Cuando viajé a Berlín volví con la idea de poder incluso vivir en aquella ciudad un tiempo. Preguntándome por qué puedo responder que por la gran cantidad de cosas que se podían hacer en esta ciudad y por el ambiente cultural que se respiraba en cada rincón. Hoy hablaré de cinco cosas que no debéis perderos en la capital alemana.
Raro será que uno no se plantee comenzar a conocer la urbe por el monumento que corona su centro turístico: La Puerta de Brandemburgo. Este es el rincón donde uno se imagina quedar con los amigos un día que se quiera pasear por la ciudad en el caso de vivir allí. Porque además de situarse al lado de la calle central de ciudad, está también pegada al parque Tiergarten, pulmón de la urbe y sitio ideal para pasar la tarde.
Otra visita ineludible es alguno de los museos de Berlín, ¡hay tantos! Puedes conocer todo tipo de restos históricos en la gran cantidad de centros de la isla de los museos, donde además hay muchas zonas verdes, pasa al lado el río y uno puede deleitarse con los magnánimos edificios que decoran el paseo. Si prefieres otro tipo de visita, en Berlín hay un museo erótico y muchos más.
Si hay un dato curioso que me llamó la atención de Berlín es el alto porcentaje de paro que tiene para ser una ciudad alemana, que se explica por la ausencia de industria en la urbe. Por el contrario, la ciudad es en conjunto y por muchas razones uno de los destinos turísticos más alternativos del momento, quizás por lo barato de los alojamientos, la gran cantidad de artistas que pueblan sus calles o los datos económicos que alejan esta ciudad de otras capitales europeas más distinguidas. Por ello, recomiendo que se vaya a Kreizberg, el barrio bohemio por excelencia, que por lo que he explicado, rebosa de gente, está lleno de lugares con encanto y es seña de identidad de la ciudad…
Por último, no se puede uno volver de Berlín sin ver los restos del Muro de Berlín y las curiosas pinturas que hoy llenan de color tan gris pared, reinventando todo lo que significó. El muro que un día separó la ciudad hoy es el legado de Berlín al mundo, un símbolo de paz.