Quizás Marruecos fuera el viaje que más ganas tenía de los que podría catalogar como realizables por tiempo y dinero. Siempre me he referido a este país como el viaje ideal: está cerca, es un país muy distinto al nuestro, barato y bastante asequible en todos los sentidos. Además, ahora puedo añadir que es seguro, porque sí, tengo que admitir que antes de viajar allí, tenía miedo de que pudiera resultarme inseguro o chocarme demasiado. Para decirlo más claramente: ahora no dudaría en coger la maleta e irme sola de ruta por el país. Una pena que no pueda hacerlo.
No obstante, a Marruecos hay que ir preparado y concienciado de varias cosas: creo que el mismo prejuicio que nosotros tenemos con ellos al verlos menos desarrollados económica y cívicamente, lo tienen ellos al considerarnos a todos como turistas con dinero que vamos allí a gastarnos los ahorros. No dudo que exista un poco de lo primero y de lo segundo, pero no todos somos así. Allí me sentí más turista que nunca en el peor sentido del término y en más de una ocasión estuve a punto de contestar mal a algún espontáneo que se puso un poco cansino intentando ayudarme sin que se lo pidiera, pero más allá de alguna experiencia de este tipo, me quedo con la amabilidad del hombre del hotel, los paisajes camino del desierto, los contrastes de Marrakech y las risas regateando con los astutos comerciantes de la Medina.
Creo que cinco días en Marrakech dan para conocer un poco la ciudad, pero son pocos para tomar conciencia de cómo vive un pueblo. No puedo dejar de sentir que la equivocada fuera yo, al querer abarcar mucho en poco tiempo, por lo que os recomiendo que de viajar a Marruecos lo hagáis más días, quizás a más de una ciudad, intentando viajar despacio, sin prisas, empapándoos bien de lo que estáis viviendo e intentando que todo lo que contratéis sea de calidad y cercanía.
Antes de daros más consejos prácticos, voy a resumir los cuatro días en Marrakech, ya que el quinto fue solo la mañana y la utilizamos para dar una última vuelta y comer tranquilamente:
Día 1: Primer contacto con la Medina y el barrio de curtidores
Día 2 y 3: Visita al «desierto» de Zagora
Día 4: Compras por el mercado de las especias y el zoco de Marrakech
Extra: Opinión sobre Marruecos: luces y sombras
Nuestro viaje por Marrakech y el desierto de Zagora
Nuestra idea de viaje era conocer la ciudad de Marrakech y escaparnos al desierto. El problema es que sabíamos que no contábamos con demasiado tiempo para hacerlo en condiciones, así que al final hicimos un apaño que no nos salió muy bien. El primer día en Marrakech fue un poco difícil porque el ambiente era un tanto intenso y no íbamos del todo preparadas para evitar encadilamiento por parte de algunas personas que querían vendernos algo.
Pero la ciudad nos encantó desde el primer minuto. Así que cuando nos perdíamos por la Medina, por la infinidad de puestos que hay, por la plaza Jemaa El Fna o parábamos a tomar algo en uno de los muchos bares que nos encantaron, saboreábamos poco a poco la esencia de Marruecos y nos sentíamos mejor. Pero quizás en la excursión a Zagora el palo fue aún mayor. Contratamos un tour barato, que también pensamos después que fue un error. Además de conducir súper rápido, la visita del «desierto» fue muy pobre, ya que además, apenas había arena y el trato a los dromedarios bastante lamentable. ¡Escuchábamos los coches que pasaban al lado! No obstante, también mereció la pena, sobre todo por los lugares que conocimos de camino, como Kasbah Ait Benhaddo, construcciones bereberes tradicionales hechas a partir de adobe. El paisaje además era una chulada y el lugar, único.
El último día, debido a que había sido todo un poco convulso, nos dedicamos sencillamente a comprar y disfrutar del ambiente comercial y tan tradicional que se disfruta en Marrakech. Así, nos acercamos al mercado de las especias y nos dimos un capricho en los puestos de la Medina. Un día de turistas totales que nos sentó de maravilla para disfrutar la ciudad desde otra perspectiva.
