El mundo del turismo es contemporáneo a la vida, nació con ella y vivirá tanto tiempo como se lo permita. Por eso, cada vez que algo se pone de moda en la vida en general, lo hace también en el mundo de los viajes. Los episodios trágicos siempre han llamado la atención de las personas y de la historia; de ahí que también lo hagan desde la mirada del turismo. Con ello, surge una nueva moda en nuestro sector: el turismo oscuro.

El turismo oscuro se basa entonces en la parte negativa de la vida, pero no por ello menos interesante. Lugares llenos de misterio, cementerios o campos de concentración se convierten así en lugares turísticos predilectos. ¿Te animas a conocer alguno?

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Uno de los sitios más importantes en esta modalidad del viajar es el campo de concentración de Auschwitz, tristemente conocido por protagonizar uno de los capítulos más terribles de la historia (el Holocausto nazi). Allí hay tours guiados donde nos adentraremos a una de las más oscuras historias de la Europa Occidental. Muchos dicen sentir una sensación extraña cuando lo pisan, aseguran sentir parte del miedo y el terror que lo habitaron hace ya medio siglo. Está ubicado en a 60 kilómetros de la ciudad polaca de Cracovia y hoy aún se podrán ver los barracones, la enfermería, las torres y los calabozos. Además hay un museo explicativo.

Otra parada obligada si se quiere llevar a cabo este turismo oscuro es el Cementerio Judío en Weißensee, en la ciudad de Berlín, que ocupa unas 40 hectáreas en campo abierto y ofrece, con la maleza rodeando las tumbas, un hermoso paisaje a pesar de lo que supone (un campo de muerte). Por supuesto y como es de esperar, hay muchos judíos asesinados por el régimen nazi en este lugar, pero también otros tantos judíos. Además, hay nombres importantes allí, el editor Samuel Fischer, el pintor Lesser Ury (fallecido en 1931) o Hermann Tietz.

Otro de los lugares más aterradores del mundo y por ello, clave en el turismo oscuro es el conocido como “Centro del Genocidio”, a 17 kilómetros de la capital de Camboya. Llamado también Choeung Ek Memorial, está situado en la que fuera una de las principales zonas de exterminio del país en el genocidio perpretado por el dictador Pol Pot. Aquí fueron encontrados 8.000 cadáveres, muchos de los cuales eran asesinados por la fuerza bruta para no gastar munición. Hoy hay vestidos y zapatos de las víctimas y aún se pueden ver algunos huesos humanos y las fosas.

Por último, citaré también el campo de concentración de Sachsenhausen, pues es el más cercano a Berlín y por tanto, seguramente el que muchos turistas tengan al alcance de un viaje próximamente. A las afueras de la ciudad, este campo es también ejemplo de la crueldad nazi y puede verse también a través de tours que expliquen genial su desarrollo (recomiendo la compañía Free Tours que parte desde el centro de la ciudad; hace rutas baratas – cuesta 14 euros- y el recuerdo es muy grato).

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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