘Guía para aguantar a tus compañeros de viaje’.
Expón tus gustos desde el principio. Tampoco hace falta que lleguéis al extremo del “Puedo prometer, y prometo…”, pero si estaría bien quedar un día antes, con unas cañas y menos tensión que en un viaje de por medio, y comentar qué os gustaría hacer en el viaje. Está bien saber de ante mano quién hará todo lo posible por quedarse en las cercanías del hotel, incluso en el alojamiento mismo, echando unas cartas o emborrachándose como si el trayecto en avión nunca se hubiera realizado.Cuidado con las horas. Hay gente que por madrugar entiende poner el despertador, aunque sea para abrir los ojos a las 11 de la mañana. Aclarar conceptos básicos tampoco vendrá mal. ¿A qué hora de la mañana se la considera madrugar? ¿Cuando y en qué lugar exacto quedamos al día siguiente? Y si hay algo claro en esta vida es que todo se pega… menos la puntualidad.
Sinceridad ante todo. Siempre habrá quien esconda sus preferencias y llegue el momento de comer juntos o mantener una conversación y su cara sea un cuadro. Evita ese tipo de situaciones. Suelen acabar en gritos.
Stop. Parar a veces también viene bien. Si los gustos de los viajeros son muy diferentes, siempre se puede separar al grupo algunas horas. Además, en ese tiempo recuperarás las ganas de conciliar gustos y aliviar tensiones.
Momentos de relax. Además de dejar de veros la cara por un tiempo, no hay nada que unas cervezas no puedan arreglar. Relajaros, recordad que estáis de vacaciones y tomaros unos cuantos botellines. Eso sí: este es un arma de doble filo. Vale para arreglar las cosas… o para echaros todo en cara.
Piropos por doquier. Si al organizar el tiempo, has tenido alguna discusión con alguno de tus compañeros de viaje, intenta relajar la situación. Hazte una foto con él/ella pregonando a los cuatro vientos lo mucho que lo aprecias y luego, recalca bien alto lo guapo/a que sale en la foto. Un piropo a tiempo…
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