Vuelos y hoteles – Marrakech
Como ciudadanos españoles, no necesitamos un visado para viajar a Marruecos, por lo que será suficiente con contar con el pasaporte en regla. Para buscar aviones, vale cualquier buscador que utilicéis habitualmente, pero lo bueno de viajar a Marrakech es que Ryanair tiene un trayecto a la ciudad marroquí, por lo que el precio gira en torno a los 140 euros, aunque depende también de la época.
Otro tema a tener en cuenta es el tema de los hoteles. Los más habituales son los riad, que no son otra cosa que casas tradicionales marroquís habilitadas, normalmente con patio interior y alguna fuente, y terraza en el mejor de los casos. La otra opción son complejos hoteleros modernos que normalmente tienen un precio más elevado. Nosotras nos alojamos en el Riad Maissoun, que por 12 euros la noche, nos ofrecía un lugar muy céntrico, a escasos minutos de la plaza Yamaa el Fna y un desayuno abundante y riquísimo. Además, las instalaciones estaban cuidadas, la decoración era auténtica y bonita y las camas eran cómodas. Yo creo que es la mejor opción, a no ser que busquemos más lujo.
¿Viaje al desierto o no?
Viajar al desierto desde Marrakech es una de las actividades sin duda más atractivas que poder hacer desde esta ciudad. Lo que habitualmente incluyen es el viaje en vehículo, un recorrido hasta el propio desierto en dromedarios y pasar la noche en haimas en pleno desierto. No obstante, hay que tener en cuenta dos cosas: el tiempo que se tarda en llegar -7 horas hasta Zagora, por lo que a Merzouga en torno a 10- y el tour con quien lo haces –y de quien dependerá el estado de los animales y el trato que se reciba-.
En este segundo punto, aconsejo que se mire muy bien con quién se contrata el tour porque yo lo hice con Hostelsclub y quedé muy desencantada con el trato a los dromedarios, el que nos brindaban a los viajeros (parcos en palabras y buscando siempre una nueva propina) y con todo en general. Además, por supuesto, os aconsejo llegar hasta Merzouga, que es el verdadero desierto; y no Zagora, que tiene alguna duna y dromedarios, pero muchas piedras y una carretera muy cerca.Vayan solo al desierto si tienen una semana y viajen lento, porque si esto es normalmente un requisito imprescindible para que las cosas salgan bien viajando, lo es más aún en un país que si no lo conocen de antes, es imprevisible. Esto también lo hace fascinante, así que espero volver pronto, con tiempo y sabiendo ya a qué atenerme.
Idioma/precios/Alcohol
En Marruecos, es difícil tener problemas con el idioma. Son gente acostumbrada a hacerse entender, cercana, así que ese será el menor de los problemas. Suelen chapurrear español, pero si sabes francés, mejor que mejor. También el inglés funcionará en muchos sitios, ya que es un idioma bastante utilizado para hablar con viajeros.
Los precios son bajos, pudiendo comer por 6/7 euros, tomarse un café por 10 dirhams (que corresponde a un euro) o un batido por 25 dirhams. Luego, aunque no es más que un precio orientativo de una persona que no sabe ni vale para regatear, un bolso de cuero me costó 250 dirhams, unas manoletinas 80 y un azucarero, 70. Otra advertencia: regatea todo (excepto los precios de los restaurantes, que vienen estipulados), desde el taxi hasta las especias. Algo que eché en falta fue poder beberme una caña por la noche, pero aunque en la mayoría de bares no hay, sí en otros. Os recomiendo el bar Dar Nejjarine, que está situado relativamente cerca de la plaza principal de la ciudad y que además de una estética muy colorida y muy cuidada, ponen hasta una tapa con el botellín.
Por último, aconsejo contar con un seguro de viajes por si tenéis que enfrentaros a una situación de enfermedad o accidente y necesitáis ayuda. Lo mejor es curarse en salud.
Que me gusta a mi marakkech
Gracias por descubrirme la ciudad, me ha gustado tanto el artículo que me he puesto a investigar y he encontrado esta web con información en Español para el que le pueda ser de ayuda: http://www.guiademarrakech.com