La mayoría de las veces creemos que un fin de semana no es suficiente para pegarte un buen viaje. Pero la realidad es que cuando nos ponemos a ello, nos damos cuenta de que se pueden aprovechar en condiciones dos/tres días. Esto me sucedió recientemente en una ruta que realicé desde Madrid durante dos días por Aragón (para en Medinaceli -en Soria- mediante), en la que partiendo el sábado bien pronto y llegando el domingo a una hora decente pude disfrutar de cuatro destinos: la ya mencionada Medinaceli, el Monasterio de Piedra, Calatayud y Albarracín. Os cuento todos los detalles.
Es cierto que viajaba sola y eso hace que no te despistes ni apenas pierdas el tiempo, pero tampoco sentí que veía las cosas mal y tuve tiempo para relajarme. Pero sí es verdad que suelo imprimir un ritmo ágil cuando visito los lugares. Tampoco me paré mucho tiempo a comer, llevando unos sandwiches para el sábado y sí que parando a tomar algo por la tarde. Hice noche en Calatayud y conduje con gracia pero nunca más de tres horas y media seguidas. Tampoco es tanto agobio, ¿no?
Medinaceli, un encantador pueblo
Medinaceli es una parada súper interesante que no me arrepentí nada de hacer aunque la visita fuera fugaz. Tan solo su emplazamiento, en lo alto de un promontorio rocoso, merece ya una oportunidad. Tuve tiempo incluso de coger un plano en la oficina de turismo y pasear rápidamente por sus puntos clave: su precioso arco romano, varios mosaicos de esta época en la calle y el Palacio Ducal, la coquetería de sus calles empedradas y su imponente Plaza Mayor. Donde más tiempo estuve fue en el interior del Palacio Ducal (en torno a 1,5 euros la entrada más la voluntad), que además de ser precioso, tiene exposiciones de arte muy interesantes. Una forma muy especial de revitalizar un lugar de interior algo aislado.
El Monasterio de Piedra, un lugar natural para imaginar
El Monasterio de Piedra, del que ya os di detalle en profundidad recientemente, es un lugar natural único, limpísimo y mágico. Lo que la naturaleza ha hecho sobre este terreno y cómo se ha preservado es muy especial y por eso, os lo recomiendo encarecidamente. Yo llegué sobre las 12.30 y estuve gozando del paseo, sus laberintos y el golpeo del agua hasta pasadas las 16.30. Un recorrido encantador culminado con la visita al propio monasterio, también encantador.
Calatayud, una ciudad súper interesante
Pasé en Calatayud una tarde, si bien al día siguiente aún tuve tiempo para subir al Castillo de Ayud (ya visitable). Aunque hubo momentos en los que pensaba que estaba en una película de miedo porque no había apenas gente en la calle, la experiencia fue también divertida. Me acerqué a conocer la Colegiata Santa María Mayor y la del Santo Sepulcro; me perdí por las calles de la judería y restos de alguno de los castillos defensivos que se levantaron en esta ciudad en el pasado; me fijé en la disposición de las casas de la Plaza Mayor -tan peculiares-; y salí por la Puerta de Terrer para llegar al Museo de Calatayud; donde finalmente no entré.
Albarracín, última parada en uno de los pueblos más bonitos de España
De Zaragoza a Teruel, conduje encantada con el paisaje y llegué a uno de los destinos a los que más ganas tenía desde hace mucho tiempo: Albarracín. Sentí emoción desde el inicio. Además de flipar con su belleza y recorrer sus puntos más interesantes, aquí tampoco paré de pasear. Fue lo que más hice y seguramente lo que más disfruto haciendo en los viajes. No me cansé y cuando llegó la hora de partir, seguía teniendo energía. En Albarracín es también lo más recomendable. ¡Imprescindible subir a lo alto de la muralla para observar sus vistas!
DATOS PRÁCTICOS DE LA RUTA POR ARAGÓN
- Dónde dormir: Hice noche en Calatayud; a 28 kilómetros del Monasterio de Piedra e ideal para seguir conociendo lugares interesantes. Allí podréis encontrar hoteles de toda categoría. Yo me alojé en Hostal La Perla, con buena ubicación y buenos servicios por tan solo 23 euros.
- Presupuesto de viaje: En todo el viaje me gasté unos 62,5 euros. Así distribuidos: Eché tan solo una vez gasolina 30 euros (si bien ya tenía algo); pagué 3,5 euros en el Palacio Ducal de Medinaceli (1,5 de entrada y dos euros de voluntad); unos 3,5 euros en tomar algo en Calatayud; 2 euros en desayunar en Calatayud; 23 en el hotel; y 16,5 en comer en Albarracín. En cuanto a la entrada del Monasterio de Piedra, fui invitada como blogger como ya apunté en su post. Sumándolo hubieran sido 76,9 euros.
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