Basta solo un vistazo para quedarse prendado de Jaisalmer. Las simétricas torres del fuerte de la ciudad, unidas al color dorado que le confiere la arenisca con la que están construidos todos sus monumentos, imponen. Lo mejor de todo es que las expectativas se cumplen: cuando la recorres, tiene todo lo que un viajero espera de un lugar. Es una ciudad bonita, cercana, amable, interesante, cargada de detalles… y con un encanto infinito. Os invito a recorrer la ciudad y sus alrededores por tres días.
La situación de Jaisalmer es una de las razones por las que la ciudad es especial. La más occidental de los destinos turísticos de Rajastán está próxima al ahora Pakistán y pegada al desierto del Thar, conocido como el gran desierto indio, otro lugar al que poder acercarse y disfrutar de una experiencia especial durmiendo bajo sus estrellas.
Pero no nos adelantemos. Visitemos primero el seno de la ciudad fortificada en Jaisalmer, una encrucijada de calles estrechas llenas de tiendas, restaurantes, edificios antiguos con fachadas talladas hasta el último detalle y hoteles con buenas vistas del resto de la urbe, donde más allá de poder alojarnos, servirán para comer o tomar algo en un lugar privilegiado.
La ‘caza del turista’ es poco intensiva en estos paseos en comparación con otros lugares de India, pero el espíritu comercial pervive. Lo mejor es dejarse llevar, entablar conversación con quiénes llevan las tiendas y comprar algo solo si nos apetece. Será divertido. Perdernos por estas calles será una actividad recurrente y placentera: para ver cómo los indios adoran a sus dioses, charlan en la calle o parar a disfrutar del momento (o un chai, o una birra) en alguna terraza.
Principales monumentos en el Jaisalmer fortificado
El principal monumento de Jaisalmer es el palacio del fuerte o Palacio Real (Raj Mahal). Paseamos entre sus diferentes salas, zonas de recepción, balcones para las mujeres del rey o utilizadas en la actualidad para recordar con una foto a los diferentes Marajás, disfrutando de nuevo de un arte minucioso y diferente a nuestros ojos. Aunque no es tan espectacular como otros que pudimos ver en el viaje, esta visita merece la pena para observar el fuerte desde dentro y seguir deleitándonos con nuevas perspectivas de esta maravillosa ciudad.
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En la misma ciudad fortificada se encuentran siete templos jainistas que poder recorrer: El Rishabhdev, El Chandraprabhu, El Parshavanath, El Shantinath, El Kunthunath, El Sambhavanath y la Biblioteca Antiquísima de la India. Son del siglo XV y construidos en Jaisalmer porque los jainistas buscaban una zona tranquila y aislada donde los enfrentamientos con la religión musulmana no les afectara.
Más allá del fuerte de Jaisalmer
Hay ciudad más allá del fuerte y es también muy interesante porque tiene un carácter más local. Los edificios siguen siendo una maravilla, aunque en muchos casos están deteriorados, y nos abrimos paso entre curiosas miradas, familias ajetreadas y las vacas sagradas, que como siempre campan a sus anchas.
Llegamos así a una calle imprescindible donde se reúnen algunos de los haveli más interesantes de la ciudad: los havelis de los Patwa, cinco edificios contiguos que en el pasado pertenecieron a personas adineradas y ahora son en algunos de los casos del gobierno. Lugares espectaculares que antes estaban reservados para la alta alcurnia –la calle estaba cerrada al público- y ahora son ‘carne’ de cámara fotográfica.
Gracias a que este recorrido lo hacemos con un guía especializado en la ciudad, Jay, este nos lleva a un centro artesanal sin intermediarios que resulta muy interesante: El centro artesanal de los pueblos de Jaisalmer. En un local, las mujeres de pueblos de los alrededores fabrican las prendas de forma artesanal. En otro de los centros, se procede a la venta. Aunque vamos sin intención de compra, podemos jurarlo, nos es imposible no caer cuando tocamos los chales y el producto de primera mano. Nos llevamos así varios regalos y nos alegramos de hacerlo en un lugar donde sabemos que el beneficio repercute directamente en la economía local.
Un poco más allá todavía, fuera de la ciudad más viva, justo a la entrada de la misma, se encuentra otro lugar recomendable: el lago Gadisagar. Importante por todo lo que supone el agua en la India y más en una ciudad seca, este lugar es también un remanso de paz e ideal para echar un rato. La puerta al lugar tiene una curiosa historia: fue construida por una prostituta, que realizó allí también un templo a Krishna para que el marajá no pudiera tirarla otra vez abajo, ya que la consideraba indigna.
