Hay una edad en la que para muchos comer pasa de ser un trámite vital a una experiencia absolutamente placentera. Para otros siempre lo fue. Por eso los buenos restaurantes pasan a ser atractivos turísticos, más si cabe cuando además de un buen local y buena comida, están emplazados en un sitio maravilloso, tienen productos propios del lugar y miman cada detalle. Eso sucede en el Palacio de Canedo, situado en el pueblo homónimo, en la comarca del Bierzo, provincia de León, a unos quince minutos de Ponferrada.

El lugar no puede ser más idóneo: en un antiguo palacio, en lo alto de un pueblo que no supera seguramente la centena de habitantes y donde el tiempo se para. La entrada emula a la mítica serie de Falcon Crest, que incluso es posterior a la creación de la que es la marca base de este negocio: Prada a Tope, ahora ya franquicia de éxito nacional. El camino se abre entre viñedos y así se llega a la imponente construcción que además está restaurada y limpia de una forma escrupulosa. Si se tiene la suerte de ir un día con sol, se podrá disfrutar de una velada inolvidable.

palacio2

Además de catorce habitaciones, el Palacio de Canedo es restaurante y cuenta con varios salones, productos locales que en determinados casos elaboran en su parcela y con el vino como protagonista, ya que producen varios tipos (ambos se pueden adquirir también en la tienda que tienen, que tampoco tiene desperdicio). En la carta, recomiendan el vino ecológico de la casa, que puedo asegurar que está buenísimo: el Palacio de Canedo Crianza 100% mencía.

palacio-canedo

Por otro lado, aunque la carta y la comida están bien, quizás no sean extraordinarias. Yo disfruté de una morcilla riquísima, además de unas croquetas de castañas, lacón con pimiento y marisco, un revuelto de setas con cecina y unas costillas adobadas. Los postres son también variados y muy sabrosos.

palacio1

Pero lo que mejor hace en el Palacio de Canedo es sin duda el querer agradar al cliente, ya que se muestran de una manera abierta y cercana. Por un lado, se pueden realizar visitas guiadas por las bodegas, pero también es gratis poder entrar a algunas de ellas y recorrer libremente las distintas instalaciones. Además, el creador de la franquicia y el hotel/restaurante -José Luis Prada- pasa a saludar a los clientes, creando así una experiencia única, tanto gastronómica como personal. Cuando le preguntamos por el negocio, nos cuenta que no es fácil; que son muchas cosas que tener en cuenta.

Su historia se remonta a los años 70, cuando tras montar una zapatería, comenzó a comercializar los productos de su tierra sin perder la producción artesanal. Poco después montaría el restaurante La Moncloa, situado en el pueblo de Cacabelos, muy cercano a Canedo y que hoy regenta su ex mujer. Pasamos por allí y el lugar es también uno de esos restaurantes que con solo verlos, sabes que no son uno más, además de ser también hotel.

Por último, como opción para tomar algo después de la comida, se puede visitar la Palloza de Canedo, que un vecino construyó emulando a las antiguas construcciones agrícolas y que está en un lugar también inmejorable. Un café para asumir un día tan placentero.

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies