Una semana. Exactamente, 10 días, aunque no completos. Eso ha durado nuestro último road trip en furgoneta por la Bretaña francesa. De nuevo, muchas horas de carretera (quizás incluso tenga la sensación de que más que el año pasado por la costa Este), amaneceres en lugares excepcionales, pueblos con encanto, playas, castillos y naturaleza, mucha naturaleza. Todo ello contando con que el fin de semana para ir y para volver lo dedicamos a esperar viento en las playas de Las Landas, pues mi acompañante practica kite-surf y ese fue nuestro objetivo esos días.
Volvemos con la sensación de haber rematado nuestro amor por Francia. Si antes la amábamos, ahora seguramente la adoremos. Nos volvieron a encandilar los detalles; los baños en las playas; lo bien cuidadas que están las áreas de servicio; la arquitectura; y esta vez volvimos con una idea nueva en la cabeza: No hay un pobre en la costa Oeste francesa. Nos quedamos impresionados con las casas que había, la gran cantidad de barcos en las playas, lo ricos que parecían sin ser demasiado ostentosos.
En concreto, conocimos pueblos con encanto –que en Francia se llaman localidades con carácter- como Rochefort en Terre, Josselin y Locronan; nos acercamos al maravilloso Mont de Saint Michel y, además de las fotos de rigor, entramos en la conocidísima abadía; pasamos por la villa marítima de Saint Maló; paseamos por las grandes piedras de color rosáceo de Ploumanach (la Costa del Granito rosa); dejamos pasar el tiempo en las playas y los acantilados de la Península de Crozon; y nos acercamos al destino más playero de Finisterre, Benodet; y a su preciado archipiélago de las Glenan, algo así como la Polinesia en territorio francés.
*Si quieres hacerte con una entrada para visitar la Abadía de Mont Saint Michel, sin colas y recibirla directamente en tu móvil, puedes lograrla en el siguiente enlace: tiqets para la Abadía de Mont Saint-Michel
Pero no todo iba a ser visitar cosas y además de disfrutar cada lugar, también sacamos provecho del tipo de viaje que hacíamos. Nos gustaba pasar las noches en lugares donde poder desplegar la mesa, cenar tranquilos y tomar el aire, pero nos encontramos con que muchos lugares estaban protegidos y no dejaban dormir a la gente en su vehículo. La prohibición nos parecía excesiva y en vista de que otras autocaravanas poblaban los parkings de las playas, allí dormimos la mayoría de los días.
Disfrutamos de las playas con largos paseos, de los atardeceres, de las estrellas y de la naturaleza; comimos un par de días fuera, degustando los mejillones, tan típicos en la zona y tomamos cervezas, siempre intentando que fueran bretonas. Curiosamente, en muchos lugares no tenían cerveza local.
Tuvimos suerte porque solo llovió un día y el resto, aunque no hiciera calor, era un tiempo ligero y se sobrellevaba. Eso sí, en esta zona hace más fresco que en el Este. Eso sin duda.
Sin más dilación, os pasamos a describir el recorrido que hicimos:
Día 1
Madrid – San Juan de Luz (País Vasco francés)
Día 2
San Juan de Luz – Playa de Les Estagnots, en Seignosse – Biscarrose Plage
Día 3
Biscarrose Plage – Dune du Pilat – Rochefort en Terre
Día 4
Rochefort en Terre – Josselin – Mont Saint Michel
Día 5
Mont Saint Michel – Saint Maló – Ploumanach
Día 6
Ploumanach – Plage de la Presqu’Île de Crozon
Día 7
Plage de la Presqu’Île de Crozon – Locronan – Point du Torche
Día 8
Point du Torche – Benodet – Islas Glenan – Dormimos en carretera
Día 9
Biscarrose Plage – San Juan de Luz
Día 10
San Juan de Luz – Madrid
Mapa del recorrido:
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