La gente no suele tener dudas: donde esté la comida casera, que se quite todo. Claro, que no siempre cualquier comida casera. A todos nos gusta comer bien. En esta línea, ha nacido con el mundo de Internet un nuevo concepto para comer cuando estás de viaje o quieres comer en tu ciudad forma diferente: Withlocals, una plataforma que pone en contacto a lugareños de diferentes puntos del mundo con viajeros ávidos de experiencias y que gustan del contacto con la gente local y de comida casera o con gente de la ciudad que quiera también un plan diferente y conocer a gente con la comida como nexo. Recientemente, pude probarlo y hoy os contaré cómo fue la experiencia.
El plan es el siguiente: la gente eligen un menú cerrado, con un precio y condiciones, de entre los que hay disponibles en el lugar de destino. Pagan a través de la plataforma y eligen en función de lo que buscan y otras experiencias relatadas por los usuarios de la web. En cuanto a la experiencia, los comensales tendrán un lugar específico para comer, habitualmente recreado para la ocasión, y la persona que les cocina no participará de facto en la comida.
En mi caso, la elección fue una cena en el barrio de Pacífico, en Madrid. Una zona muy agradable alejado del centro y de lo más turístico de la ciudad donde un viajero podría conocer en mayor medida el día a día de la capital de España; desde una perspectiva más de habitante que de turista. De hecho, una pequeña anécdota corroboró lo acertado de la elección. Quedé con una amiga antes para tomar algo en un bar de la zona, el Irish City Sport Bar, donde tras una caña y haberme ido, volví al darme cuenta de que había dejado la cámara de fotos. Nada más llegar, un joven que se notaba de la zona me avisó de que la había encontrado y la había dejado dentro. La recuperé, dando gracias a que había sido allí, pues si hubiera sido en pleno centro de Madrid, dudo mucho que la historia acabado como acabó.
Al llegar a la casa de nuestra anfitriona, María Jesús nos recibió amablemente y pudimos charlar un poco con ella. Además, después, entre plato y plato, fuimos entablando conversación. Preguntas y respuestas para conocer un poco más de nuestra historia, que nos llevaron a nuestros lugares de origen, a nuestros trabajos o simplemente a la vida. Ella adivinó que yo era asturiana y yo le sugerí que se notaba que le gustaba mucho cocinar. Su cara de satisfacción afirmaba aquello de lo que por humildad no se atrevía a presumir.
En cuanto a la experiencia, fue una grata sorpresa el lugar donde cenaríamos. La mesa, al un lado del amplio salón, estaba preparada con esmero, portaba una buena cubertería y en una cartulina colocada con buen gusto leíamos el menú que nos esperaba: dos tapas, un salmorejo de primero, paella de segundo y un postre. Además, nos había puesto hilo musical de fondo y rápidamente nos sentimos como en casa. La noche prometía.
Comenzamos con los dos entrantes típicamente españoles, de atún con alcaparras y sobrasada con queso de cabra, de los cuales, la última propuesta estaba «especialmente rica», expresión que me gusta utilizar cuando algo me encanta. Continuamos con un salmorejo, uno de mis platos favoritos, y de nuevo la mano de la cocina casera no nos traicionó: su presentación y su textura eran mucho mejor que en tantísimos restaurantes donde lo he probado. Lo siguiente ya sería el plato especial de la noche: paella. Sabrosa y bien presentada, fue de nuevo una delicia y si hubo algo que falló, fue que no pudimos acabarla por lo grande que era. Menos mal que postre fue más liviano: un helado de vainilla con caramelo y pistachos; que de nuevo volvió a poner el listón muy alto.
Y así pasó la noche, entre la comida, la música, la charla y la vista, más allá de la terraza de la casa de María Jesús, de la luna llena iluminando la noche madrileña. Una noche de buena comida casera y agradable conversación. De conocer a una nueva persona en la ciudad; de contacto humano. Una noche donde cenamos realmente bien y lo hicimos como “como en casa”. Así que bien; muy bien.
*Nota: Este post es producto de la invitación por parte de Withlocals a probar la experiencia, que agradezco mucho desde estas líneas. No obstante, la experiencia es real y las opiniones 100% personales.
Hmm qué buena pinta tiene el menú, Irene. No conocía esta plataforma (apuntada va), por lo que veo es parecida al VizEat, que probé también en Madrid en julio. Me gusta esto del social eating, ¡que dure!
Un abrazo de la cosmopolilla
Gracias por el comentario Patri!
estaba todo espectacular 😉 Pues sí, parece que van surgiendo propuestas en torno a la gastronomía y los viajes. Una buena forma de adentrarnos en lo más auténtico del lugar y conocer gente.
Un abrazo!
Ire