Somos una especie rara, pero existimos. Somos aquellas personas que preferimos no viajar en verano y sí hacerlo en marzo, junio u octubre. Más bien cuando cuadre: cuando sea la mejor época en el país, sea más barato y haya menos gente. Cuando los astros se alineen y una especie de señal nos diga que es el mejor momento. La idea es ser flexible, siempre dentro de lo posible. Os cuento mi caso. Me voy a Indonesia el próximo octubre, cosa que decidí hace poco por tema de vacaciones y de conjugarlo con mi pareja; después de preguntar a gente que sabe del tema, mirar fechas y de descartar otros destinos. Compre el billete hace una semana. Las cuentas me salen: he comprado mi felicidad para tres meses.

Pero hay otra cara de la moneda: la cruz para ser exactos. Pasar el verano trabajando, mientras otros disfrutan de destinos donde a ti te gustaría estar, dándose chapuzones cuando tú estás con el ventilador en la cara porque no soportas tanto calor o por supuesto, viendo sus fotos en Facebook con sus amplias sonrisas y morena piel. Y si no, alguien se encargará de pasártelas por WhatsApp; el recochineo padre, vaya.

Prepara tus vacaciones

Si tu caso es como el mío y no tienes vacaciones porque las has dejado para más adelante, no te deprimas, si no al contrario: piensa en tu suerte. Quién ríe el último ríe mejor JAJAJA. Piensa que cuando la gente vuelva de vacaciones, tu estarás disfrutando de ellas. Aunque por otro lado, ya se sabe: mal de muchos, consuelo de tontos. Mejor piensa en el por qué de tu decisión y en la verdadera razón de aguantar: tu viaje. Compra la guía en caso de que vayas a utilizarla, comienza a busca información y fotos para motivarte y regodearte en tu felicidad, lee sobre el destino, ve películas, programas de televisión o documentales. Así la experiencia será mucho más enriquecedora… y tu tiempo libre en verano 🙂

Miren la foto, yo creo que merece la pena esperar:

Evita las redes sociales

La envidia es mala. Llevamos escuchándolo toda la vida. Evita las redes sociales, los selfies, los pies en la playa y los homenajes que se pega la gente en verano.

Reduce el ritmo: es verano

Es verano y como tal, la carga de trabajo habitualmente se reduce en toda empresa. Tómatelo con calma, no curres tanto (dentro de lo posible) como el resto del año. Por ejemplo, yo con el blog estoy publicando con menos frecuencia. Intenta convencer a tu jefe para salir un poco antes si no hay mucho trabajo y aprovecha la jornada intensiva: ve a la piscina, sal a tomar cañas, aumenta tus visitas a las exposiciones, recorre todas las terrazas de tu ciudad, haz cosas distintas, aprovecha los cines de verano, etc. En resumen: sé turista en tu ciudad.

Piensa en la parte buena

Piensa en la parte buena: No tendrás depresión postvacacional, ni que afrontar septiembre como si se acabara el mundo, podrás disfrutar de Madrid sin riadas de gente…Y siempre te quedará la piscina.

Haz pequeñas escapadas

Pero las pequeñas evasiones diarias seguramente no serán suficientes, necesitas algo más. Inventa alguna escapada de fin de semana, donde puedas disfrutar también de una playa o un pantano, de una jornada intensa como un día de viaje y donde el móvil, el ordenador y todo aparato electrónico se queden en casa y te hagan desconectar.

Te damos algunas ideas:

–Cinco rutas para hacer en furgoneta

–Escapada a Cádiz

–Claves para viajar a Madrid y sentirte como un madrileño

–Pueblos de playa y montaña en España

Cambia tu rutina

La realidad es así: la mayor parte de la gente cambia sus rutinas en verano, así que aunque eso signifique casi siempre vacaciones, para ti puede significar otra cosa. Por ejemplo en mi caso esto es: dejaré de correr porque en Madrid hace un calor terrible, así que tendré tiempo para dedicarme a ver pasar el tiempo en un parque, igual haciendo un deporte más entretenido o leyendo o tomando algo con mis amigos. El verano es tiempo de esparcimiento y puede serlo aunque no viajes.

Imagen: Flikr