Viajar es sin duda una de las mejores formas de combatir el desconocimiento. Por eso, a muchos les podría sorprender que Albacete, una provincia que muchos asocian con el llano, tiene también paisajes montañosos. De hecho, pasada la llanura manchega, allí donde esta se transforma en un paisaje más accidentado, está el lugar del que os voy a hablar y en el que tuve la suerte de pasar recientemente un fin de semana: la Sierra del Segura. En las líneas que siguen, intentaré desentrañar seis motivos o razones por las que viajar a este destino.
Situada en la conocida como cordillera Prebética, este territorio se compone de doce pueblos que por los caprichos de la naturaleza, están bastante aislados; hecho que no deja de resultar genuino para el viajero que busque paz, un entorno natural tranquilo y con muchas posibilidades, pueblos encantadores con fuertes tradiciones y una gastronomía que como en otras partes de España, hará que disfrutes una vez más de lo bien que se come en nuestro país.
En este recorrido, que tuvo lugar durante un fin de semana, me acerqué a tres de sus poblaciones (Yeste, Nerpio y Letur) por limitaciones de tiempo, pero hay otros muy interesantes que en algunos casos la suerte de conocer en el pasado: Ayna, conocida como ‘La Suiza manchega’, de paisaje abrupto y bellísima; Liétor, con unas vistas espectaculares y dos iglesias dignas de una visita; o Riópar, donde se puede visitar el Nacimiento del Río Mundo.
Levantarte en plena naturaleza
El primer día, tras llegar a Albacete y después de una hora de camino a Yeste, nuestra primera parada, fue ya un momento de esos en los que disfrutas de haber tomado la decisión de irte de viaje. Teníamos como alojamiento una casa rural a unos cinco kilómetros del pueblo –Casa Rural El Portillo-, con chimenea para hacer más acogedor el recibimiento y disfrutamos de una rica cena manchega, con pisto de la región, atascaburras, cordero y migas manchegas, acompañadas de unos ‘Miguelitos’ de postre. ¡Así se empieza un viaje!
Pero mejor aún fue al día siguiente: levantarme en plena naturaleza; abrir la puerta de madera y contemplar que frente a mí se alzaban altas montañas de la Sierra del Segura. Un columpio se mecía en el patio de la entrada, no habiendo prácticamente ningún ruido a nuestro alrededor. Pura vida…
Pinturas rupestres en Nerpio
Una de las sorpresas que me llevé al descubrir algunos de los pueblos de esta zona de Albacete fue que en Nerpio, hay pinturas rupestres prehistóricas que se pueden visitar en plena sierra. Se trata del ‘Conjunto rupestre de Solana de las Covachas’ y permiten ver muestras de arte Levantino y Esquemático en plena roca, pudiendo distinguir figuras de los animales –en su mayoría ciervos-, así como humanos u otras representaciones que nos trasladan las costumbres y las ideas de los pobladores de estas tierras allá por los años 3.000 – 6.000 A.C.
Durante la visita, pudimos completar las figuras que se aprecian en la pared de roca, gracias a los comentarios de la guía que nos acompañó, así como dar sentido a algunas imágenes que podrían llevar a la interpretación: la caza, la sobrerrepresentación del falo en clara señal de virilidad o un animal derramando sangre. Pero sin duda lo mejor fue apreciar todo aquello que se presentaba de forma clara ante nuestros ojos y poder hacer efectiva esa comunicación que hace ya tantos siglos comenzó por parte de nuestros antepasados.
Datos prácticos
*La visita solo puede ser guiada, contratándola en la Oficina de Turismo de Nerpio y con suficiente antelación. Los horarios son:
- Invierno: Domingos a las 11.00 h.
- Verano: Jueves y domingos a las 9.30 h.
Conocer las tradiciones de Yeste
Yeste es uno de los pueblos más conocidos de la zona y creo que está del todo justificado: encaramado en la montaña y destacando su castillo del siglo XIII cuando lo miras desde cualquiera de sus perspectivas, me dejó sin duda una de las imágenes más bonitas de todo el viaje.
Además, cuando lo visité, pude disfrutar de la Feria de Tradiciones Populares y acercarme los oficios o los bailes más tradicionales del pueblo y del lugar. Unas jotas manchegas por aquí; unas castañuelas por allá; guitarras y hasta violines; jóvenes y mayores; parejas y amigos. Me quedé impresionanda con la implicación de los habitantes de Yeste en mantener sus costumbres y volví totalmente eclipsada por una feria hecha con mucho mimo y llena de ambiente.
Os lo confieso: ¡Por un momento quise ser manchega!
