Escribo estas líneas en el móvil, sujetando también sobre mis brazos a un bebé de tres meses. Él es la razón de que mi vida haya cambiado 360 grados y haya, entre otras cosas, dejado temporalmente de viajar. Por eso me ha parecido un buen momento para echar la vista atrás y recordar mi vida viajera, que comenzó a intensificarse en 2008, hasta este parón. Una mirada hacia atrás que sirva de recuerdo y reflexión.
Tener un hijo me ha cambiado no solo la vida sino la mente. Todo lo que antes era importante para mí parecer haberse eclipsado totalmente por él. No digo que tenga que pasarle a todo el mundo; os cuento mi experiencia. Si antes leía novela, hoy leo ensayos sobre crianza; si antes hacía cientos de planes, ahora los evito para no trastocar sus rutinas; y sobre todo, apenas viajo, no tomo cerveza y pienso fundamentalmente en él y su bienestar. Los primeros meses son los más duros, por eso creo que esto será algo pasajero y no me preocupa. Lo vivo con normalidad. También creo que cada momento tiene sus cosas y ahora mismo conocernos y entendernos es lo que toca. Luego tendremos tiempo de conocer mundo y poder disfrutar de otras cosas.
Un buen momento para recordar el pasado
Por eso también me gusta recordar lo muchísimo que disfruté la vida antes de que Luca llegara a ella. En las noches en las que tengo que conciliar el sueño muchas veces vuelvo a estos lugares para sentirme tranquila. Y me sirve. Fueron años increíbles, bien aprovechados, felices.
Pero al lío. Lo que quiero en este post es echar la vista atrás y recordar todos los viajes que he hecho desde que comencé a viajar con regularidad. Fueron catorce años en los que cada verano o tiempo de asueto fui descubriendo lugares, soñando con nuevos destinos y viviendo experiencias que me dejaron muchísimas buenas sensaciones. Pero a veces los tengo todo enmarañados, ya que nunca los he puesto todos sobre limpio.
Una mirada viajera hacia atrás
He tenido que tirar de fotos, Facebook y el blog para poder reconstruir todos estos años a nivel viajero. Fueron muchos momentos de planes y como casi siempre, poco tiempo para documentar y volver a ellos, más allá del día a día del blog. Pero creo que ha quedado un buen reflejo. Seguramente falte alguno, pero bueno, quería algo a grandes rasgos, donde no faltaran sobre todo los más grandes.
Viajé sola, con mi pareja (lo que más), con amigos o con familia. Buscando cada día de vacaciones para aprovechar. Siendo consciente de que aunque a veces cueste arrancar, una vez en el viaje se siente la mayor sensación de libertad del mundo. Esa sensación que ahora recuerdo con una sonrisa en la cara. Esa sensación que algún día volverá (y que ahora no pasa nada porque no esté).
Mis viajes durante 14 años
-2008: Grecia (Atenas e Islas Griegas)
-2009: Lisboa
-2010: Praga
-2011: Tailandia
-2012: 14 días en furgoneta por Francia e Italia; y París
-2013: Bretaña francesa en furgoneta, Ámsterdam, Nueva York y San Petersburgo
-2014: Cádiz, Indonesia y Marruecos
-2016: México, Lanzarote y Malta
-2017: Filipinas, Huesca e India
-2018: Bruselas, País Vasco Francés, Costa Oeste y Fuerteventura
-2019: Edimburgo, Egipto, Seychelles y Rías Baixas
-2020: Menorca
-2021: Gran Canaria, Dolomitas y Pirineo Catalán
Y lo dicho, con esto no quiero cerrar la puerta a los viajes. Volverán. Pero me temo que no tan intensamente. Así que esto es un recuerdo de la época más viajera de mi vida, al menos hasta ahora. Qué maravilla tener ahora bien organizados todos esos recuerdos para volver a ellos cuando quiera. Bendita su existencia.