Primeras impresiones sobre mi viaje a Nueva York
Irene 19 noviembre, 2013“Cien veces he pensado que Nueva York es una catástrofe, y 50 veces que es una hermosa catástrofe”. Le Corbusier, arquitecto
Podríamos afirmar que Nueva York es la ciudad de las ciudades, la meca del los urbanitas y un lugar que creemos conocer antes de pisar su suelo. Pero es mucho más que eso. Nueva York es una y muchas a la vez, un lugar variopinto y encandilador donde –no solo en el término económico del término- todo parece posible. Hoy voy a comenzar contando las primeras impresiones sobre mi viaje a Nueva York; que son solo eso –sin generalizar-, impresiones.
Una ciudad diferente
Nueva York me sorprendió gratamente. La imaginaba más clásica y elegante; un estilo París pero con rascacielos. Y lo que me encontré fue una megaciudad, algo sucia y caótica, que me recordó mucho más a Bangkok que a cualquier otra ciudad europea. Nueva York es genuina. En su vista en altura, invierte en Bolsa; pero a ras de suelo, huele a puesto callejero. Agobia pero atrapa. Si te gustan las ciudades, soñarás con vivir allí desde el minuto uno.
Lo mejor: sus vistas
Aunque el conjunto de la ciudad es lo que la hace tan especial, si tuviera que quedarme con un trozo de recuerdo, lo haría sin duda con alguno de los que te permite ver la ciudad como un cuadro: las vistas de su skyline. Y lo hago cuando no soy yo precisamente fan de los rascacielos. Pero uno se rinde ante tal paisaje; es sencillamente, impresionante.
Lo bueno es que hay distintas partes de la urbe que permiten unas vistas geniales: las mejores de las que yo tuve, sin duda, desde el otro lado del puente de Brooklyn y desde el Top of de Rock, del Rockefeller Center; pero también en el edificio 230 de la Quinta Avenida (un edificio con oficinas y un bar en la cumbre), en el mismo puente de Brooklyn, desde un ferry gratuito que se puede tomar al Sur de Manhattan para ver la Estatua de la Libertad o desde Central Park.
Se vive la calle
Me encantó descubrir que en Nueva York se “vive la calle”. Aunque pueda parecer una expresión extraña (de vez en cuando me invento conceptos), me refiero a esos lugares que invitan al ciudadano a disfrutar de los lugares públicos, sus plazas y sus calles –literalmente-.
Me encantó descubrir como en Nueva York ponen mesas y sillas en las plazas, aunque no haya restaurantes; claro que su utilidad es muchas veces servir a aquellos que han cogido algo de comida rápida en un establecimiento. También los puestos callejeros y el ambiente que no cesa.
Paraíso de las compras
Yo iba con la intención de no perder demasiado tiempo en compras –mi familia fue por ejemplo a uno de los outlets que hay en las afueras de la ciudad- pero en New York hay una especie de fuerza que se apodera de ti a nivel comercial. Es una locura. Ir a New York y no comprar es algo así como venir a Madrid y no irte de cañas. En cuanto a donde ir, no hay problema: las calles centrales de la ciudad están llenas de tiendas. Aunque la reina en este sentido es sin duda la Quinta Avenida.
Quiero vivir allí
Si te gustan las ciudades y nada te ata a tu ciudad, seguramente acabes pensando lo mismo que yo: Quiero vivir en la gran manzana. Normalmente me pasa esto a los 3 ó 4 días de estar en una urbe (como me sucedió ya con París o Ámsterdam), pero con Nueva York lo pensé al instante y luego las ganas no hicieron sino aumentar. Entre las razones está que parece que todo tipo de gente tiene allí cabida; New York no es como el resto de EEUU, no nos debemos engañar. De hecho un 36 por ciento de su población ha nacido fuera de EEUU, como recoge nuestro amigo Xixerone en su blog en un post sobre curiosidades de la ciudad.
Eso sí: hay que preparar la cartera. Cuando viajamos teníamos un amigo allí con el que quedamos un par de días y nos contó que el alquiler de una casa en el barrio de Chelsea, del que os hablaremos más adelante porque nos encantó, costaba más de 3.000 euros al mes.
También cuenta que el ambiente que tiene es muy especial. Además de que todo el mundo es muy educado y agradable, se suelen ver a muchas personas tomando algo solas, haciendo trabajos en los bares y charlando en las plazas. Y cuando lo ves, no puedes dejar de desear ser uno más.
Por ejemplo, yo quiero ser una de estas chicas 🙂