También había puestos de todo tipo, pero todos ellos llamativos, con productos de la tierra, cuchillos u otros específicos de postres. Acabamos el día en el Castillo de Yeste, de origen musulmán y después propiedad de la Orden de Santiago, que acogía a oficios tradicionales.
Disfrutar de las mejores vistas de la sierra en Letur
Letur es otro de los pueblos a la que tuve la suerte de acercarme en mi recorrido por la Sierra del Segura. De trazado musulmán y estrechas calles empedradas, en el centro del pueblo destaca la Iglesia Parroquial de la Asunción de Santa María y a partir de ahí, su contacto permanente con la naturaleza hace que rezume un encanto especial; que apetezca recorrerlo tranquilamente.
Pero, sin duda, lo que más me gustó fue el amplísimo balcón que compone la cara norte del pueblo, allí donde pude poner en práctica uno de los momentos que más me gusta hacer cuando viajo: contemplar las vistas. Todo ello rematado con un acabado perfecto en el mirador de La Molatica, con panel incluido, informando de los puntos reseñables de la Sierra del Segura que nos quedan por delante.
Encontrarte con la gastronomía manchega
La gastronomía manchega hizo de nuevo –pues ya había estado en Albacete anteriormente y ya había llamado mi atención- que el viaje fuera completo. De ahí que el viajero deba considerar este encuentro como una clave más para decantarse por este destino. Pisto manchego, atascaburras, queso frito, cordero o migas manchegas son sin duda una razón de peso para volver… otra vez.
¡Y no olvides llevarte el mejor souvenir de Albacete a casa: unos ‘Miguelitos’ de La Juli, en la estación de tren!
Perderte en la naturaleza virgen de la Sierra del Segura
Pasear durante horas en plena naturaleza, contemplar un mar de nubes, observar Yeste desde las alturas o practicar deporte en el mejor medio que existe son algunos de los planes que también puedes hacer en la Sierra del Segura, gracias a la escasa presencia urbana en la zona.
Como no teníamos demasiado tiempo, nosotros pudimos subir al punto más alto de la Microreserva del Monte Ardal, contemplando Yeste a lo lejos y sintiéndonos muy pequeños al lado de las grandes montañas de la zona. No obstante, hay un montón de ellas disponibles en la página de rutas GPS de la Sierra del Segura, adaptadas a todo tipo de senderista y kilometraje.
Como adelantaba al principio, el hecho de que esta zona sea montañosa y no esté demasiado bien comunicada puede verse también desde la perspectiva positiva: su patrimonio cultural y natural está perfectamente conservado, esperando a que el viajero en sintonía con lo que le rodea, pueda visitarlo.
Os animo también a recorrer Albacete en 1 día o conocer otros pueblos con encanto de la provincia, que los hay. ¡Si te animas a conocer todos los encantos de Albacete, te sorprenderás!
Espero que hayáis disfrutado de estos planes en el sudoeste de la provincia de Albacete, destino en España que os espera con planes de naturaleza, historia, tradiciones, etc. Para ello, os invito a leer las aventuras por la Sierra del Segura de mis otros dos compañeros de ruta, Miguel y Alicia, y poder ir conociendo los secretos de esta comarca despacio, como así invita sin duda a hacerlo.
Y esto no acaba aquí… Os invito también a ver el vídeo que hicimos durante los días que pasamos allí. ¿Os gusta? ¡Si es así no dudéis en compartirlo!
*Nota: Este artículo es fruto de la colaboración con el Grupo de Acción Local de la Sierra del Segura para la promoción turística de la zona.
Santiago 
Hi Irene
Comparto contigo, lo de «quiero ser manchega» y lo digo porque en muchos de los casos cuando visito lugares, digo, «me siento parte» de este lugar y no me quiero ir. Por este motivo, aunque suene trillado. Me considero Ciudadano del Mundo y no porque haya conocido algunos países, sino porque que cada vez que viajo me siento así.
Como digo, las fronteras, los límites, los pasaportes, etc los hicimos nostros mismos…. El Mundo es de todos 🙂
Por cierto…Un relato que me ha transportado hasta esos lugares. Las fotos encantadoras. Qué más te puedo decir…
Un abrazote.
Bo
Gracias por el comentario Bo!
la verdad es que en esta región, tengo amigos, me tratan genial, los veo muy «llanos», buena gente… y siempre me dan ganas de volver 🙂
Me siento como en casa…así que no hay nada mejor que eso. Yo me siento también de muchos lugares, pero sí sé que Madrid es mi base y lo será yo creo para mucho tiempo!!!
besos!
Ire
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