Me he encontrado a gente que duda mucho cuando quiere ir a Tailandia. Recientemente viajé allí y por eso quiero animar a otros viajeros a emprender el mismo camino y olvidar cuantos problemas supongan a este encantador país. Allá vamos con las razones para viajar a Tailandia.
1. Porque tiene buen tiempo. Tendremos tiempo asegurado por su clima tropical, incluso a veces demasiado calor, pero debemos evitar viajar entre junio y noviembre porque es época de lluvias. Incluso esta variable influye en la mochila: ¡no hace falta que lleves mucha ropa!
2. Porque es seguro. La gente a veces teme viajar a un lugar desconocido, pero Tailandia es seguro, la gente es muy educada y no hay que poner demasiada atención a las pertenencias porque apenas hay robos (en la mayor parte del país).
3. Porque tiene una gastronomía estupenda. A pesar de que hay grandes diferencias con nuestra gastronomía (allí muchas cosas pican) la comida está muy rica y sobre todo cocinan con mucho mimo.
4. Porque es barato. Estar durante casi un mes será barato. Disfrutar a pleno rendimiento y sin gastar mucho. ¡Ideal!
5. Porque es diferente. Las tradiciones (descalzarse al entrar en los sitios porque consideran los pies la parte más baja del cuerpo o que se bañen con ropa), su cultura o su forma de ser no son obstáculos sino razones para ir. Allí es muy difícil sacar una mala cara a alguien.
Estas son algunas razones para que viajes a Tailandia… el resto mejor dejarlas para cuando las conozcas 🙂
una para no viajar el maltrato animal que hacen a los elefantes para `pasear al turista
Hola Javier,
hay partes de Tailandia donde maltratan a los elefantes para transportal materiales muy pesados y obviamente, lo vemos fatal. Pero yo creo que es una cuestión de que parte de la población lo hace mal, más que el hecho de ser una razón para no viajar al país.
En el resto de circuitos, los elefantes no son maltratados. Los domestican en campos, pero estos (al menos en el que yo hice el circuito) están regulados por las autoridades y parece que el trato es bueno.
Es mi opinión personal.
Un saludo,
Irene