Oporto es difícil por sus cuestas y fácil por sus personas. Pero preciosa desde casi todas las perspectivas. Existe gente maja, gente súper maja y gente maja nivel Oporto. Buena comida y buen vino (dulce y también buen vino, a secas). Oporto se patea, se saborea y se contempla, pero sobre todo Oporto se disfruta (¡no te pierdas todos nuestros consejos sobre qué visitar en Oporto). Una ciudad barata y antigua, que rezuma nostalgia a cada paso, pero que también es moderna y cuida el producto local con mucho mimo.

Tanto como el que existe en la librería Lello e Irmao o el que pone su gente en ayudarte a encontrar un monumento o al servirte una caña en un bar. Hoy os comentaremos cómo fue nuestro viaje a Oporto durante dos o tres días, o lo que nosotros llamamos: Oporto rules 🙂 Si te interesa estar más días en la ciudad te recomendamos nuestro post sobre qué ver entre Oporto y Lisboa.

Cómo patear Oporto

Oporto es una ciudad en la que me costó situarme y eso que no soy especialmente mala para la orientación. Es irregular y tienen unas cuestas de esas que hacen tener que parar para tomar aliento, pero ahí reside parte de su encanto. Se pueden diferenciar claramente dos partes: Por un lado, la Baixa, el centro y lugar más comercial, con la Plaza da Liberdade y las calles Santa Catarina o la Avenida Dos Aliados, donde podréis encontrar el famoso Mercado Bolhao o el Café Magestic –aunque también la Torre de los Clérigos (cerca está la librería Lello e Irmao) o la Catedral (o Sé de Oporto), en la parte alta de la ciudad-.

Por otro, la Ribeira, zona más antigua y a las orillas del Río Duero, es otra historia: llena de restaurantes, bares y fachadas de colores, se presta a patear al subir y bajar, pero también a tomarse algo o comer, de forma relajada, y tomar fotos de la bonita foto de postal de esta parte de la ciudad con el puente Luis I al fondo. Entre las dos partes de la ciudad no hay conexión en metro, por lo que no queda otra que subir cuestas todo el día. A veces la belleza tiene un precio.

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Por último, otra zona que merece mucho la pena para visitar es Vila Nova da Gaia, justo en frente de la Ribeira y conocida sobre todo porque alberga las múltiples bodegas de vino que no os podéis perder en la visita. Además, ofrece unas maravillosas vistas de la ciudad, tanto en la zona alta (para ello, podéis llegar en metro hasta los Jardines do Morro o subiendo a pata por la población) como a ras de río.

  • Os recomiendo el mercadillo de los Clérigos, que tiene lugar los segundos y últimos sábados de cada mes. Tiene una artesanía y productos únicos y el lugar tiene mucha magia (en frente de la Torre de los Clérigos). Quizás porque nos lo encontramos caminando y nos pareció auténtico, fue una de las visitas que más me gustó. Yo, que soy bastante reacia a las compras, me hice con un colgante que hoy aún mantengo.
Cómo saborear Oporto

Oporto tiene otra virtud que no podemos pasar por alto: su gastronomía. Es una ciudad barata comparada con otras de España y desde luego, saben cocinar. Su plato fuerte: el pescado (o la francesinha, cosa a parte). El más conocido, el bacalao, pero también están muy ricas la dorada, el salmón o las sardinas, que normalmente sirven por un módico precio entre los 6 y los 7 euros.

En cuanto al «sándwich típico de la cocina lusa» (dícese a la francesinha), se podría decir que eso es mucho más que un sándwich. Compuesto normalmente por un filete de ternera, pan y fiambre variado, y recubierto por una salsa algo picante de cerveza y tomate, es más un plato combinado, pero con todos los ingredientes bien mezclados. Una bomba calórica realmente adictiva.

