Una de las debilidades más habituales de los viajeros es la comida internacional. La gastronomía de los diferentes países es una las señas más identificativas de los destinos y una buena forma de engañar nuestras ganas de viajar. En este sentido, hoy os hablaré de un restaurante de comida coreana en Madrid que hace las delicias de quién disfruta con la cocina asiática. También hay comida y bebida japonesa, ¡completito! Además de una céntrica localización, sus platos están sabrosísimos y tanto los camareros, recetas y productos como la cerveza son coreanos (o lo parecen); se puede decir que en el Restaurante Maru todo resulta auténtico.
De hecho, es un lugar donde la comida prima sobre la estética. El restaurante es bastante sobrio, tanto por fuera como por dentro, por lo que resulta más sorprendente, si cabe. Hay varias mesas que cuentan con barbacoa para poder hacer la carne a tu gusto, por lo que te recomiendo que intentes sentarte en una de estas: además del interés gastronómico, hace la experiencia más auténtica, ya que estas prácticas son bastante comunes en los países asiáticos. Nosotros, a pesar de haberlo practicado en Tailandia e Indonesia, aún tuvimos que dejarnos aconsejar por los camareros, que se muestran solícitos y simpáticos para cualquier cosa que necesites. Realmente no es difícil: las enciendes, esperas a que se caliente y colocas el alimento sobre la parte central. Si el plato se hace antes de tiempo, puedes bajar el fuego para que simplemente se mantenga el calor.
Pero vayamos a lo importante: la comida. Aunque habíamos ido con varias recomendaciones, echamos un vistazo a la carta e introdujimos algunos cambios a lo que en un primer momento habíamos pensado. Si bien mantuvimos la petición de un plato de carne y otro para hacer a la barbacoa –Bulgoki y Bulgoki Tokpoki– añadimos sushi, pues tengo que reconocer que es una de mis debilidades y no pude dejarlo pasar –y bien hice-. Concretamente, era Uramaki flambeado, compuesto por vieiras, aguacate y zanahoria, envuelto en atún, salmón y anguila flambeado con aguacate y huevas de trucha. Las piezas, como podréis ver en la foto, eran enormes y me resultó hasta difícil acabar el plato, pero con ese sabor era casi pecado no hacerlo. ¡Estaba increíble! De los mejores sushi que he probado en mi vida, aunque todo hay que decir que tampoco es que me haya prodigado en ir a buenos sitios para probarlo.
En cuanto a los platos de carne, hay que tener algo de cuidado con el picante, ya que la comida coreana gusta de este tipo de condimento y está muy especiada. Me cuentan que el cocinero y dueño, Kim, asegura haberlo rebajado al gusto europeo, pero que algunos platos siguen picando. Para ello, de nuevo, tan solo será necesario preguntar a los camareros y estos podrán aconsejar bien al comensal. No obstante, y aún a pesar de no haber preguntado, nosotros tuvimos suerte y nuestros platos tenían el punto perfecto para estar sabrosísimos y deliciosos, sin picar demasiado.
Tened en cuenta también que siempre ponen cuatro aperitivos por cuenta de la casa, compuestos por vegetales y que pueden servir perfectamente a modo de ensalada. Esto, unido a que las raciones son bastante grandes, es algo a tener en cuenta para la gente que como yo no son de comer mucho. Además de lo que nos pedimos, también hay empanadillas caseras de carne con topping de cebolla caramelizada, diferentes tempuras, ensaladas, caldos o tofu. Dado que estábamos bastante llenos, no pedimos postre, pero la camarera me comentó que tenían tarta de chocolate, flan, trufas y helados. Para beber, hay cerveza coreana, japonesa y madrileña (La Cibeles) y yo opté por la primera, la más auténtica en mi opinión en un restaurante de este tipo. Se llama Hite y está muy buena. El complemento ideal para una velada perfecta.
Por último, el restaurante tiene una magnífica localización, en una calle paralela a Gran Vía y puede ser el colofón perfecto para una tarde de visitas en el centro de Madrid o un día cultural, ya que está muy centro de los principales museos de la capital.
Detalles del lugar:
- Reservas: Teléfono +34 915 23 95 31.
- Dirección: Calle de la Reina, 37.
- Precio: En torno a 12 euros el plato
- Menú del día: Sí, por 12 euros.
*Nota: Este post ha sido realizado gracias a la invitación del restaurante a pasar una velada en su establecimiento y a disfrutar de una maravillosa estancia. Nuestro agradecimiento desde estas líneas.