Hace poco hablamos del fenómeno de las autocaravanas, ensalzando este tipo de turismo como el sueño de todos los amantes de los viajes. Pero hoy nos centraremos en una forma de viajar parecida y mucho más asequible: en furgoneta. Además, la conocemos de cerca, pues así hemos viajado en las últimas ocasiones.
Hotel, restaurante y vehículo: todo en uno. Lo mejor de este tipo de viajes es que podemos comer, dormir y viajar en ellos. Además del recorte de gasto que podremos hacer, esto dará lugar a una forma de vida durante el tiempo que dure nuestro viaje. Por supuesto, también nos permitirá conocer todos los lugares que se nos antojen sin dudar: tan solo conduciendo.
Viaje planificado. Dado que tendremos que hacernos la comida, la cama y establecer la ruta en carretera, en este tipo de viajes debemos de llevar todo muy bien atado. Comprar comida antes de salir, llevar camping gas, colchones para dormir, sábanas, distribuir el espacio y un mapa, fundamental. Para saber más sobre este tema, consultad otro texto que escribimos sobre todo lo necesario para viajar en furgoneta.
Más auténtico. Por mi experiencia, viajar en furgoneta es un estilo de turismo muy auténtico. Con ello, quiero decir que se asemeja más a tu vida habitual que no cuando duermes en hoteles y comes en restaurantes. Así, ofrecerá una mayor libertad de movimientos y espontaneidad a la hora de decidir qué hacer y qué visitar. Además, si vamos a zonas rurales, podemos aparcar en cualquier lado (eso sí, teniendo siempre cuidado con el entorno) y montar el chiringuito. Eso sí, hay zonas, sobre todo en los países preparados para este tipo de viajes, donde está prohibido aparcar. Pero aún hay muchos lugares donde poder estar tranquilamente y al aire libre. De hecho, en algunos donde no está claro si se puede o no, no serás el único que aparque. Y cuando ya hay otro allí… es distinto. Así, podrás levantarte en frente del Mont Blanc o en una playa de Italia disfrutando de un destino ideal y una mejor compañía. ¿Qué más se puede pedir?
Más libre. Siempre digo que la única atadura en un viaje es tu maleta. Pero ¿y si esa maleta no tuvieras por qué sacarla nunca? Al viajar en furgoneta, puedes hacerlo todo en el vehículo y además, llevar cosas que de otro modo no llevarías o costaría mucho facturar: portátil, equipo de deporte…
Más sociable. Si algo me sorprendió la primera vez que viajé por largo tiempo en furgoneta es la relación tácita que se establece entre la gente que practica este tipo de turismo. Siempre te fías de aparcar en un sitio cuando hay otra persona, los campings ofrecen una cercanía que no se tiene en un hotel y en general, los viajeros de este tipo se apoyan. Aunque claro, siempre hay de todo.
Más natural: Por último, destacar que este estilo turístico es muy natural. Ideal para ir de campo. De hecho, no está hecho para ciudad, pues en ella cuesta mucho más aparcar. Hasta el más urbanita se rendirá ante los bellos pueblos que hay por el mundo y los paisajes tan especiales que se pueden conocer.
¿Te he animado a viajar así? ¡Eso espero!