Por otro lado, es también una obligación probar el vino de Oporto, dulce y especialidad de la ciudad que está verdaderamente rico. En Vila Nova da Gaia, hay multitud de tiendas de vino donde la visita es gratuita y normalmente invitan a una copa de su producto. En mi caso, compramos un paseo en barco por el Duero (que no merece especialmente la pena), que incluía la visita a tres bodegas con la cata del vino y un espectáculo de fado.comida-oportooporto2

  • Os recomiendo el restaurante Douro Velho, situado en el paseo de la ribera de Vila Nova da Gaia, que tiene unas vistas espectaculares, buena comida y un servicio genial.

Cómo disfrutar Oporto

Aunque hay visitas como el Museo y los jardines de la Fundación Serralves, el Palacio de Cristal, el Palacio de la Bolsa o la casa de la Música, Oporto se disfruta paseándola, saboreándola y contemplándola, por lo que te recomendamos que hagas eso: pasear por ella y parar a contemplar la belleza que atesora; sobre todo. Parando a tomar un vino o un refresco y fijándote en sus fachadas y su preciosa decadencia, hoy por hoy moderna, que le ha valido títulos como el de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.oporto3oporto-bodegasComo fui en junio, con un calor bastante apremiante ya, aproveché un día para ir a la playa, en Matosinhos, a media hora en metro del centro, donde aunque no disfruté de una de las playas más bonitas que haya visto en mi vida, sí de un chapuzón que me vino de lujo para poder seguir conociendo Oporto.

  • No dejéis de subir a la explanada de la Catedral o Sé de Oporto o los Jardines do Morro para contemplar las mejores vistas de la ciudad.

Antes de visitar Oporto, escuché que la ciudad no era bonita y sí aburrida. Durante el viaje, no dejé de preguntarme qué llevaría a la gente a pensar tal cosa. Pero tampoco ellos saben explicarse. Quizás yo tampoco podría definir con palabras la razón que me lleva a pensar que están equivocados. Que Oporto me pareció una de las ciudades europeas más bellas y embrujantes y aún más, su gente una maravilla que habría que exportar a todo el mundo. Me atrevo a decir que su arquitectura, colorido y rincones encantadores me resultaron encantadores.

Sé que a partir de ahora, cuando vea algo relacionado con ella, me provocará una saudade como otros cuantos amores imposibles en cuanto a ciudades que tengo repartidos por el mundo. Pues eso.

Datos prácticos en Oporto

Dónde dormir: nosotras elegimos un hotel algo alejado del puro centro, pero al que se llegaba fácilmente. No es más que correcto pero además de limpio, la gente que lo lleva es súper amable. Está encima de un bar, pero no es ruidoso y aunque las fotos no lucen, me parece ideal para una escapada en la que no se pida mucho del alojamiento. Y lo mejor, su precio: ¡15 euros la noche! Se trata del El hotel Monte Carlo.

Qué no hacer: no me gustó especialmente el recorrido en barco que se suele hacer por la ribera. Es un simple paseo y apenas ofrece buenas vistas, ya que se consiguen en otros lados sin necesidad de tomar un medio de transporte. Lo que sí os recomiendo es el típico tour por las bodegas, ya que son bonitas y la zona merece la pena.

Dónde comer y beber: Oporto es una ciudad ideal para comer y beber hasta hartase y hacerlo de forma barata y con unas vistas únicas de la ciudad. Toda la zona de La Ribeira es una zona ideal para estos menesteres y aunque es lo más céntrico, no es caro. Prueba vinos de Oporto, pide recomendación (y pregunta por el precio, que hay alguna copa que ronda los ¡10 euros!), déjate llevar por tu instinto (eso hice yo) y disfruta de ese rico líquido. Para comer, te recomiendo el que probamos nosotras: el Douro Velho. Con comida rica y barata.  

por Irene

Periodista desde 2008. Inquieta y curiosa de toda la vida. Abierta a todos los planes; ¡no hay destino que no merezca la pena!

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