Jaipur, la capital de Rajastán, no me apetecía especialmente en inicio, lo reconozco. Por un lado, evitaba un poco los núcleos grandes de población; por otro, me habían hablado de una ciudad poco amigable y agobiante pero mi experiencia no fue en absoluto de esa manera. Encontré una urbe muy interesante, con varias visitas difíciles de olvidar, una intensa vida local y la oportunidad de vivir –y disfrutar- una vez más de la locura de ese país llamado India. Dos días fueron suficientes pero quizás si volviera de nuevo, le dedicaría más tiempo.
Para no perder la tradición, Jaipur también es apodada para ser fácilmente reconocida en el mundo viajero, en este caso como la “ciudad rosa”. La verdad es que yo no lo aprecié esa tonalidad. Si bien muchos edificios fueron construidos con estuco rosa para emular la arenisca, a mí me dan la impresión de ser naranjas. De lo que no hay duda es que Jaipur es una ciudad colorida, viva y monumental.
De arenisca es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el Hawa Mahal o Palacio de los Vientos, en su época ocupado por la zenana –para las mujeres que conformaban el harén-. La fachada da a las calles de la ciudad y contó con 953 ventanas para observar la vida cotidiana. Curiosamente, hoy el viajero se sitúa en cualquier parte de la vía que nos dé una buena perspectiva de esa fachada tan espectacular.
Muy cerca está el palacio de la ciudad. Quizás menos espectacular que otros visitados anteriormente, sigue siendo una visita interesante; lugar donde la arquitectura siempre esconde una sorpresa. Curiosamente, en esta ocasión me llamó especialmente la atención la decoración de las puertas de los patios que daban paso a otras dependencias, que en otras ocasiones no eran tan “resultonas”. Cada lugar de India siempre tiene algo especial.
Para redondear la visita a este recinto, visitamos también el Observatorio Astronómico de Jantar Mantar, un lugar mandado construir por el maharajá Jai Singh II, un apasionado de la astronomía. Se trata de un montón de artilugios expuestos al aire libre que sirven para la observación y conocimiento del firmamento. Nuestro guía nos explicó con mucho cariño varios de ellos y eran de una exactitud perfecta, así como en algunos casos de un tamaño imponente.
Jaipur es también un lugar donde hacer un descanso de tanta visita turística y comprar recuerdos. Hay muchos bazares ideales para ello. Además, nosotros, gracias a que viajábamos con un guía de la ciudad, pudimos ir a un centro donde se hacían productos con piedras preciosas y semipreciosas. Además de ver un poco del proceso, accedimos a la tienda, con mejores precios al no haber intermediarios.
El Fuerte Amber: visita imprescindible en Jaipur
El Fuerte Amber sí es una visita obligada en Jaipur; por su emplazamiento, en una colina, lo que le da un emburjo especial; por su imponente entrada; su muralla –tercera más grande del mundo-; por algunas de sus salas…Tal y como se conoce actualmente, data del siglo XVI pero fue construido sobre un templo dedicado al sol.
De lo más interesante de la visita es la arquitectura de la sala de audiencias, plagada de columnas que hace generan un efecto muy armónico. Asimismo, la sala de los espejos es en este arte un referente mundial. Por último, las diferentes estancias de palacio se prestan a recorrerlas e imaginar la vida de los marajás en siglos pasados.
A la vuelta de este fuerte, es recomendable hacer una parada en el Palacio sobre el Agua o Jal Mahal, pues aunque solo se puede observar desde la distancia, forma una hermosa estampa. Vendedores, espontáneos y otras formas de vida pueblan el paseo que da al lago, lugar que si no fuera por el calor abrasador que puede hacer y la falta de tiempo, sería ideal pasar simplemente pasar un rato agradable.
