Para muchos, pasear por las calles y avenidas de Nueva York mirando hacia el cielo y viendo grandes rascacielos ya es bastante sorprendente, pero no todo queda ahí. Ver a ejecutivos andando en bicicleta entre el caótico tráfico, camiones de tamaño gigante y dignos de cualquier película de acción, gente comiendo en la calle en pleno invierno o un parque de 341 hectáreas como Central Park son cosas que no dejan de llamar la atención en esta ciudad. Así que hoy nos disponemos a contaros un poco más sobre lo que más nos sorprendió en la “ciudad que nunca duerme”.
Los rascacielos, los protagonistas
Soy de la opinión de que Nueva York no sería lo mismo sin sus rascacielos. Y sorprendentemente también lo digo para bien. No soy yo una defensora de este tipo de edificios, pero cuando los ves en directo, el espectáculo es bastante impresionante. Os recomiendo el libro ‘Historias de Nueva York’ de Enric González, de fácil lectura además, donde cuenta la lucha librada en el siglo XX entre los edificios de la ciudad por ser el más alto de la misma y por entonces, del mundo.
La aguja del edificio Chrysler, incluso, fue construida para poder presumir de ser el top mundial y escondida durante un tiempo para que no se conociese la altura definitiva del edificio. Ese récord duro tanto solo once meses, cuando fue superado por el Empire State, seguramente el monumento más emblemático de la ciudad. Hoy por hoy, el más alto de la city es One World Trade Center, en la Zona Cero, pero a nivel global otros países como Dubái o Arabia Saudita llevan la delantera.
Súper moderna
Nueva York es una ciudad moderna, ante todo. Esto se nota en el estilo de vida, en el trato con la gente, en los locales o en el metro de la ciudad. Al menos la imagen que da es de una urbe cosmopolita y abierta donde es fácil sentirse como en casa.
Camiones de película
Si hay algo que sorprende especialmente a la gente cuando va paseando por Manhattan, es la gran cantidad de camiones o autobuses tamaño gigante y de colores llamativos que circulan. Muy de película. En general, el transporte es un poco caótico y variopinto, con bicicletas o tuk tuks que parece que en cualquier momento van a ser engullidos por los vehículos más grandes.
Un aire asiático
¿Os gusta comparar las ciudades? Yo suelo hacerlo para intentar entender cómo son y hacerme una idea de con qué recuerdo tengo que quedarme. Desde que visité Nueva York, suelo decir que me recordó más a Bangkok que a París. Salvando las distancias, por supuesto, me gustó comprobar cómo en la ciudad norteamericana hay puestos callejeros en cada esquina, la gente parece no tener horarios e incluso, vi algún tuk tuk por la ciudad. Personalmente, no me la imaginaba así.
El metro de Nueva York
A mucha gente le sorprende que la red de Metro de Nueva York está un poco deteriorada y sucia, pero a mí no me pareció para tanto. Desde luego que no es tan moderna como la de Madrid, pero además de que el servicio es 24 horas, me gustó la sensación de seguridad que se vivía y el ambiente del suburbano.
Descanso en Central Park
Sorprende que Nueva York decidiera tener un parque público que hiciera de pulmón para la ciudad llegado ya el año 1853, en pleno desarrollo urbanístico y con la vocación de ser un espacio verde para todo el mundo (¿se imaginan eso en España?). Al principio aún se permitía a vehículos entrar en el recinto, que mide cuatro kilómetros de largo. En la actualidad, es uno de los emblemas de la ciudad y ningún viajero que se precie deja de visitarlo. Alberga además varias lagunas naturales y hasta un castillo. Es una gozada pasear por él, andando o en bicicleta (que se pueden alquilar a la entrada).
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