Granada es una ciudad bonita y además, llena de ambiente. Habrá atractivos que visitar -La Alhambra, sus barrios más populares, los bonitos paseos-, pero sobre todo una actividad que hacer que destaca por encima de las demas: irte de cañas y tapas y vivir el momento. Hoy hablaremos de visitas imprescindibles que hay que hacer en Granada.
La primera de ellas, como no, es visitar la Alhambra de Granada y del Generalife. Este es uno de los monumentos más importantes de España y no podemos pasarlo por alto. Eso sí, no os despistéis y sacad la entrada lo antes posible, pues suele tener mucha demanda. Si no, siempre venden en la entrada a la apertura a las 8.30 de la mañana (conviene estar a las 8 para hacer cola).
En la parte baja del lugar donde se encuentra el monumento podemos visitar el Paseo de los Tristes (conocido así porque pasaban por allí los cortejos fúnebres con destino al cementerio), a la orilla del Río Darro y por debajo del cerro donde está La Alhambra. Es hermoso y tiene muchas tiendas y bares (con terraza para el buen tiempo).
En frente de la Alhambra se encuentra en una colina el barrio de Albaicín, de origen morisco, con singulares y extrechas calles, bellos jardines y exubertantes colores. Lo mejor es ver la puesta de sol desde el mirador de San Nicolás (el más turístico). Si preferimos uno menos concurrido y unas vistas más generales de la ciudad podemos ir al mirador de la Cruz de la Rauda, al que se accede por un camino de 213 escaleras comenzando en un punto situado en el camino entre Sacromonte y Albaicín. Es una zona desolada y donde hay casas-cueva en malas condiciones y en muchos casos sin servicios, así que también será un momento para ver toda la realidad de la ciudad.
El barrio de Sacromonte, que también se merece una visita, goza de caminos muy antiguos y bonitas cuevas (sobre todo incluso se utilizan para ver espectáculos de flamenco o simplemente, ser bares, aunque incluso puede dormir en ellas, en alojamientos cueva). Para llegar a Sacromonte hay una señalización subiendo una calle larga al final del camino de los Tristes (donde también está indicado San Nicolás).
Después de tomar la dirección, llegaremos por la carretera al final del barrio, donde hay un camino para callejear por él (aunque podemos hacerlo antes por cualquiera de las salidas). Tomando el primer camino, podemos acceder a un bar con unas maravillosas vistas a La Alhambra, buenas cañas y tapas, y un intererior curioso: una pequeña cueva.
Ya en el centro de la ciudad, la zona más aconsejable es la Plaza de Santa Ana, donde podremos irnos de cañas y tapas y comer a precio económico. La calle indicada para ello es Elvira, donde hay varios establecimientos que merecen mucho la pena, pero destacan la Antigualla y la Sabika, que se encuentran muy cerca.
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