Londres es un viaje muy asequible para una escapada de tres o cuatro días y después de haber conocido bien el destino, creo que merece mucho la pena. Cuando te pones a preparar el viaje, puede asustar un poco el precio de los hoteles y pensar cómo de cara puede ser la ciudad después, pero al contrario, después de haber venido, puedo decir que finalmente, bien buscadas las cosas, no es muy cara en conjunto. Intentaré resumir las cosas prácticas que te podrán ayudar en un viaje a la capital inglesa y que te acompañarán seguro durante todo el viaje. Todo ello en 10 consejos para viajar a Londres.

Así que además de resultarte útiles, si has viajado ya, las recordarás con cariño. Forman parte tanto o más que los monumentos o planes que hacer de la vida de la urbe.

Nuestro hotel: easyHotel Victoria

Después de preguntar y barajar varias opciones, incluidos hotels, varios viajeros apuntaban a un hotel céntrico, limpio, de espacios reducidos, pero “suficiente” para bolsillos económicos: el easyHotel Victoria. Para que os hagáis una idea, se ofrece la opción de una habitación doble con ventana (50 euros) o sin ella, de 30 euros.

easyHotel

Sabíamos que iba a ser un zulo, pero hasta así me sorprendió ver la habitación al llegar. Al entrar por la puerta, tienes el baño a la derecha, y en frente la cama, sin opción a entrar por un lado de la misma, ya que está encajonada en la pared. Vamos, mínima. Aún así, nos apañamos con el espacio y supimos ver que era el precio que valían esos escasos metros cuadrados. La ropa de cama o la limpieza eran propias de un buen hotel. La ubicación, ideal.

De hecho, todo fue bastante bien y hubiéramos quedado muy contentas, si no fuera por un hecho –o hechos- que se produjo el último día. Fue el sábado. Al principio fue una bronca en la calle como a las tres de la mañana que nos despertó y duró bastante tiempo. La otra fue que una hora más o menos después, dos personas intentaron y entraron por segundos en nuestra habitación. Cuando abrimos la puerta para ver qué sucedía, ellas se empeñaban en que esa era su habitación. Tras una conversación en nuestro escaso inglés, llegó la calma. Al día siguiente, todavía alucinada, no dejaba de pensar en cómo podía haber sido y que lo barato sale caro… Con todo ello, creo que no fue nada grave y que volvería al alojamiento.

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Una ciudad también para patear

Antes de viajar a Londres me la imaginaba una ciudad enorme, inabarcable. Cuando estaba allí, mi percepción cambió. No es que Londres no sea grande, pero como sucede en otras urbes, al final, lo más turístico se concentra. Por eso, allí también puse en práctica una de mis máximas viajeras: patear la ciudad hasta acabar cansada de hacerlo.

El primer día recorrimos lo más turístico de la urbe ayudadas de nuestras dos piernas. Fuimos andando por ejemplo hasta la torre de Londres, alejada y a orillas de Támesis y volvimos por los márgenes de este río, disfrutando de vistas que de otra manera quizás no hubiéramos conocido.

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Evidentemente hay lugares a los que es complicado y no sirve para mucho llegar andando. Para todo lo demás, el metro de la ciudad funciona muy bien y no es tan caro como pensé en un primer momento.

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Familiarizándonos con el metro de Londres

El metro es un invento genial para conocer las ciudades y con el paso de los días, me fui haciendo a él como en París, San Petersburgo o Atenas. Por ejemplo, te sirve para llegar desde el aeropuerto (zona 6) hasta el centro y después para llegar a lugares algo alejados de zonas céntricas, como Candem Town (zona 2).

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Lo que debéis hacer según bajéis del avión y os acerquéis al metro es comprar una tarjeta Oyster, que te valdrá 5 libras que te devolverán cuando te vayas de la ciudad. Existen otras, las TravelCard, para viajar en tarifa plana, pero para los días que íbamos a estar en la ciudad, resolvimos que no nos compensaba.

Con la Oyster, los trayectos salen más baratos que si los compráramos de forma independiente. Se recarga y a medida que vamos haciendo trayectos, se va quedando sin importe. Hay que estar atento para tener crédito. Entrar y salir con ella (se consume el dinero en la parada de metro en la que paras) es muy sencillo y solo hay que acercarla al lector para que cuente.

El taxi como excepción y experiencia

Como sabréis por lo que habéis ido leyendo, intento siempre que el viaje salga barato sin por ello perder en experiencias. Uno de los días que estuvimos en la ciudad, nos empeñamos en subir a una terraza con vistas. No tuvimos suerte en las dos primeras donde lo intentamos, así que nos lanzamos a la tercera aventura pero se iba el sol y queríamos ver el atardecer.

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Decidimos pues coger un taxi de Londres, tan peculiares como son y disfrutamos del paseo en uno de estos vehículos. Fueron unas 10 libras por un trayecto corto, pero nos hizo ilusión.

Pret a Manger: el local para todo en Londres 

Puede sin exagerar que a la vuelta de Londres contara hasta 50 locales de  Pret a Manger, tradicionalmente de comida rápida y ahora especializados en comida orgánica. Nosotras teníamos uno a menos de 50 metros del hotel y allí resolvimos desayunar casi todos los días (café y cruasán por cerca de 7 libras), además de entrar a comprar una botella de agua para ir al baño o disfrutar de la red WiFi muchas veces, ya que no teníamos en el hotel.

