Perú es seguramente uno de los países con más variedad turística del mundo. En el Sur del país, podremos encontrar la mayoría de las joyas turísticas del territorio. Hoy hablaremos de una de ellas: las Islas de los Uros. Se trata de entre tres y cuatro decenas de islas situadas en el Lago Titicaca; situadas literalmente, pues son islas flotantes, hechas de totora y de una originalidad inusitada.
Es una pena porque el turismo sobre la zona ha hecho desaparecer la naturalidad de esta forma de vida para los habitantes de las islas. Ahora, el recorrido se compone de viajes cerrados, a poblaciones que reciben a los turistas dispuestos a recaudar, bien con bailes y espectáculos, bien con artesanía, bien con una vuelta en sus embarcaciones de totora.
No obstante, merecen una visita. La población de las islas de los Uros es indígena y parece vivir en otro mundo, un mundo mucho más sencillo, más simple, menos desarrollado. Para la construcción de sus viviendas, los pobladores anclan la totora; cuando discuten, cortan un trozo de la vivienda y se separan.
Para llegar a estas islas, se puede coger un barco en Puno. Se puede viajar por libre, preguntando directamente al capitán del barco. Si se quiere pernoctar en alguna de las islas del Lago Titicaca, debe pedirse solo billete de ida. Debe tenerse en cuenta que este lago es el más alto del mundo y que en estas zonas hace mucho frío, a pesar de que suele pegar bastante el sol.
Una recomendación personal es otra de las islas de la zona para pasar la noche: Taquile. Al llegar a la plaza de este lugar (tras una larga caminata) se acercarán muchos lugareños para ofrecer su casa para dormir. Es seguro y la población apenas tiene qué visitar, por lo que será una visita tranquila.