foto-pirineo-huesca

Huesca fue sin duda una de las mayores sorpresas que me he llevado en mis viajes recientes. Quizás porque yo no elegí el destino y no esperaba nada especial; quizás porque objetivamente es una maravilla de lugar. Si te apetece un plan de montaña y no te quieres ir demasiado lejos, te digo que no pienses más: El Pirineo de Huesca es tu lugar. El lugar ofrece un montón de propuestas que te harán quedarte maravillado con sus paisajes, disfrutar de aire puro, planes ‘activos’ como barranquismo, rutas para todos los públicos y gustos, pueblos preciosos y tranquilidad, mucha tranquilidad. Te contaré qué ver y qué en la provincia durante 7 días; concretamente nuestro plan, si bien no aprovechamos todas las jornadas al completo.

Día 1: La llegada

Llegamos a la zona observando ya por la ventanilla un paisaje genial. Hacíamos noche en Laspuña, un pueblo pequeño, pero con un bar en la pequeña plaza donde tomamos algo para comenzar a advertir que ¡ya estábamos de vacaciones!

Día 2: Ruta al Ibón de Plan

Para el primer día, decidimos comenzar fuerte. El huésped de nuestra casa nos habló de un montón de rutas chulas y menos conocidas para el público general y aunque nos advirtió que era dura, elegimos finalmente la del Ibón de Plan. Los ibones son lagos glaciales que en este caso, rodeado de grandes montañas y cientos de árboles, dan lugar a un paisaje para quedarse completamente maravillado. Decir también que para los que no quieran hacer una ruta complicada, hay una alternativa sencilla que parte desde el pueblo Saravillo.

ibon-plan-vista camino-ibon-plan vistas-naturaleza-plan

La ruta larga comienza en Plan y consta de unos catorce kilómetros; cuyos primeros siete son de subida y bastante pendiente. Concretamente, 1.000 metros de desnivel. Si eres de los que no está acostumbrado, es un poco paliza, pero con todo creo que merece la pena. Las agujetas pasaron, pero la experiencia no se me ha olvidado fácilmente. De hecho, fue mi preferida en el viaje. Las diferentes alturas hacen que de camino a la cumbre, se observen diferentes paisajes, lugares, vistas…¡es una auténtica pasada!

Acabamos tarde y tras unas cañas, nos fuimos a descansar pues estábamos cansados. Cenamos por la zona y nos fuimos a casa, un poco destrozados pero felices.

Día 3: Barranquismo en el Río Yaga y conocer Aínsa

Esta zona, tan montañosa y escarpada, tiene muchos ríos y barrancos donde poder actividades turísticas. Nosotros nos decantamos por hacer barranquismo en el Río Yaga, pues es sencillo y yo no soy una viajera muy atrevida. Me encantó porque me pude adentrar en plena naturaleza y disfrutar un plan acuático sin tener que demostrar lo poco valiente que soy. Dentro de los grupos, siempre hay niveles diferentes desde los cuales se producen los ansiados saltos, que son lo más divertido de este tipo de planes. En último caso, si no quieres hacer ninguno de ellos, hay siempre pasos planos y buenos profesionales que ayudan a acabar los trayectos.

barranquismo-huesca

Sin duda, lo mejor fue la belleza de esas aguas claras que con el color pálido de la roca hacía que parecieran propias de una playa paradisíaca. La temperatura del agua es muy baja, pero esto fue solo un pequeño obstáculo para disfrutar de tan divertida y natural actividad.

Por la tarde conocimos Aínsa, la población más conocida de la comarca de Sobrarbe y con toda la razón. Localidad de calles empedradas y edificios antiguos, tiene muchísimo ambiente derivado del turismo y es súper agradable para ir a cenar o perderse por sus recovecos de geniales vistas. Desde luego uno de los pueblos más bonitos de nuestro país y una buena referencia para la zona.

ainsa-pueblo

Día 4: Ruta de la Garganta de Escuaín y rumbo a Biescas

Este día, como teníamos poco tiempo, elegimos una ruta sencilla que nos dejara la tarde libre. Aunque primero hicimos al no tener buena información la Ruta de los Miradores, esta es sencilla e ideal para avistar quebrantahuesos, una de las aves más curiosas del lugar. Los preciosos paisajes, por supuesto, también nos acompañaron para seguir adorando esta tierra.

ruta-miradores-huesca

Pero nuestro objetivo de antemano era la ruta de la Garganta de Escuaín, que acaba en una catarata con diversos saltos y aguas claras que se nos había metido en la retina y queríamos ver por nuestros propios ojos.

cascada-escuain

Esta ruta es perfecta para quienes quieran una ruta sencilla, bonita y asequible. Son cerca de cinco kilómetros, con relativa poca pendiente y paisajes diferentes que se culminan en la garganta del río y con diversos saltos de agua que le dan un importante atractivo. Por la tarde pusimos rumbo a Biescas, descubriendo nuestro nuevo pueblo para días restantes, y una zona –el Valle de Tena- que también estaba sobrada de encanto.

