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Cuando el viajero llega a Berlín y recuerda su convulsa Historia de principios de siglo XX, siente que está en una ciudad llena de Historia. Uno de los lugares más representativos en este sentido es el Muro de Berlín, retazo de la Guerra Fría y de lo que fuera la separación del mundo en dos bandos tras la Segunda Guerra Mundial. Pero también fue barrera para muchísimas personas que dejaron a su familia al otro lado o que, simplemente, en el ejercicio de su libertad, querían ir al otro Berlín. Este muro sepultó esperanzas y levantó heridas a mucha gente.

Desde el punto de vista turístico hay varias zonas donde poder ver el antiguo Muro de Berlín (como Bernauer Strasse o el conocido “Chekpoint Charly”), pero la más amplia e interesante por las creaciones artísticas que porta es East Side Gallery, en la que nos centraremos y que mostramos en las fotos del artículo.

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Hemos de advertir que las creaciones que lucen hoy en el Muro de Berlín no son las originales, pues las autoridades mandaron reconstruirlo y pintarlas de nuevo. No obstante, muchos de los artistas que participaron en las primeras pinturas se negaron a hacerlo, por no estar de acuerdo.

Cuando llegas a Mühlenstrasse, donde se encuentra este pedazo de Muro de Berlín, que recorre más de un kilómetro de largo, intentas recordar como sería cuando lo levantaron (allá por 1961). Ahora es muy diferente, plagado de alegatos por la paz y sobre la unificación definitiva de la ciudad, que podemos ver en las fotos. Además, el muro en realidad eran dos, entre los cuales estaba la zona de seguridad, donde se controlaba que la gente no pasase de un lado a otro.

Su historia

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Tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas se repartieron Berlín, quedando la ciudad dividida por este muro, llamado el «Muro de Protección Antifascista» por los soviéticos y «Muro de la Vergüenza» por los occidentales. No hay que confundirlo con el conocido Telón de Acero, como se conocía a la frontera, tanto física como ideológica, entre los países soviéticos y los capitalistas y que se extendía desde el Báltico, hasta el Adriático.

El deseo de la gente de franquear el Muro de Berlín llegó a suponer que algunos sí lo consiguieran, concretamente unos 40.000, según datos del periódico El Mundo. No obstante, el control al que estaban sometidos hizo que no fuera así en todos los casos. Unas 75.000 personas fueron arrestadas al intentar saltar el muro, 200 fueron heridas y en torno a 250 fueron asesinadas. Pero el empeño por escapar sí funcionó en otros 40.000 casos en los que la gente logró escapar.

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Volviendo al interés turístico, este trozo de Muro de Berlín es conocido por ser como una galería de arte al aire libre y nos gustaría que os hicierais una idea con las fotos. Una de las obras más conocidas es la que añadimos la última, el beso entre Breznev (cargo soviético) con el alemán Honecker. Para llegar se pueden tomar las paradas S-Bahn Ostbahnhof (S3, S5, S75, S9) y la U-Bahn Warschauer Strasse (U1).

Por último os contaremos la anécdota de la caída del Muro de Berlín. La orden la dio Gunter Schabowski, cuyo cometido era anunciar el fin de las restricciones para viajar a la RDA, aunque los planes del Gobierno apuntaban a destruir el muro. Cuando los periodistas le preguntaron cuando se realizaría la acción, el buscó entre los informes y dijo: «Inmediatamente». La gente reaccionó y fue a las fronteras con la intención de saltar el muro. Los guardias no hicieron nada. Y así cayó.

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por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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