Bollywood desde la India: la experiencia en el cine Raj Mandir
Sin duda una de las experiencias más emocionantes que viví en la India, además de descubrirla, fue ver una película. Soy una cinéfila empedernida, pero cosas de la vida, nunca había visto una película india. Además por sumergirme en el ‘mundo Bollywood’, la ocasión fue muy especial porque la sala de cine lo era. El Raj Mandir de Jaipur es una sala de las de antes, con prácticas que parecen de otra época –como subir y bajar el telón y hacer un descanso a mita de la película-, una estética antigua y a la vez súper llamativa que me enamoró.
Además, algo que me sorprendió, la película fue interesante. Más allá de los elementos edulcorantes y ‘espectacularizantes’ propios de Bollywood, Bhoomi es una película muy interesante que plantea cosas serias sobre la situación de la mujer en India; controvertida, desde luego. La cinta es un alegato feminista en toda regla, que si bien no sé llegará con su mensaje a todos los que vayan a verla –es fácil quedarse en el exterior-, sin duda hizo que algo se revolviera dentro de mí. Y si una película consigue eso es una buena película.
Me sorprendió cómo además de dos horas de entretenimiento, ir al cine en India me acercó un poco más al país. Qué potente es el poder de la cultura.
Galwar Bagh o templo de los monos, en las afueras de Jaipur
Una de las visitas más interesantes de Jaipur se ubica en las afueras de la ciudad. El Galwar Bagh o templo de los monos es en realidad un complejo de templos, de preciosa factura, y conocido porque está plagado de monos. Aunque los templos están bastante deteriorados, sus fachadas me parecieron una maravilla. Preciosos.
Aunque en Internet veo que hay épocas en las que estos templos rebosan mucha vida, cuando fuimos nosotros no había apenas gente. Muchos más sin embargo esos animalillos tan avispados por los que siempre he tenido debilidad. Como los monos en India no parecen muy amigables, no queríamos llamar mucho su atención, pero no dejábamos en realidad de mirarlos cuando podíamos. ¡Son tan monos!
En la parte alta de los templos, hay un estanque donde la gente local se baña. Tanto la localización como la compañía ‘animalera’ hicieron de esta una visita agradable.
Abhaneri Rattan Baori: otra joya de la India
Ya de camino a Agra, paramos también en el Abhaneri Rattan Baori, una construcción cuyo objetivo era abastecer de agua a la población pero a la vez también servía como lugar de asueto, con un lugar especial reservado para los marajás y su familia. Además, hay también templos que sirven para la oración. Un lugar cargado de energía que va más allá de un simple pozo. Quizás lo vea así porque curiosamente fue el escenario del final de la película que vimos en Jaipur el día anterior y esta le confería un aura única. Visita recomendable sin duda a un nuevo lugar alucinante que nos regaló este país.
DATOS PRÁCTICOS
Alojamiento: Nahargarh Haveli. Este hotel es estéticamente sencillo a pesar de ser un haveli, pero interiormente tiene todo lo que se puede pedir a un gran alojamiento. Además, contaba con un servicio muy atento. Y lo mejor de todo: su terraza. Un lugar encantador para acabar el día cenando un buen plato de comida india y disfrutar una vez más de sus intensos sabores.
Cómo moverse: como en anteriores paradas del recorrido, nos movimos con los servicios de la empresa Shyam Tours, una agencia muy fiable y con gestión en castellano que hizo que nuestra estancia en India fuera genial. Para contactar con Shyam Tours podéis hacerlo en el email
ms********@gm***.com
. El guía con el que cuenta en Jaipur es muy experimentado y habla muy bien castellano. Podéis contar o no con él, ya que los servicios de esta agencia se adaptan totalmente a la necesidad del viajero. ¡Muy recomendable!
Otras visitas en La India: Si te ha gustado este post te invitamos a leer otros artículos sobre nuestro viaje, como los de impresiones sobre el país, confusiones derivadas de su cultura, así como como anteriores paradas: Ankleshwar, Udaipur, Mont Abu, Jodhpur, Jaisalmer y Bikaner. ¡India es impresionante!