Vamos allá con la tercera entrega de nuestra serie de post «Mi rincón favorito de…«, donde locales de distintas partes del mundo nos cuentan que lugar prefieren en su ciudad, y nos toca hacer una parada en el camino en Santiago de Compostela. David Facal, habitante de la misma por más de una década y protagonista de la sección hoy, nos habla de su predilección turística en la urbe: el Parque de Bonaval.
Comienza contándonos un poco su historia: «El Parque de Bonaval, que durante muchos años fue el huerto del monasterio del mismo nombre, fue remodelado en los años 90 por Alvaro Siza. El arquitecto portugués, también autor del Centro Galego de Arte Contemporáneo que flanquea la entrada principal del parque con el Museo do Pobo Galego, distribuyó zonas de césped por la intrincada geografía del terreno».
Pero este parque no es solo historia, arte y naturaleza, sino todo un reclamo para todo aquel que quiera disfrutar de un rato perdido en la ciudad. «En la actualidad es el lugar favorito de recreo de los compostelanos en las tardes de primavera, cuando la humedad abandona la ciudad y los exámenes todavía no dejan a los estudiantes escaparse a la playa. En los gruesos muros del cementerio del convento puedes tumbarte, con las agujas de la catedral al fondo y opcionalmente en compañía de un libro, a observar las evoluciones de perros, niños e italianos de Erasmus«, explica David.
Aunque nació en La Coruña, el joven que hoy nos habla de su rincón favorito de Santiago de Compostela, lleva muchos años viviendo en la capital gallega y ya es profesor en la Universidad de Psicología de la urbe. La conoce bien, así que nos indica donde está el Parque de Bonaval y qué podemos encontrar en las cercanías. «El parque es la frontera sur del barrio de San Pedro, zona de buen vivir, de buen comer y de buen beber (aunque las sucesivas jubilaciones estén diezmando la ruta de tazas de la zona, siempre se puede optar por una copa en el Coffee Pop)», dice.
Además, David nos recomienda visitar «la Capela da Angustia, subiendo o bajando a Rúa do Medio», así como «-subiendo hacia la zona vieja por Porta do Camiño y Casas Reais– las tapas del Ambitus Veter, las cañas en La Flor y la contemplación de la fachada de la Capela de Ánimas, con su representación del purgatorio, antes de enfilar por la Plaza de Cervantes hacia la catedral».
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