Basta dar un paseo por el típico Mercado de la Cebada de Madrid para darse cuenta del estado de este tipo de comercios tradicionales, venidos a menos por la irrupción de otros competidores como los supermercados. Los precios, los hábitos de compra y las transformaciones de la vida moderna han hecho que estos lugares gocen muchas veces de una salud maltrecha, pero aún hay propuestas que luchan por recuperarlos. Además, otras ciudades como Oporto (Mercado do Bolhao), son un ejemplo de cómo pueden pervivir aún hoy en día.
Aunque de formas muy diferentes -que viran fundamentalmente del deleite estético y la cocina moderna al producto más popular-, en Madrid se han recuperado para el público los mercados de San Fernando, San Ildefonso, San Miguel, San Antón o se han mantenido otros como el de Antón Martín, pero siempre con propuestas nuevas que los hagan mantenerse a flote a pesar de las adversidades. Unos han dejado de servir a los vecinos para enfocarse más al turismo y otros mantienen su esencia pero han introducido nuevas fórmulas con las que adaptarse a los nuevos tiempos. Veamos algunas de ellas.
Mercado de la Cebada
Este amplio mercado fue uno de los más importantes de la capital, pero ante la cada vez menor venta de los puestos que lo forman, se decidió su venta y la creación de un centro comercial con terrazas en la parte superior (aunque parado por la crisis); proyecto por tanto enfocado al turismo. Entre tanto, el espacio exterior ha sido “ocupado” por los vecinos, donde se han desarrollado iniciativas deportivas y culturales, así como un huerto urbano o seminarios. Incluso cuentan con una plataforma electrónica para proponer las formas en que se puede recuperar este espacio urbano y seguir generando ideas, hecho que les ha valido el premio Nica de Oro 2013 de Ars Electrónica como reconocimiento a este proyecto vecinal. Además, el grupo de arte callejero Boa Mistura llevó a cabo con la marca de bebida JB un proyecto para llenar de colorido el lugar y formar en las cúpulas del lugar la palabra “color”. Una llamada al optimismo para un espacio venido a menos que espera conocer su futuro.
Mercados de San Ildefonso, San Miguel y San Antón
Estas tres propuestas han apostado por una completa renovación, una cuidada y moderna estética y enfocarse en mayor medida a los turistas. No tienen puestos tradicionales de venta de carne, pescado o fruta (algunos sí, pero con productos de una mayor calidad y menos tradicionales, generalmente), sino productos finales (como embutido, croquetas o shusi), bares y en alguna ocasión, terraza. Si visitas Madrid, recomiendo que te pases por alguno de ellos, pues se han convertido en auténticas propuestas de ocio, con un montón de ambiente y buen producto. No obstante, pocos son los lugareños que se acercan por allí para comprar la comida diaria.
Mercados de Antón Martín y San Fernando
Estas dos propuestas, aunque diferentes, guardan la misma esencia: mantener su espíritu como mercado, de servicio a los vecinos y renovarse con nuevas propuestas que hagan mantener el interés por sus espacios. El mercado de Antón Martín es sin embargo más mercado en el sentido tradicional. Lleno de puestos de comida, ofrece además un bar donde poder tomarse algo, una tienda de productos ecológicos y un restaurante de sushi muy recomendable (pero cuidado con los horarios, ¡cierra a las 21.30!), pero sobre todo, puestos de productos de buena calidad.
Por su parte, el mercado de San Fernando ha sido recuperado por los vecinos más para ofrecer un espacio donde encontrar propuestas populares (o como ellos dicen, servicios del barrio), que para volver a ser el mercado que algún día fue (aunque también hay algún puesto tradicional u otros por ejemplo de productos ecológicos). Además, tiene otras propuesta como bares, una librería de venta de libros al peso, un restaurante japonés, una cervecería (para tomar allí y venta) de todo tipo de cervezas de diferentes lugares del mundo o un espacio de co-working donde pueden trabajar colaborativamente los vecinos del barrio.
El día más animado es el domingo, cuando te puedes encontrar desde concursos de pintura hasta verdaderos conciertos, aunque hasta las 17.00 horas. También cierra a esta hora los sábados, abriendo hasta las 21.00 los lunes y martes y hasta las 23.00 horas los viernes.