A lo largo de varios post, os contaremos nuestro viaje por la Bretaña francesa, un recorrido de seis días en coche y sin una planificación cerrada, pues teníamos libertad suficiente para ir creando el camino. Después del trayecto en Ferry desde Gijón a Saint-Nazaire, comenzó un periplo de lo más interesante, compuesto por preciosos pueblos, naturaleza e intenso kilometraje.

Recorrido de 6 días en Bretaña francesa

Día 1.- (Saint-Nazaire) – RENNES – VITRÉ – FOUGÈRES – HUYSNES-SUR-MER – DOL-DE-BRETAGNE – MONT-DOL

Día 2.- MONT-DOLMONT-SAINT-MICHEL – SAINT-MALO – DINAN – DINARD – Fort la Latte – Cabo Fréhel – PAIMPOL/ Abadía de Beauport – PLOUMANACH/ PERROS-GUIREC

Día 3.- PLOUMANACHTRÉGASTEL – (Saint M.-en-Grève – Morlaix) – SAINT-THÉGONNEC – GUIMILLIAU – POINTE DU RAZ- DOUARNENEZ – LOCRONAN – (Quimper) – PONT-AVEN

*Si quieres hacerte con una entrada para visitar la Abadía de Mont Saint Michel, sin colas y recibirla directamente en tu móvil, puedes lograrla en el siguiente enlace: tiqets para la Abadía de Mont Saint-Michel


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Día 4.- PONT-AVEN – DOËLAN – CARNAC – LORIENT

Día 5.- LORIENTJOSSELIN – MALESTROIT – ROCHEFORT-EN-TERRE – QUESTEMBERT – NANTES

Día 6.- NANTES – playa de La Baule – SAINT-NAZAIRE


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Esquinada en la península más occidental de Francia, la región de Bretaña, antes reino y ducado, consta de cuatro provincias con una extensión de 27 000 km cuadrados y una población de tres millones largos de habitantes (que aumentarían ostensiblemente si incluyésemos la región de Loira-Atlántico, con centro en Nantes, antes bretona y actualmente con ciertas pretensiones reintegracionistas), y presenta una fuerte identidad geográfica y cultural.

Aunque se habla el francés nacional y el galó, ambas lenguas romances, es el bretón, lengua celtobritánica, el que marca la idiosincrasia del lugar. Y es el celtismo, sobre todo, el que da carácter al territorio y a sus gentes: habla, toponimia, música y festivales, gastronomía, indumentaria tradicional, el trisquel, la sidra, Astérix y Obélix… (no es infrecuente ver en la matrícula de los coches la pegatina con las letras BZH, abreviatura identitaria de Breith, Bretagne en bretón), con un peso nada desdeñable en el turismo y en la economía.

bretaña

Sin olvidar sus  bellas costas, sus coquetos pueblos y sus hospitalarios y abiertos ciudadanos. Todo, además, bien conservado, pulcro y cuidado. Historia, arte, playa, campo, urbanismo, gastronomía y precios asequibles completan la oferta.

El tiempo es suave todo el año y la lluvia, otro símbolo regional con permiso del viento, es constante pero muy intermitente (“En Bretaña solo llueve dos veces por semana: la primera, tres días; la segunda, cuatro”, dice un proverbio local), el relieve es bastante llano y las comunicaciones interiores son muy buenas, destacando la ausencia de peajes en las autopistas. Todo a favor, pues, para una merecida e interesante visita.

Lo ideal, como no, es disponer de vehículo, que hace el viaje más completo, fácil, cómodo y rápido. Actualmente existe la posibilidad de usar la llamada “autopista del mar”, un ferry con varias idas y venidas nocturnas semanales entre Gijón (puerto de El Musel, Asturias) y Saint-Nazaire (puerto de Montoir-de-Bretagne), ciudad de la desembocadura del río Loira cercana a Nantes, que permite trasladar el coche propio con el consiguiente ahorro de hotel, conducción, combustible y posibles peajes a un precio nada excesivo (recomendable tomarse la pastilla antimareo… por si las olas). Sea como sea, dispongámonos a madrugar y movernos para aprovechar al máximo el tiempo disponible.

Si os interesa conocer con detalle qué hicimos en estas tierras en los 6 días que estuvimos, os copio todos los tramos del viaje por la Bretaña francesa en coche. Hubo atracciones variadas; ciudades y pueblos; pero todos ellos encantadores.

Capítulo 1 de Rennes a Huisness sur Mer

Capítulo 2 de Saint Michel a Perros Guirec

Capítulo 3 de Ploumanach a Locronan

Capítulo 4 de Pont Aven a Lorient

Capítulo 5 de Josselin a Nantes

Capítulo 6 de Nantes a Saint Nazaire

por Santiago

Santi Somoza, de estirpe asturiana en la desembocadura del Eo, allí donde ástures y galaicos se dan la mano, aferrado siempre a su clan galego-forneiro, hipermétrope enjuto, jubiloso jubilado, maestro de nada y aprendiz de todo, pacífico y socarrón, descreído, escéptico, indignado, viajero letraherido y maratoniano corredor de fondo, ave nocturna y perpetrador de tangos, amigo de sus amigos, amante del buen vino y la poesía y, por encima de todo, de sus tres queridísimas mujeres.

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