Alrededores de Jaisalmer
Si cuentas con tiempo en Jaisalmer, los alrededores de la ciudad también merecen la pena. Entre todas las posibilidades, destaco especialmente a los cenotafios reales de Bada Bagh. Se trata de las tumbas dedicadas a los reyes que habitualmente son erigidas en la cultura india. No descansan sin embargo allí sus restos, pues estos son incinerados y llevados a las aguas sagradas del Ganges, pero son preciosos monumentos que bien merecen una visita.
En Jaisalmer siguen la línea del resto de su arte y adquieren tonos anaranjados que relucen especialmente con la luz del sol. Dado que están en una zona aislada con un lago en los alrededores, el lugar tiene un encanto especial.
En esta misma dirección, se pueden visitar también otros templos jainistas, conocidos como de Amar Sagar. Están como siempre cuidados y demuestran una vez más la importancia de la religión en este país, pero en comparación con otros vistos anteriormente, no suponen ninguna novedad. También nos dio tiempo a visitar un pueblo abandonado, casi fantasma y perseguido por una leyenda del pasado, que hoy recobra vida para echar la vista atrás y recordar como se vivía por estos lares. Se llama Kuldhara.
De camino a Jaisalmer: Fuerte de Pokhran
Otra visita que hicimos de camino a Jaisalmer fue al Fuerte de Pokhran. Esta localidad, relativamente pequeña, tiene en este lugar su mayor atractivo, que también sirve como hotel de lujo. Aunque el exterior está bastante cuidado, los restos de la fortificación están bastante deteriorados. No obstante, es bastante diferente de los que vimos anteriormente y se me quedó grabado. Creo que merece la pena. Hay como siempre diversas salas y fotografías que recuerdan al antiguo marajá, ahora en Londres. Además, paseamos prácticamente solos entre los recovecos del antiguo palacio y nos fotografiamos con los cañones que protegían el lugar.
Adentrándonos en el Desierto del Thar
Tiene el desierto un componente no sé si épico, estético, nostálgico, romántico o cinematográfico que atrae. Por eso no dudamos en adentrarnos en el Desierto del Thar y disfrutar de una noche entre dunas, con la naturaleza como entorno y disfrutando de ese algo que embruja. Para llegar a los dominios del desierto, tomamos un jeep, con la cama a cuestas y lo justo para cenar y dormir. Una vez en la zona, los dromedarios nos ayudaron a seguir el camino hasta las tímidas dunas del lugar donde acampamos. Paramos también en algún pueblo de la zona, con casas de barro y muy humildes, llenos de niños acostumbrados al turista.
No hay que esperar un desierto típico, pues aquí también hay vegetación y algo de roca, pero el encanto se mantiene. Sobre todo, por el modo de vida que llevamos por un día. Comida hecha con lo básico, rodeados de insectos que no muerden, cena a la luz del fuego y últimos pestañeos bajo las estrellas. ¿Se puede pedir algo más?
Datos básicos en Jaisalmer
Dónde dormir: nosotros hicimos noche en Rajmandir, un hotel situado en plena fortaleza, genialmente situado y perfecto si te quieres dar un capricho. Las habitaciones están magníficamente decoradas, tienen una terraza para los desayunos o un té improvisado y el servicio es genial (atento a todo lo que necesites). Muy recomendable.
Cómo moverte: en nuestro caso, llegamos a Jaisalmer y nos movimos como lo hicimos anteriormente: con un conductor que contratamos previamente y que nos acompañó durante todo el viaje. Fue el servicio de una agencia, especializada en el público español, que te provee de lo que necesites de forma personalizada. Para contactar con Shyam Tours podéis hacerlo en el email
ms********@gm***.com
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Además, en Jaisalmer contamos con los servicios de un guía especializado -como ya avancé-, Jay, que nos introdujo a todo los lugares de la ciudad y recomendó restaurantes o planes. Es un guía muy cercano, que aún hoy se interesa por nosotros y que podemos considerar un amigo. Además, no se queda solo en la información y da un montón de datos sobre la cultura india, que tanto nos cautiva. Muy recomendable. Podéis contactar con él en el email
Sa************@gm***.com
o el número de WhatsApp 0091-9929972029.
Dónde comer y beber: Aunque en Jaisalmer hay bastante y buena oferta gastronómica, os recomendamos el Restaurante Jaisal Treat porque fuimos varios días y nos encantó. Tienen además una carta muy variada, también con carnes, y un servicio muy amable. Eso sí, está un poco alejado de la ciudad fortificada. Dentro de esta, tanto para comer como para beber, es muy recomendable el hotel y restaurante Boys of Desert, con una terraza muy chula y buen ambiente.
Otras visitas en La India: Si te ha gustado este post te invitamos a leer otros post sobre nuestro viaje a La India, tanto de impresiones sobre el país, confusiones derivadas de su cultura, como anteriores paradas: Ankleshwar, Udaipur, Mont Abu o Jodhpur.