* Este es un guest post escrito por Ciara Serrano, que forma parte del equipo de GoEuro, un buscador de viajes multimodo. Aunque es de Barcelona, vive en Berlín y siempre que tiene un poco de tiempo libre lo dedica a hacer pequeñas escapadas por Alemania.
Hamburgo es una de las pocas ciudades-estado de Alemania, siendo en sí misma uno de los dieciséis estados federados del país. Se encuentra muy cerca de Berlín, en el norte del país, así que resulta un destino ideal para hacer una escapada si se está visitando la capital, o para venir un fin de semana, ya que cuenta con un aeropuerto internacional. Es la segunda ciudad más poblada de Alemania, y una de las más grandes, pero todas sus atracciones turísticas están por el centro por lo que se puede visitar tanto andando como en metro.
Día 1
Después de llegar al hotel nos dirigimos hacia la Reeperbahn, conocida como die sündige Meile (la milla del pecado). Se sitúa en el distrito de Sankt Pauli, una de las principales zonas de ocio nocturno de la ciudad, aunque de día el panorama es bien distinto y parece una avenida tranquila, con restaurantes y tiendas de souvenirs. A nuestra izquierda está la Davidwache, una comisaría de policía muy conocida en Alemania por aparecer en varias películas y series. Seguimos por Davistraße, donde se permite la prostitución callejera algunas horas del día.
Al lado está Herbertstraße, una calle cortada en la que está “prohibida” la entrada a mujeres y a menores de edad. En ella se pueden ver a mujeres en escaparates, al más puro estilo Barrio Rojo de Ámsterdam. Justo en la entrada hay un muro para evitar la mirada de curiosos y desde donde muchos levantan sus cámaras o móviles e intentan inmortalizar lo que ocurre al otro lado. De allí llegamos al puerto de Hamburgo, el segundo más grande de Europa.
El puerto está en el río Elba, que desemboca en el Mar del Norte, y es casi tan antiguo como la propia ciudad. Una vez llegado al paseo de St-Pauli nos dirigimos a la izquierda, donde se encuentran varios puestos de comida y recuerdos. En uno de ellos pedimos Fischbrötchen, unos sandwiches de pescado muy típicos de Hamburgo. Sin alejarnos del puerto llegamos a la Speicherstadt, una pequeña “ciudad” llena de almacenes donde los pescadores y comerciantes guardaban su mercancía. Fue construida a finales del siglo XIX y se caracteriza por sus edificios de piedra rojiza y por estar rodeada de canales. Es muy recomendable verla también de noche, cuando las luces de la ciudad la iluminan. Y no dejéis de visitar el Speicherstadt Museum donde podréis ver qué mercancías transportaban, qué utensilios utilizaban o cómo eran las casas comerciales.
Sin salir de la Speicherstadt hay otro museo, el Miniatur Wunderland, donde se encuentra la construcción de modelismo ferroviario más grande del mundo, más de 12 mil metros de vía a escala H0. Su precio es un poco elevado (12€), aunque vale la pena, ya que no todos los días se puede ver Hamburgo, Austria, los Alpes, Escandinavia e incluso Las Vegas a la vez.
Por la noche comemos en una terraza por la misma zona donde estuvimos al mediodía, y poder contemplar así el puerto iluminado. Después compramos una cerveza en un Spätkauf y bajamos hacia la Reeperbahn, que se transforma por la noche. Las calles están repletas de gente, teatros, carteles luminosos y prostitutas. Hay muchísimos bares y terrazas, también por las calles aledañas peatonales. Nuestra elección es un bar irlandés donde hay música en directo. Una de las cosas que más sorprende es ver la cantidad de despedidas de soltero que tienen lugar en la ciudad, sobre todo de alemanes venidos de todo el país. Esto se explica por el animado ambiente nocturno y por los sexshops y clubs de striptease que se encuentran a lo largo de la Reeperbahn. Aunque la noche invita a seguir de fiesta volvemos al hotel, ¡al día siguiente nos toca madrugar!
Día 2
Nos levantamos muy pronto y aún legañosos, son sólo las 5 de la mañana. Nuestro destino: el Fischmarkt (mercado de pescado) de Altona. Antiguamente sólo se vendía pescado, pero a día de hoy se pueden encontrar desde frutas y verduras hasta ropa alternativa y es muy frecuentado por lugareños y turistas. Es muy famosa la subasta de pescado que realizan los pescadores a gritos. También hay una parte dedicada a la música donde actúan algunas bandas para amenizar el madrugón.
Desde el mercado nos dirigimos a la Iglesia de San Miguel, más conocida como “Michel”. Desde su campanario barroco, de 132 metros, se puede ver todo Hamburgo. Se puede optar por subir en ascensor o a pie, pero no os recomiendo esta última opción, se hace interminable.
A 500 metros de la iglesia se encuentran las Krameramtswohnungen, un conjunto de viviendas sociales hechas durante el siglo XVII para las viudas pobres de comerciantes. Gracias al Museo de Historia se pueden ver tres de ellas tal cual eran. En la mayoría de ellas ahora se encuentran galerías de arte, tiendas y restaurantes. De allí nos dirigimos hacia la zona de Jungfernstieg, por donde pasa el río Alster y donde se encuentra el lago interior Binnenalster, desde donde se puede ver una impresionante fuente.
Después de esto vamos a un restaurante de la zona a degustar un Schnitzel con patatas asadas, plato típico alemán. Para acabar el día y relajarnos un poco nos dirigimos al parque “Planten und Blomen”, una de las mayores zonas verdes de Hamburgo, donde se pueden ver los jardines botánicos o el escondido jardín japonés.