Día 5: Conociendo los pueblos del Valle de Tena

Este día teníamos ganas de descansar y como habíamos elegido un buen hotel -Tierra de Biescas-, nos quedamos por la mañana en la piscina. Después de tanta caminata y prácticamente no parar, nos sentó de maravilla, disfrutando de unos ratos geniales en pareja.

Por la tarde, el seguir conociendo la zona nos pudo y nos acercamos a dos pueblos imprescindibles si visitáis la zona: Sallent de Gállego y Tramacastilla de Tena. El primero de ellos está enclavado en un valle y cada perspectiva que tomas en la visita lo hace más bonito. Cuidado, acogedor y con arquitectura de montaña, pasear por él es también obligatorio. Pero las vistas, ¡qué vistas!, son sin duda lo mejor.

sallent-gallego vistas-sallent-gallego-iglesia

El segundo es también similar, algo más pequeño y recogido quizás, pero igual de privilegiado. Se puede subir a un mirador y contemplar la suerte de estar rodeado de tanta naturaleza y al bajar, seguir maravillándote con lo que ves.

tramacastilla-tena tramacastilla-tena-alto-gallego

Día 5: Hacer la ruta de la Cola de Caballo y pasear por Biescas

Aunque está situada en la Comarca de Sobrarbe, nosotros decidimos hacer la ruta de la Cola de Caballo desde Biescas. El camino es precioso. Una vez allí, desde Tena se toma un autobús que te deja en los principios del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Esta es la ruta más popular de todas y sin duda está justificado.

cola-caballo-foto-ruta gradas-soaso-cola-caballo

Estuvimos a punto de desecharla en lugar de hacer otra más “auténtica” y ahora que no lo hicimos, creo que tomamos la decisión correcta. Es de nuevo, una ruta que te lleva a diferentes partes de un paisaje maravilloso, con espectaculares montañas, fauna y algo muy especial: las diferentes cataratas, a cada cual más bonita. Y sin duda las Gradas de Soaso, una catarata con diferentes saltos y de una armonía especial, son que se llevan la palma en cuanto a belleza. ¡Qué lugar!

cascada-gradas-soaso

Esta tarde, cansados, aprovechamos el rato para pasear por Biescas, un pueblo animado y divertido, aunque no tenga muchas visitas turísticas. Nos encantó, de nuevo, como todo lo que vimos allí.

Día 6: Última ruta en Panticosa y para casa

El último día pensamos en hacer un plan tranquilo, pero finalmente preferimos hacer una nueva ruta. Prácticamente novatos en este tipo de viaje, al final, nos enganchamos. Teníamos ganas de coger la telecabina que te lleva a lo alto de la estación de esquí. Aunque fueran meses de verano, este transporte está abierto para así hacer una ruta en la zona alta que te lleve a los ibones de Sabocos y el de de Asnos. El billete vale 17 euros pero el pequeño trayecto tiene su encanto. Una vez arriba, las vistas y los paisajes son de nuevo para quedarse completamente embobado. La subida no es dura y en total es de unos siete kilómetros.

ruta-lagos-azules-panticosa ibon-Sabocos-panticosa

Acabar el viaje con estas preciosas vistas de montaña fue todo un subidón para volver a casa, convencidos ya completamente que la montaña también nos gusta. ¡Nos encanta!

Datos prácticos

Alojamiento. En los días que estuvimos en Sobrarbe, el hotel elegido fue Puerta de Ordesa Garden, un apartamento correcto, con jacuzzi compartido y aparcamiento por 100 euros la noche. En Biescas, nos alojamos en el Tierra de Biescas, un alojamiento top, con piscina interior y exterior, geniales servicios y un restaurante de lo mejor de la zona, al que recomendamos ir aunque uno no se aloje allí: el Restaurante Saborea, de cocina moderna pero buenísima.

foto-Hotel-BIESCAS

Para comer. En la zona de Aínsa, comimos muy normal en los restaurantes que elegimos. Sin embargo, en Biescas comimos fenomenal. Si te dejas caer por la zona, además del Restaurante Saborea, te recomendamos el Tiki y la Borda del Bosnerau –el primero imprescindible-.

Biescas-Comer

Cómo moverse. Nosotros nos movimos con el coche, siendo lo más recomendable para hacer rutas y moverse con autonomía por toda la zona.

Nuestro viaje a Huesca en profundidad. Si quieres leer más acerca de las visitas que hicimos, te invitamos a leer sobre qué hacer cerca de Aínsa, en la Comarca del Alto Gállego y en Panticosa. ¡Qué ganas de volver!

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

2 comentario en “Huesca en 7 días: qué ver y hacer en la región”

Los comentarios están cerrados.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies