Conociendo Perú en el Museo de América
Irene 23 octubre, 2012
La religión es cuestión de fe. Por eso, cuando el Imperio Español colonizó Perú e inculcó a sus habitantes al que no era su Dios, ellos tuvieron su visión particular sobre el fenómeno. Esta idea es la que plasma la escuela cuzqueña de pintura, su visión particular sobre la religión cristiana. Algunos de sus cuadros están en el Museo de América y son protagonistas de la ruta que PromPerú ofrece para explicar la influencia colonial en el país, además de otras para hablar de su naturaleza, sus costumbres y tradiciones y su arqueología.
El pasado sábado pude disfrutar la primera de ellas y por eso hoy os contaré cómo fue acercarme al país andino a través de estas rutas guiadas, muy recomendables.
Tengo que decir que yo conozco Perú, estuve hace cuatro años, pero en este recorrido descubrí cosas nuevas sobre el país que me han hecho pensar lo ideales que son para preparar un viaje allí o para conocer más sobre el destino, gracias sobre todo al conocimiento de la guía turística. Hace tiempo hablé de las ventajas de que en un experto en la materia sea quién nos acerque a un destino. Y confirmado: es muy interesante.
Os hablaré de la ruta colonial, que fue la que hice, pero para tener una visión completa del país es aconsejable hacer el resto. Puedes inscribirte gratuitamente y ver los horarios de las rutas en la web del Museo.
Comenzamos la ruta frente a un cuadro de Francisco Pizarro, el explorador que colonizó Perú y figura clave de la época que nos ocupa. Hoy se conservan en Perú distintos proyectos que él inició: Entre otros, la catedral de Lima o el damero de Pizarro, como se conoce el trazado urbano de la ciudad, caracterizado por manzanas homogéneas.
Para poder hacernos una idea de la geografía de aquel tiempo, nos adentramos por una zona de mapas y vemos una “joya cartográfica” de 1775, en la que ya se distingue la configuración actual del continente americano. A este, se añaden planos de distintas momentos en el tiempo donde nos hacemos una idea de cómo era Perú en época colonial y sobre todo, de la importancia de su puerto, Callao, desde donde salían todas las remesas de oro y plata hacia España.
También nos empapamos de las historias que se suceden en el territorio: Por un lado, las distintas guerras de poder entre los colonizadores –la más importante entre Pizarro y Diego de Almagro-. Por otro, la de Santa Rosa de Lima, quién fue canonizada tras haber logrado un milagro: Cuando los holandeses quisieron tomar el puerto de Callao, rogó a Dios que no entraran y poco después, el capital de dicho ejército murió. Aunque aún hubo reticencias para canonizarla, volvió a dar lugar a un hecho divino. En el museo hay una figura de ella tallada en marfil.
La impronta imperial se refleja en la orfebrería peruana de la misma manera que lo hace en otros campos. Los elementos más significativos: el calado, la filigrana y el engaste de piedras preciosas. Por último, nos adentramos en la escuela cuzqueña, de la que os hablé en inicio. En uno de los cuadros del museo, se descubre a Jesús adolescente. Los indígenas entienden que si aparece en la iconografía cristiana en otras etapas de su vida, ¿por qué no cuando era joven? En otra de las obras del Museo de América podemos ver a Jesús con su padre. Pero la imaginación de esta escuela de pintura no acaba ahí. En la catedral de Cuzco, hay un cuadro de la última cena donde Judas tiene el rostro de Pizarro.
Pero tendría que volver a Perú para ver esta obra. Ojalá algún día pueda.