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No suelen gustarme las cadenas, pero curiosamente con esta hice una excepción. Se estaba muy a gusto, con grandes cristaleras hacia la calle y sillas cómodas, además de ser relativamente barata. Se convirtió sin duda en una de las referencias de nuestro periplo; uno de esos lugares que asocias a tu paso por la ciudad.

Dónde comer en Londres: los pubs

El día que llegamos a Londres conocimos a una chica española en el aeropuerto. En los minutos que coincidimos tuvo tiempo para recomendarnos algún lugar. Así nos enteramos de que en Londres es muy común comer o cenar en pubs, los típicos cafetones ingleses de madera, que invitan a pasar un rato agradable y beber cerveza. Nos dijo también uno de los más recomendables de la zona donde nos alojábamos, Victoria. En los días posteriores se convirtió en una de nuestras paradas más habituales.

El establecimiento, de la cadena Taylor Walker, tiene una amplia carta de hamburguesas, sándwiches o burritos, además de postres, como un maravilloso helado que algún día fuimos a comer tras nuestra comida o cena de embutido español que nos habíamos traído de casa. A precio asequible. En la zona, hay otro local de esta misma cadena, el Victoria, donde recalamos el primer día y con también un buen ambiente.

Tírate a la calle: Habrá buena comida

La realidad es que de todos los días que estuvimos en Londres (4 días y 3 noches), solo comimos uno en un restaurante tradicional. Entre el embutido que llevábamos de casa y nos permitía ahorrar, los pubs ingleses de comida rápida y la comida callejera, de la que os hablaré ahora, pudimos salir del paso y disfrutar de precios muy económicos.

En realidad, de comida callejera, solo disfrutamos un día. Fue en Camden Town y la propuesta era irresistible. En los patios de este gran mercado convertido en ciudad hay puestos de comida internacional cuidada y con una pinta especial. Nos decantamos por unas hamburguesas hechas con “carne de verdad” y queso también del que se come solo y no habitualmente con la burguer.

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Pero en los mercados de Portobello o Spitafields, en el East-End, también hay puestos para aburrir. En el barrio del Soho, el día en que disfrutamos de una terraza de restaurante normal, había largas colas para hacerse con comida callejera de todo tipo. En fin, que hay en esta ciudad, muchas opciones de este tipo de comida. ¡Con lo que a mí me gusta!

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Para salir, el Soho

Entre las cosas que queríamos hacer en Londres, también estaba la de salir un rato de marcha. Todo el mundo nos recomendó el Soho, así que allí fuimos el sábado y probamos a entrar en varios bares. Algunos de ellos cierran muy pronto, así que tuvimos que buscar algo más para acabar en uno que nos encantó. No me fijé en el nombre, pero disfrutamos de él un buen rato, con buena música y copas no demasiado caras.

Esta zona no es de discotecas, sino de bares, pero animados y el ambiente en general es moderno y agradable.

El Londres de la gente

Siempre hay una separación importante entre la ciudad que ve el turista y la ciudad que la gente que allí vive disfruta y con algunos de los consejos anteriores podemos hacer desaparecer esa barrera. Pero siempre habrá más planes. Por eso, os recomiendo que dejéis unas horas de esparcimiento en vuestro descubrimiento de la ciudad y busquéis un lugar donde los londinenses paran a tomar algo.

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Por si no tenéis referencias, os voy a dar una que me dio una amiga que vive en la ciudad y que resultó ser una recomendación genial. Sobre todo, si hace buen tiempo. Se trata de una terraza a orillas del Támesis y con un ambientazo especial los días en que hace sol. Se llama Founders Arms y además de unas vistas geniales a St Paul’s Cathedral, las cervezas no son tan caras como en otros locales similares. Entre 3 y 4 libras, podremos disfrutar de un Londres donde habrá más gente local que turistas, empapándonos así de su forma de vida.

¿Y si lo intento en español?

Esto es un dato práctico un poco en clave de humor. Es increíble la gran cantidad de gente española que me encontré en Londres –ayudándonos en mitad de la calle, en los locales, en los bares…- y la verdad, no podía dejar de hacer referencia a ello. Así que si tienes problemas con el idioma y estás en una situación sin salida, quizás hablar español te ayude 😉

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por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

2 comentario en “Datos prácticos: viajar a Londres en 10 consejos”
  1. ¡Qué ricos los puestos de comida callejera! Son una opción genial a los restaurantes al uso.

    Muy buenos consejos para Londres y es verdad que es casi imposible no encontrarte españoles que están trabajando ahí. En cualquier restaurante siempre había algún camarero y por la calle era casi más fácil escuchar español que inglés jajaja

    Tengo ganas de volver a Londres y disfrutar más de esta ciudad.

    Un besín,

    Flavia

  2. ¡Gracais por el comentario Flavia!

    la verdad es que a mí me sorprendió mucho la vida callejera de la ciudad.. bueno, creo que se nota que lo destaco mucho!! me encantaría que Madrid fuera un poco más así 🙂 con lo «tirados a la calle» que somos los españoles!!

    un abrazote!!

    Ire

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